Tener persianas en casa o contraventanas, es clave para frenar la pérdida de calor y la entrada de frío pero también es básico saber usarlas
Es recomendable cerrar las persianas y contraventanas por la noche para conservar el calor
Llega el invierno y las bajas temperaturas se convierten en algo cotidiano. No solo es el momento de salir a disfrutar de los paisajes invernales, también es la hora de repasar el estado de la casa, vigilando el aislamiento para que no entre frío y se pierda el calor.
Y es que con las bajas temperaturas, aumentan los gastos de climatización en casa para mantener el hogar a una temperatura adecuada. Un coste que, además, se incrementa en el caso de viviendas que no tengan un buen aislamiento. Sin embargo, intentar mejorar esta situación y gastar menos es tan fácil como aplicar un pequeño truco que no necesita obra.
Persianas y contraventanas
Ya hemos visto cómo hay puntos críticos en las casas por los que se puede escapar el calor acumulado y entrar el frío. El cajetín de la persiana es uno de ellos, pero también lo son las ventanas, paredes, suelos, techos y puertas. Tener una casa caliente y una temperatura idónea puede suponer un gasto importante que aumentará en función del tamaño del piso y de la cantidad de calor generado que se pierda. De ahí la importancia de un buen aislamiento.
Se trata de un problema que se aprecia sobre todo en viviendas antiguas que cuentan con un aislamiento deficiente. Estas casas son más propensas a perder el calor que se ha generado a través de paredes, techos y ventanas. Según el fabricante de ventanas Velux, aproximadamente el 30% del calor se escapa por las paredes, el 21% a través del techo y cerca del 12% por las ventanas. Además, en las habitaciones situadas sobre sótanos, se pierde un 11% adicional a través del suelo.
Acabar con los problemas de aislamiento no siempre es fácil y, en muchas ocasiones, requiere la realización de obras. Sin embargo, hay pequeños gestos que pueden ayudarnos a minimizar las fugas y pérdidas de temperatura en el hogar.
Hemos visto cómo se pueden reforzar cierres usando ajustes de goma y sellando grietas, de forma que se eliminan en gran parte las fugas de energía. Igualmente, se pueden usar burletes en las puertas y selladores en los cajetines de las persianas. En las ventanas se pueden aplicar trucos caseros o láminas que filtran la fuga de frío (si no tenemos ventanas con rotura de puente térmico), pero otra opción que existe es el uso de persianas y contraventanas, y saber usarlas es básico.
Una persiana o una contraventana es una opción efectiva para conservar el calor interior. Mientras que en España las primeras son muy populares, en otros países del norte de Europa (y en zonas frías de España también) está muy extendido el uso de contraventanas. Para quien no esté familiarizado, una contraventana es una puerta exterior unida a la ventana, ya sea con bisagras o un sistema corredero, que bloquea la luz, regula la temperatura y protege la ventana de suciedad y lluvia.
Y, al igual que cerramos las ventanas durante el día en verano para mantener el frescor, en invierno es recomendable cerrar las persianas y contraventanas por la noche para conservar el calor.
Para evitar la entrada de frío en invierno con las persianas, bájalas por completo durante la noche para crear una barrera térmica, y súbelas durante el día si hay sol para aprovechar el calor natural. Asegúrate de que estén bien ajustadas para evitar filtraciones, considera usar modelos térmicos para un mejor aislamiento y complementa su uso con cortinas gruesas o térmicas para una protección adicional.
No todas son iguales. Dicho esto, ni todas las persianas ni todas las contraventanas son iguales. Hay algunas que ofrecen un mejor aislamiento que otras y, en este sentido, son más eficientes aquellas que se encuentran más cerca del cristal. Además, también influyen los materiales de fabricación; por ejemplo, las de PVC y madera retienen mejor el calor.
En el caso de las persianas, las de PVC o vinilo destacan por su resistencia a la humedad y su eficiente aislamiento térmico. Son una alternativa robusta, de fácil mantenimiento, y su capacidad para bloquear el paso de corrientes de aire frío ayuda a optimizar el consumo energético. Un rendimiento muy similar al de las de madera, con la ventaja de que pesan menos y requieren menos cuidados. Las de aluminio son las peores en cuanto a aislamiento, y si quieres emplear este material, lo ideal es usar aluminio con rotura de puente térmico.
Si usas contraventanas, puedes optar por modelos de madera o plástico antes que por los de metal, ya que estos últimos aíslan peor de las bajas temperaturas.
Además de bajar las persianas y cerrar las contraventanas, otro gesto importante para mejorar el aislamiento de casa es cerrar las cortinas por la noche. Además de usar cortinas gruesas que puedan servir como barrera térmica adicional, es importante que, cuando hace frío, las cerremos para que puedan hacer mejor su trabajo.
Además, hay que tener en cuenta que existen modelos de cortinas específicas que sirven como aislantes. Son las llamadas cortinas térmicas o las persianas plisadas con estructura alveolar, que pueden reducir el consumo energético en aproximadamente un 5,7 %.
Recuerda, además, que también es conveniente evitar la pérdida de calor en otras zonas de la casa. El suelo, un lugar habitual por el que se pierde calor, puede ser más acogedor y cálido si se cubre con alfombras y moquetas. Igualmente, podemos colocar paneles de papel de aluminio tras los radiadores para que el calor se retenga mejor.
Imagen de portada | Katrin Agni para Pexels
Vía | 20Minutos.ch
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