Recurrir a la ventilación natural puede ser muy efectivo, pero dependerá de la temperatura ambiental que tengamos dentro y fuera de casa
Vuelve el calor como cada verano y pensamos en encender nuestros sistemas de refrigeración para estar más fresquitos en casa además de aplicar algunos trucos y consejos para sobrevivir a las altas temperaturas, como por ejemplo aprovechar las corrientes naturales de aire.
Y una de las dudas más frecuentes que puede surgirnos es qué hacer cuando hay algo de brisa en la calle. ¿Es mejor abrir las ventanas para dejar que pase, o tener todo cerrado y encender un ventilador dentro?
Una cuestión de temperatura
Se trata de un cuestión recurrente en muchas casa, donde siempre suele haber un partidario de abrir las ventanas en cuanto hace viento fuera y otro que afirma que es una mala idea porque va a entrar el calor. ¿Quién tiene razón? Pues depende. Depende de la temperatura que haga dentro y fuera de casa.
Los ventiladores y la brisa por sí solos no producen frío, lo que hacen es mover el aire y así proporcionar una "sensación" de enfriamiento en un espacio determinado. Pueden reducir lo que se conoce como sensación térmica personal hasta unos cinco grados, pero no van a bajar la temperatura de una habitación ni un solo grado por sí mismos.
Además, para qué esta sensación de enfriamiento funcione correctamente hay que tener en cuenta un punto fundamental: el límite de temperatura. Si la temperatura del aire que queremos usar como refrigerante, ya sea de la brisa de la tarde o un ventilador, está por encima de nuestra temperatura corporal (unos 35º o 36º), usar este aire en movimiento no nos refrescará, e incluso producirá más sensación de calor.
Sería algo así como tratar de refrescarnos con el secador del pelo. Echa un chorro de aire sobre nosotros, sí, pero ese aire al estar por encima de nuestra temperatura corporal no nos va a refrescar en absoluto.
Teniendo esto en cuenta, ¿qué es mejor entonces, abrir la ventana para dejar pasar el viento o encender un ventilador dentro? Pues la clave está en la temperatura que tengamos dentro y fuera de casa:
- Si en la calle hace más calor que dentro de casa, abrir la ventana supondrá que, por mucha brisa que haga aparentemente refrescante, lo que estaremos haciendo es subir la temperatura dentro de la vivienda. Puede que al principio nada más abrir la ventana nos parezca que hace más fresquito si la temperatura exterior es inferior a 36 grados, porque bajaremos la sensación térmica, pero en realidad estaremos dejando pasar aire caliente que en pocos minutos terminará por agobiarnos más. En este caso es mejor dejar todo cerrado y encender un ventilador.
- Si en la calle hace igual o más fresquito que dentro de casa entonces sí nos va a merecer la pena abrir la ventana para conseguir que se rebaje la temperatura dentro del hogar. No obstante, si se trata de una temperatura extrema por encima de los 37 grados, este aire no nos refrescará y deberemos recurrir a otras soluciones como un aire acondicionado, beber agua fría, ponernos un paño de agua fría en la frente, etc.
Como vemos, la discusión está clara y depende todo de la temperatura que haga dentro y fuera de casa. Así que, uno de los mejores trucos para saber cuándo abrir la ventana pasa por instalar dos termómetros, uno dentro de casa y otro fuera, a la sombra, junto a la ventana. Así podemos decidir cuándo nos merecerá la pena dejar pasar la brisa exterior.
Imagen portada | Galvão Menacho
En Xataka Smart Home | Qué tipo de aire acondicionado es mejor para mi casa: ventajas e inconvenientes de cada modalidad
Ver todos los comentarios en https://www.xatakahome.com
VER 0 Comentario