A qué edad te enteraste que esta planta que evitas y pisas en el jardín es un auténtico tesoro

Las ortigas son una de las plantas más infravaloradas y que menos simpatías despiertan: no vamos a evitar que sus hojas te piquen, pero sí que las mires con otros ojos 

Un rosal, unos tulipanes, unos aloe vera, algún que otro árbol frutal de esos que crecen rápido... hay plantas que gusta tener en el jardín y otras que simplemente o bien se considera como indeseable por su nacimiento no autorizado o por sus efectos, como estas plantas potencialmente peligrosas. Pues bien, hay una planta que crece por sí misma y que desagrada a la mayoría de la gente. Y no les culpo: ¿quién no ha tenido una mala experiencia con las ortigas?

Servidora por ejemplo siempre recordará ese paseo por el monte que se tornó en algo desagradable e incómodo cuando unas ortigas rozaron mis piernas desnudas (llevaba pantalón corto). Las ortigas tienen hojas urticantes y eso hace que haya que extremar precauciones ante un eventual contacto. Por otro lado, que salga sola hace que se haya ganado fama de planta invasiva. Pero si te salen ortigas en el jardín, estás de enhorabuena (eso sí, cuidado con tocarlas tú o tu gente).

Las ortigas, esa gran desconocida

Para empezar, no es raro encontrar ortigas en bastantes productos cosméticos, de higiene y de alimentación, ya que es una planta rica tanto en vitaminas A, C, K y B, como en minerales como calcio, hierro y magnesio. Así que sí, la ortiga es un buen suplemento natural para nuestra salud: sirve para tratar anemias, aliviar inflamaciones y hasta fortalecer el cabello.

Obviamente lo anterior requiere de cierto procesamiento y extracción, pero la ortiga también es importante en jardinería ecológica: sus restos orgánicos funcioan como repelente de plagas, pudiendo prepararse como abono natural. Si la usas en tu jardín, descubrirás cómo tus plantas se fortalecen y soportan mejor la presencia y efectos de los insectos.

La ortiga es una planta que suele nacer en zonas donde hay restos orgánicos de animales (un clásico en espacios naturales donde pastan las vacas, aquí en Navarra), donde la presencia de nitrógeno es elevada. La propia ortiga es rica en este elemento y al preparar un abono con ella, las platas mejoran la absorción de componentes del suelo. De hecho, no necesitas más que un poco de agua y ortigas maceradas para crear una solución pulverizante para proteger y fortalecer tu jardín de forma natural.

La próxima vez que te eches las manos a la cabeza cuando te encuentres unas ortigas en tu jardín, esperamos que después de leer este artículo la mires con otros ojos: puede que sea una planta poco apreciada, pero es de gran utilidad. Aprovéchala para cuidar de tu jardín de forma sostenible.

Vía | DAP

Portada | Foto de Paul Morley en Unsplash

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