El ventilador cumple una doble función: refresca y crea un ambiente que no es agradable para el mosquito
Llegan las altas temperaturas, tiempo de manga corta, de terrazas y de ventanas abiertas en casa, pero al mismo tiempo llega también un molesto invitado. Y es que como cada año el mosquito acude puntual a su cita para convertirse en nuestro compañero de fatigas.
Lo habitual en muchas ocasiones al intentar combatir a este molesto visitante es tirar de productos químicos en modo insecticidas o pastillas que los ahuyenten. Otros prefieren embadurnarse en crema repelente, aprovechar plantas aromáticas o usar mallas protectoras, pero lo que no todo el mundo sabe es que hay una opción mucho más efectiva.
Ahuyenta y no genera olores
El mosquito llega a nuestra casa con la subida del mercurio. Sí ese molesto zumbido por las noches está relacionado con las altas temperaturas y el que esté siempre cerca de nosotros está relacionado en buena medida con el olfato.
Los mosquitos dependen en buena medida de su olfato para picarnos. Nos localizan usando el olfato. El dióxido de carbono, (CO2) es uno de los químicos que emanamos y que atraen la atención de estos insectos, en este caso son las hembras de esta especie las que pican, ya que son capaces de detectarlo. Los mosquitos usan tu aliento, tu sudor y la temperatura de tu piel para buscarte.
Por eso, un buen sistema para evitar que lleguen hasta nosotros pasa por usar un ventilador. Un aparato que tenemos en casa en verano y que puede ayudarnos a evitar las molestas picaduras del mosquito de dos formas.
Por un lado, el ventilador se encarga de mover el aire, algo que incide en el ambiente. Al mover el aire dispersa el CO2 (dióxido de carbono) de la respiración y las sustancias liberadas por la piel (entre ellas, el ácido láctico) y el olor a sudor, factores que atraen el mosquito hacia nosotros.
Pero es que además, el ventilador tiene un segundo sistema para evitar las picaduras. El motivo es que para posarse en nuestra piel, el mosquito necesita que la velocidad del aire no sea demasiado elevada. La velocidad necesaria para evitar que un mosquito se pose en la piel humana es aproximadamente de 1,5 metros por segundo (5,4 km/h). A esta velocidad, el mosquito no puede mantener el vuelo estable y, por lo tanto, no puede posarse con éxito.
Para que funcione mejor aún, lo ideal es buscar una buena ubicación. A poder ser, el funcionamiento es más efectivo si el ventilador está en el techo, pero si es un ventilador de pie, lo ideal es que esté lejos de la cara y en modo rotatorio.
El olfato es el factor fundamental que atrae al mosquito hasta nosotros, pero no es el único. Además de estos factores, un reciente estudio demuestra que los mosquitos se sienten atraídos por colores específicos, como el rojo, naranja, negro o cian, mientras ignoran otros, como el verde, púrpura, azul o el blanco. El color de la piel humana tiene tonos rojizos, lo cual explica la preferencia de estos animales por estos colores
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