Usar recipientes no desechables para almacenar nuestras bebidas es más ecológico, pero también hará que las bacterias campen a sus anchas si no tenemos cuidado
En los últimos años usar botellas reutilizables para llevar siempre con nosotros y poder beber el agua mínima necesaria de cada día se ha vuelto cada vez más popular, ya que es una fórmula más ecológica que las clásicas botellas de usar y tirar.
Pueden ser de aluminio, cristal o directamente de plástico, incluso muchos usan las de agua mineral una vez gastadas rellenándolas una y otra vez para tener agua siempre disponible en el trabajo, excursiones, al hacer ejercicio en casa, etc.
Y puede dar la impresión de que, al contener solo agua pura ya sea mineral o del grifo, el contenido se va a mantener siempre limpio, siendo suficiente con algún enjuague ocasional de la botella, si es que lo hacemos... pero esto no es ni mucho menos cierto.
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Con más bacterias que el asiento del inodoro
De hecho, según Rodrigo Lins, consultor de la Sociedad Brasileña de Enfermedades Infecciosas, esto está lejos de representar la realidad, ya que estos recipientes pueden acumular muchos microorganismos, como bacterias y hongos potencialmente perjudiciales para la salud.
Cada vez que acercamos la botella a la boca para beber, una parte de los microbios que colonizan la piel, los labios, las encías, los dientes y la lengua, se traslada al recipiente y comienza a multiplicarse en este nuevo entorno. De igual modo sucede simplemente por el hecho de sujetar la botella, donde los microbios de las manos se trasladan a su parte exterior, al tapón, etc. creando colonias.
Y también se contamina el recipiente por el simple hecho de llevarlo con nosotros en una mochila, bolso, por dejarlo en el asiento del coche, en la encimera de la cocina, etc. ¿Cómo de importante son estas contaminaciones biológicas?
Pues un estudio realizado por WaterFilterGuru, empresa especializada en el control de la calidad del agua en EE.UU., calculó que una sola botella reutilizable puede transportar alrededor de 20,8 millones de UFC (Unidades de Formación de Colonias), una medida que indica la cantidad de microbios viables, capaces de formar una colonia en una superficie determinada.
El estudio comparó el grado de suciedad de una botella con otros objetos que todos pensamos están siempre mucho más sucios, y los resultados fueron sorprendentes. Por ejemplo, hallaron un promedio de 515 UFC en la superficie del asiento del inodoro. Es decir, la botella tenía 40.000 veces más bacterias que la taza del inodoro.
En el caso de un comedero para mascotas típico se encontraron 1,4 millones de UFC, 4 millones en el ratón de un ordenador y 11 millones en el fregadero de la cocina.
Otro estudio publicado por expertos de la Universidad de Henan en China concluyó que existe un "nivel extremadamente alto de contenido bacteriano y un rápido crecimiento microbiano" en las botellas que usamos para el agua. Los autores calcularon una media de 75.000 bacterias en cada mililitro de agua, pudiendo multiplicarse y alcanzar hasta 2 millones/ml en sólo 24 horas.
Cómo evitar que las botellas se llenen de bacterias y hongos
Entonces, ¿cómo podemos evitar que todos estos microorganismos lleguen a acumularse? Pues hay que cuidar la higiene de las botellas, sobre todo si es un objeto de uso diario.
Lo ideal es lavarla cada vez que la utilicemos. Es decir, antes de volver a rellenar de agua conviene darle un repaso por el grifo con un poco de detergente para lavavajillas frotando suavemente sobre todo la parte de la boquilla.
Por supuesto, no conviene compartir la botella de agua con otras personas, ni siquiera compañeros y amigos con los que estamos a diario o miembros de la familia. Debe ser un objeto de uso personal e intransferible. Nada de llevar una sola botella al parque de la que beben todos los miembros de la casa e incluso algún amigo más que se une a la fiesta.
Además, no conviene rellenar las botellas reutilizables con otros líquidos que no sean agua. Los zumos, refrescos, bebidas isotónicas, etc. van a hacer que crezcan más y más rápido las colonias de bacterias gracias a que son más ricos en nutrientes que el agua.
Finalmente, a la hora de comprar las botellas reutilizables, conviene evitar materiales rugosos y con formas que puedan acumular suciedad, como ranuras, zonas rugosas, etc. Pueden ser más bonitas y llamativas, pero al final menos higiénicas y costará más limpiar esas zonas cada vez que las lavemos.
Vía | BBC
Imagen portada | PXHere
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