Se trata de crear una capa aislante para evitar que el calor se escape por la pared de la habitación
Llega el otoño, y con él, las bajas temperaturas que comienzan a acompañarnos. Es el momento de encender la calefacción, y lo que muchos no saben es que existe un truco con las bolsas de patatas fritas que permite mejorar el rendimiento de los radiadores, logrando así una mayor eficiencia energética.
Además de las prácticas habituales para preparar los radiadores de casa, como purgarlos cada año para favorecer una distribución uniforme del calor, podemos aplicar este sistema que nos ayudará a gastar menos energía para calentar nuestro hogar.
Aislando el hogar
Cuando encendemos la calefacción, debemos tener en cuenta que, por la parte trasera del radiador, la que está en contacto con la pared, el calor puede terminar filtrándose, lo que provoca una pérdida de energía.
La pared es un lugar donde se produce una pérdida de eficiencia del radiador, ya que actúa como un conductor térmico y no retiene bien el calor. La mayoría de los radiadores están instalados directamente en paredes que dan al exterior (o a otro piso), lo que facilita la transferencia de calor desde la parte trasera del radiador hacia el exterior del edificio.
La clave es la diferencia de temperatura. El radiador está caliente y la pared, especialmente si no está bien aislada, suele ser más fría. Como resultado, una parte significativa del calor generado se transfiere desde el radiador hacia la pared por conducción, perdiéndose hacia el ambiente exterior. Esta pérdida es aún más notoria en casas antiguas con aislamiento deficiente o sin materiales aislantes en las paredes exteriores.
Aquí es donde entra en juego el truco de la bolsa de patatas fritas. Una forma sencilla de minimizar esta pérdida de calor consiste en utilizar el material de la bolsa para que actúe como reflector térmico.
Para hacerlo, corta la bolsa por la parte superior, inferior y uno de los laterales, de manera que quede como un gran rectángulo. Luego, límpiala bien para que no queden restos ni grasas que puedan ensuciar el radiador o la pared. Coloca este “paño” detrás del radiador, en la parte trasera que da a la pared.
De este modo, estaremos creando un reflector térmico que ayuda a devolver el calor al interior de la habitación, en lugar de dejar que se escape a través de la pared.
Este pequeño truco casero, además de mejorar el aislamiento, reduce las pérdidas de calor, permitiendo un ahorro energético, ya que no será necesario consumir tanta energía para alcanzar la temperatura deseada.
Imágenes | José García para Xataka
Vía | El Confidencial
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