Estamos en pleno proceso para la compra de una nevera y surgen dudas a la hora de qué es lo que tenemos que tener en cuenta. Hemos visto modelos muy llamativos en la tienda con funciones que nos llaman mucho la atención pero antes de hacernos con ese frigorífico de ensueño conviene repasar bien una serie de datos.
Y es que aunque nos guste, puede ser que al final o bien no nos sirva adecuadamente para nuestras necesidades o bien no cumpla con unos requisitos mínimos que ha de tener y que pueden variar de uno a otro usuario. Vamos a ver cuales son los aspectos a vigilar antes de comprar un electrodoméstico de este tipo.
Un frigorífico es uno de los electrodomésticos que más vida va a tener en casa. La lavadora o el lavavajillas pueden que por la forma de funcionar sufran más el desgaste, por lo que dado que nos va a acompañar tiempo, conviene valorar tranquilamente la compra
Calcular el espacio en la cocina
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es el espacio con el que contamos, sobre todo si el frigorífico va encajonado en un espacio reducido o si la cocina no es muy grande. Alto, ancho y fondo son valores que tenemos que tener en cuenta, no sólo para que entre en la cocina, sino incluso para que pueda entrar por las puertas del piso.
Tenemos que medir con precisión el espacio con el que contamos y en lo relativo a la cocina tener en cuenta que un frigorífico precisa de un pequeño margen alrededor (en los lados) para que el aire puede circular y así funcionar correctamente. Igualmente debemos tener en cuenta que nada obstaculiza la apertura de la puerta y que la forma de abrirla pueda cambiarse en caso de necesidad, de sentido.
Vigilando el congelador
No en todas las casas se come lo mismo y de la misma forma. Si en nuestro caso abusamos de productos congelados debemos optar por un modelo que cuenta con un congelador amplio, el cual normalmente se sitúa en la zona inferior. Lo mismo puede pasar si se trata de familias numerosas.
El congelador en la zona superior suele estar orientado, dado el menor tamaño, a familias más compactas o a personas que quieren tener más fácil el acceso sin necesidad de tener que agacharse (más práctico para las personas mayores). Este tipo de modelos además suelen contar con unas medidas más reducidas.
Consumo energético
Otro de los puntos clave es el consumo de energía, algo que se puede ver fácilmente en la etiqueta de clasificación energética que llevan consigo todos los aparatos. Los frigoríficos con clase energética A+, A++ y A+++, con el mismo uso, garantizan un mayor ahorro energético que puede ser de hasta el 14% del consumo total de energía de una casa.
Dado el precio de la luz, puede compensar pagar un poco más que a la larga va a producir un impacto aligerando nuestra factura energética. Además debemos tener en cuenta que complementos como los dispensadores de hielo y agua incorporados pueden incrementar el consumo del electrodoméstico de forma notable a la par que muchas veces representan un uso esporádico.
En este sentido destacar además que los modelos en los cuales el congelador va situado en la zona superior, dado el menor tamaño del mismo, consumen hasta un 15% menos de energía. Algo siempre a tener en cuenta si esa distribución cumple con nuestras necesidades.
Facilidad de uso
A veces algunos modelos parecen naves espaciales. Complicados sistemas de acceso y manejo que no a todo el mundo les resultan cómodos de usar. Debemos buscar un frigorífico adecuado a nuestras necesidades y si por ejemplo no vamos a precisar pantallas o puertas transparentes podemos ahorrarnos un dinero optando por un modelo más convencional.
Igualmente interesante es encontrar uno que cuenta con acabado (interior y exterior) que facilite la limpieza. El acabado en acero es precioso, ideal para muchas cocinas, pero es un atrapa huellas perfecto. Es por lo tanto buscar entre las características que ese acabado es resistente a las huellas dactilares.
En el interior es interesante buscar modelos con acabados lo más limpios posibles. Con estantes de altura variable, vigilando que cuenta con los compartimientos que vamos a necesitar y teniendo en cuenta aspectos como el que las bandejas sean de vidrio y cuenten con sistemas para evitar que el líquido que se pueda derramar salga a otras zonas.
Precio
Es el último factor en esta lista, pero el primero muchas veces cuando vamos a comprar un frigorífico (y por extensión casi cualquier producto). Es cierto que los últimos modelos que vemos lanzar resultan llamativos pero no todo el mundo puede pagar más de 3.000 euros por un modelo con conexión Wi-Fi o lo que es más importante, no les hace falta pagarlos.
Hay que ver muchas veces las especificaciones, la letra pequeña y no dejarse guiar por las campañas de marketing de algunas marcas que copan marquesinas de autobús y revistas con productos que no son lo que necesitamos. Quizás precisemos de algo menos "recargado" pero más efectivo.
En el tema del precio además, vigilar lo que ya contamos antes. A veces y dentro de una lógica, interesa pagar un poco más por un modelo que cuente con una certificación energética superior y que a la larga nos va a beneficiar al reducir el consumo eléctrico.
Son sólo los aspectos básicos, puesto que después toca valorar, cómo así vemos, cual es el sistema de refrigeración con el que queremos esté equipada nuestra nevera. Es el aspecto fundamental pero eso lo vemos en el siguiente artículo.
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