Desde recordar todo lo que hicimos antes de perder el objeto a buscar en los lugares más insospechados
A veces, realizar una pequeña pausa y distraerse, puede ayudar a que la mente subconsciente trabaje y que el nerviosismo por la pérdida desaparezca
Perder un objeto y volverse loco buscándolo es algo que seguramente te ha pasado más de una vez (en mi caso, las llaves son un clásico). Y aunque poco a poco la tecnología quiere ayudarnos a evitar esas pérdidas repentinas, hay una serie de pasos que, según los expertos, pueden ayudar a recordar en qué lugar lo extraviamos.
Existen varias técnicas y métodos que nos ayudarán a recordar cuál fue el sitio o la situación en la que perdimos un objeto determinado. Se trata de estrategias centradas, sobre todo, en el uso de la memoria para solucionar el problema.
Piensa en algo que destaque del objeto
Piensa en alguna característica que destaque del objeto que acabas de perder, como el tamaño, el color, las formas, o cómo puede resaltar en el entorno. Se trata de buscar en función de esa característica que lo hace destacar sobre el resto de las cosas. Es una técnica que ya menciona Arryn Robbins, un psicólogo cognitivo de la Universidad de Richmond que se especializa en búsqueda visual.
En lugar de perder el tiempo buscándolo sin rumbo, céntrate en algo que tenga las características del objeto que acabas de perder, dejando de lado el resto de utensilios que alcancen la vista. Si, por ejemplo, perdiste unas llaves con un llavero de color rojo llamativo, busca algo a tu alrededor que tenga esa característica.
Posibles lugares
Otro punto es regresar físicamente al último lugar donde recuerdas tener el objeto o pensar en el sitio en el que sueles dejarlo. Si has extraviado, por ejemplo, las llaves, primero mira en el sitio en el que las sueles dejar, ya sea la entrada de la casa, el bolsillo del abrigo… A veces, solo estar en el mismo lugar te ayuda a recordar lo que hiciste después.
Busca en lugares lógicos de uno en uno y revisa áreas donde suele haber movimiento o acumulación de objetos. A menudo, los objetos perdidos están en áreas comunes, pero cubiertos o desplazados.
Piensa en lo que hiciste antes
Igualmente, piensa en los sitios o acciones que visitaste o realizaste justo antes de darte cuenta de la pérdida. Usa la mente para visualizarlos y, si puedes, muévete y repite lo que estabas haciendo; a menudo, eso ayuda a activar la memoria espacial y recordar dónde lo dejaste.
Incluso puedes intentar revisarlo mentalmente de atrás hacia adelante en lugar de recordar cronológicamente. A veces, trabajar en orden inverso desbloquea detalles pasados por alto en la memoria.
Además, piensa en situaciones específicas y en acciones que hayas realizado y que pueden haber llevado a perder el objeto. Si, por ejemplo, tomaste el coche para ir a algún lugar, es posible que lo hayas dejado en alguno de los compartimentos del vehículo.
Piensa en cómo se comporta un objeto
Reflexionar sobre cómo se mueve un objeto en un momento determinado es una forma de intentar recordar cómo sucedió todo. Por ejemplo, si lanzaste las llaves desde lejos al cesto, es posible que hayan caído detrás del mueble o bajo el sofá.
En este sentido, no te conformes con quedarte de pie y mirar. Busca en todas direcciones: hacia abajo, hacia arriba, a la izquierda y a la derecha. Agáchate para mirar debajo del sofá y de los muebles, revisa detrás de macetas… lo que buscas puede estar oculto en cualquier sitio.
Busca en lugares insospechados
Relacionado con el punto anterior, dedica tiempo a buscar en cualquier lugar, incluso en aquellos donde pienses que es poco probable que hayas dejado el objeto perdido. Si normalmente dejas las gafas en un sitio específico, no descartes cualquier otro lugar o situación donde puedan haber acabado. Para esto, es fundamental poner en práctica también algunos de los pasos anteriores, intentando visualizar lo que hiciste antes de la pérdida.
Divide tu espacio en secciones
En lugar de buscar a lo loco, puedes optimizar el proceso dividiendo la “zona de trabajo” en partes más pequeñas. Haz una especie de cuadrícula mental y realiza la búsqueda por zonas. Aunque el proceso llevará más tiempo, será más eficiente y podrás obtener mejores resultados.
Si, por ejemplo, quieres buscar en el salón de casa, en lugar de hacerlo en su totalidad, comienza revisando un mueble o un aparador que estén en la misma área; si no encuentras nada, desplázate a otra sección para continuar la búsqueda.
Pausar la búsqueda
Además, algo que yo siempre hago es hacer una pausa, intentar distraerme con otra actividad. A veces, dejar de buscar permite que la mente subconsciente trabaje y que el nerviosismo por la pérdida desaparezca. Esto, en muchas ocasiones, me ayuda a recordar dónde dejé lo que estoy buscando.
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