En varias ocasiones hemos hablado sobre cómo ahorrar agua en casa y, al mismo tiempo, reducir la factura de la luz. Aunque a simple vista no parezca que haya relación entre ambos conceptos, el grifo juega un papel fundamental en ambos casos.
Puede parecer que no existe conexión, pero al usar agua caliente estamos generando un mayor consumo energético que se refleja en la factura de la luz. Con la llegada de los primeros fríos, el uso del agua caliente se incrementa, y es aquí donde es importante considerar el tipo de grifo que tenemos en casa, ya que existe un modelo que puede ayudar a ahorrar agua e incluso en la factura de la luz.
Foto de Valeriia Miller
Como ya sabemos, y lo hemos comprobado con la lavadora, calentar el agua es un factor que contribuye significativamente a un mayor gasto energético, lo que se traduce en un aumento en la factura de la luz cada mes. Cuando llegan los primeros fríos y los sistemas de calefacción empiezan a funcionar, se hace más común usar agua caliente (ya no resulta tan agradable utilizar agua fría). Pero es que además no hay que olvidar el gasto de agua.
Sin embargo, lo que no todos saben es que existe un tipo de grifo que permite ahorrar agua y también en la factura energética. De hecho, es lo que explica Alberto Reche, presidente de la Asociación de Instaladores de Fontanería, Calefacción, Climatización y Afines de Granada.
Este especialista recomienda el uso de grifos monomando en casa, calificándolos como la mejor opción. “Además de utilizar materiales de calidad, que es lo más importante, los grifos monomando son la mejor opción porque han avanzado mucho en términos de ahorro”.
Estos grifos, cada vez más comunes en muchos hogares, permiten ahorrar en el consumo de agua, ya que suelen contar con dos posiciones. Una de ellas abre ligeramente el caudal, y aplicando un poco más de fuerza en el mando se accede a una segunda posición que libera una mayor cantidad de agua. Este mecanismo está presente en los grifos monomando más modernos.
Además, son muy útiles para ahorrar en el uso de agua caliente. “Los monomandos modernos ayudan a gastar menos agua caliente. En la posición central solo sale agua fría”, y utilizando el primer tope, el caudal es menor. Es un mecanismo similar al de muchas cisternas de doble descarga.
Con este sistema, al hacer que no se use tanto el agua caliente, se evita también el uso del calentador, caldera o termo, elementos que necesitan un importante consumo eléctrico para calentar el agua que luego sale por el grifo.
Estos grifos mejoran lo que ofrecían los tradicionales, que en la posición central mezclaban agua fría con caliente. Con los nuevos modelos, para obtener agua caliente hay que llevar el mando completamente hacia la izquierda.
Imagen | IKEA
Otra ventaja que se puede aprovechar es el uso de aireadores. Este sistema está prácticamente integrado en todos los grifos modernos, pero si no es así, siempre se puede comprar uno independiente y acoplarlo. El objetivo del aireador es actuar como un atomizador, logrando así reducir el volumen de agua que sale por el grifo sin afectar la presión.
No hay que cambiar los grifos
Para finalizar, el experto afirma que no es necesario cambiar el grifo con frecuencia, ya que su mecanismo es simple y no presenta gran complejidad, lo que les permite durar bastantes años en la mayoría de los casos. “No hay que hacer gastos innecesarios; si se renuevan, se puede conseguir cierto ahorro, pero no es obligatorio cambiarlos muy a menudo”.
Solo será necesario cambiar el grifo cuando empiece a presentar algún problema en su funcionamiento. “Si aparecen holguras en el mando que dificultan cerrarlo, o si es necesario ejercer mucha presión, ha llegado el momento de cambiarlo. También es importante revisarlo si empieza a gotear”, explica.
Vía | Ideal
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