Poca gente sabe dónde van los envases de las medicinas y eso tiene una nefasta consecuencia: se reciclan mal
Aunque el fracaso del contenedor amarillo evidencia lo que nos cuesta reciclar y además hacerlo bien, cada vez hay más personas concienciadas con la reducción de residuos y su adecuada gestión. Pero es fácil confundirse con la cantidad de contenedores que hay, que algunos no sean tan comunes y residuos menos habituales como son los medicamentos. De hecho, es altamente probable que estés reciclando mal tus blísters de medicinas.
Si piensas en la composición del envase de un medicamento, la lógica te lleva a pensar que si tiene una caja de cartón, lo suyo será que vaya al contenedor azul y que el destino de los blísters, hechos de plástico, sea el contenedor amarillo. Pues no: los medicamentos y sus envases tienen su propio punto limpio.
¿Dónde tirar los medicamentos y sus envases?
El sector farmacéutico creó una entidad sin ánimo de lucro para la gestión medioambiental de los residuos de medicamentos y sus envases llamada SIGRE y el lugar de recogida de estos es el punto SIGRE, que puede localizarse en la mayoría de farmacias que tengas cerca de casa.
Puede que ya hubieras oído hablar de esta entidad o de este punto y pensaras que ese era el destino de los medicamentos caducados o que ya no quieres, pero también es donde hay que llevar los envases que los envolvían y protegían. La explicación está en que tanto el blíster como la caja ha estado en contacto con el medicamento, por lo que ya no pueden ir al contenedor amarillo o azul.
Esta forma de reciclar las cajas de medicamentos tiene su explicación, y no es otra que el hecho de que tanto la caja como los blísteres han permanecido en contacto con medicamentos, lo que hace que no sean apropiados para ser eliminados en los contenedores de papel o plástico.
La web del SIGRE tiene una intuitiva infografía que detalla qué debes llevar a uno de sus puntos y qué no:
Como curiosidad, una vez recogidos medicamentos y envases, estos van a parar a una planta de tratamiento ubicada en Tudela de Duero (Valladolid). Tras separarse y clasificarse, los restos de los medicamentos no peligrosos se emplean como combustibles en procesos industriales y los peligrosos se destruyen.
Portada | Foto de Polina Tankilevitch en Pexels
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