Bosch y LG aclaran si los imanes en el frigorífico hacen que gaste más. Y de paso explican lo que más consume

Es una práctica habitual, pero muchos no saben que tiene más de mito urbano y hay otras costumbres peores

Una de las costumbres más habituales para dar un toque de color y frescura a la cocina es usar la nevera como una zona para colocar elementos decorativos. Aprovechando la gran puerta de metal, se suele utilizar el frigorífico como un muro para poner fotos, notas y cualquier tipo de elemento que pueda quedar adherido.

Se pueden usar elementos como post-it, pero lo más habitual es tener imanes que funcionan como método de sujeción. Si eres una persona que ha adoptado esta costumbre, quizás hayas oído un rumor que circula por Internet, que relaciona el uso de imanes en la nevera con un mayor consumo de energía. Por eso, vamos a ver qué dicen dos fabricantes de referencia en este segmento al respecto.

Los imanes no afectan al consumo

Imagen | Kristyna Squared.one

En su momento, conocimos la opinión de Endesa sobre el uso de imanes en la puerta del frigorífico. El frigorífico es uno de los electrodomésticos que más electricidad consume en casa. El impacto en la factura mensual de la luz se nota, y por eso siempre es importante buscar un modelo lo más eficiente posible.

El consumo de electricidad del frigorífico se acerca casi al 30% del consumo energético total de un hogar medio. Por eso, cualquier medida que permita optimizar su funcionamiento y disminuir el consumo de electricidad será bienvenida. Aquí es donde entran en juego los imanes.

Se trata de ahorrar en la factura de la luz de nuestra casa. Si leemos sobre un rumor que afirma que usar imanes en la puerta de la nevera puede hacer que consuma más, ya tenemos la combinación perfecta para preocuparnos.

En su momento, conocimos la opinión de Endesa al respecto, pero ahora son otras dos empresas importantes las que dejan claro cuál es el efecto de tener imanes puestos en la puerta de la nevera.

Imagen | Paco Ródriguez

Una de ellas es Bosch, la empresa especializada en electrónica que cuenta en su catálogo con un amplio abanico de electrodomésticos, incluidos frigoríficos. Al preguntarles al respecto, su opinión fue clara y coincidente con la de la eléctrica española: han desmentido el mito.

"Si se utilizan sólo unos pocos imanes en la puerta del frigorífico, no se espera que el dispositivo funcione mal; pueden producirse arañazos en la superficie. Si se colocan tantos imanes en la puerta del frigorífico que el peso de la puerta aumenta enormemente, se puede acortar la vida útil de la bisagra de la puerta".

Emplear imanes en la puerta de la nevera no afecta el funcionamiento del frigorífico. En todo caso, puede producir arañazos según el material de la puerta, y si esta pesa más, puede afectar a la vida útil de la bisagra. Pero nunca afectará al consumo eléctrico del electrodoméstico.

Otra empresa que se ha pronunciado al respecto es LG, y vuelve a coincidir con lo que afirman las anteriores. Para la empresa coreana, esto es lo que pasa por usar imanes en la puerta de la nevera: nada.

"De hecho, esto es solo un mito: los imanes de nevera no tienen ningún efecto sobre el consumo, la vida útil o los alimentos. Los imanes situados en el exterior del frigorífico no influyen en el funcionamiento ni en la capacidad de refrigeración interna del aparato".

En resumen, es evidente que los imanes no tienen ningún impacto en el funcionamiento del refrigerador ni en la calidad de los alimentos que contiene. La única acción que puede influir en el consumo de energía del refrigerador es abrir y cerrar su puerta con demasiada frecuencia.

Otras prácticas más dañinas que los imanes

Imagen | Hisense

Ya hemos visto que el tema de los imanes en la puerta del frigorífico es un mito y no afecta ni al consumo eléctrico ni a los alimentos que guardamos en su interior. Sin embargo, hay otras prácticas mucho más perjudiciales que quizás pasamos por alto.

Además, es importante hacer un uso racional de la nevera y evitar abrir la puerta con frecuencia. Cada vez que abrimos la puerta, el aire frío se escapa y entra aire caliente, lo que hace que el frigorífico tenga que trabajar más para volver a enfriarse, aumentando el consumo de electricidad.

Abrir la puerta demasiadas veces hace que se pierda temperatura en su interior, consumiendo más energía para recuperarla. Sin embargo, hoy en día, los frigoríficos más eficientes cuentan con tecnologías para reducir el consumo al abrir o cerrar la puerta.

Una medida que podemos adoptar es regular el frigorífico a una temperatura adecuada. Lo mejor es ajustar el termostato del frigorífico entre 3 y 5 °C, mientras que el congelador puede funcionar perfectamente a -18 °C. Temperaturas más bajas de las necesarias aumentan el consumo de energía.

Igualmente, es importante la organización interior. No tener el frigorífico lleno a rebosar, pero tampoco vacío. Lo ideal es tener una carga media de alimentos, separados convenientemente para facilitar la circulación del aire frío y ayudar al frigorífico a retenerlo. Mantén una organización que permita encontrar rápidamente lo que buscas para reducir el tiempo que la puerta permanece abierta.

Otras prácticas interesantes incluyen dejar enfriar los alimentos antes de guardarlos en la nevera. No es aconsejable guardar un plato caliente dentro del frigorífico, ya que, además de aumentar la carga de trabajo de la nevera, puede perjudicar.

Otra medida es colocar el frigorífico en un lugar adecuado, alejado de fuentes de calor como hornos o radiadores, y asegurarse de que haya suficiente ventilación alrededor del aparato.

En la medida de lo posible, guarda los alimentos en recipientes herméticos para mantener la humedad dentro del frigorífico, lo que permite que funcione de manera más eficiente.

Además, si tu frigorífico no tiene el sistema "no frost", asegúrate de eliminar la escarcha que se acumula. Una capa gruesa de hielo reduce la eficiencia del aparato. Eliminarla ayudará a reducir el consumo del frigorífico.

Imagen | Balay

Además es fundamental realizar un mantenimiento mínimo del frigorífico. Un ejemplo puede ser el de asegurarse que las juntas de la puerta, las que hacen que el frigorífico sea un compartimiento estanco, estén en buen estado. Una goma dañada o defectuosa puedo permitir que el frío del interior se escape y por lo tanto aumentar el consumo eléctrico de la nevera..

Si estás pensando en comprar un frigorífico nuevo, busca un modelo lo más eficiente posible. Aunque sea un poco más caro, a la larga puede suponer un gran ahorro en la factura eléctrica. En el caso de los frigoríficos, la OCU avisa de que podemos ahorrar una media de unos 450 euros durante la vida media de este aparato, situada en unos 12 años.

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