Cuidar el riego, el uso de fertilizante o aprovechar para realizar una limpieza y poda, son fundamentales
Además es aconsejable que el proceso sea progresivo para permitir la adaptación sin problemas
Si cuando llega la primavera es habitual sacar las plantas a la terraza para que se beneficien de temperaturas más suaves y de una dosis extra de luz solar, ahora, con la llegada del invierno, es importante protegerlas del frío. Pasar las plantas del exterior de la casa al interior requiere, además, una serie de cuidados para que no se vean afectadas.
No basta con simplemente introducir la planta dentro de casa. Después de unos meses viviendo en el exterior, acostumbrarse a un ambiente más cálido, más cargado y con menos luz solar requiere que prestemos atención a algunos consejos.
En las tiendas podemos encontrar plantas pensadas para el exterior y para el interior, pero con la llegada del frío y las heladas, la mejor idea para estas últimas pasa por llevarlas de nuevo dentro de casa. Sin embargo, trasladarlas al interior del hogar requiere algunas precauciones.
Hazlo con tiempo
En primer lugar, es importante realizar el traslado antes de que comiencen las primeras heladas y las temperaturas bajen drásticamente. Dependiendo de la zona en la que vivas, deberías hacer este traspaso al menos un mes antes de la primera helada esperada.
Busca si hay insectos o huevos
Al estar al aire libre, las plantas pueden atraer “viajeros” no deseados, como pulgones, arañas y otros insectos que se pueden instalar en el suelo o en las hojas, propagándose rápidamente en el interior.
Antes de llevarlas dentro, se recomienda inspeccionar las hojas cuidadosamente y eliminar cualquier insecto. Puedes ayudarte con un truco, sacudiendo la planta sobre una hoja de papel blanca para comprobar si aparecen puntos negros que indican la presencia de plagas.
Si encuentras insectos, puedes sumergir la planta en agua con jabón o rociarla con una manguera para eliminarlos. En casos graves, se puede aplicar un jabón insecticida y revisar el cepellón en busca de posibles roedores o serpientes.
Adaptación progresiva
Las plantas pueden notar el cambio del exterior al interior y sufrir estrés debido a la diferencia de temperatura y a una disminución de los niveles de luz. Un cambio repentino puede afectar a la salud de la planta, hacer que las hojas se caigan e incluso provocar su muerte.
Para evitar un cambio brusco, lo ideal es acostumbrar a la planta poco a poco, llevándola al interior de la vivienda durante ratos, una semana antes de hacer el traslado definitivo. Durante ese tiempo, colócala en una zona con menor cantidad de luz (una luz difusa funciona bien) para que se vaya acostumbrando a este nivel más bajo de luz y a las temperaturas más frescas del interior de la casa.
Una vez aclimatada al interior, colócala en una zona bien iluminada durante aproximadamente una semana antes de moverla a su ubicación definitiva. No te alarmes si algunas hojas caen; es un comportamiento normal incluso con una adaptación gradual.
Reducir el fertilizante
El invierno es una época en la que la mayoría de las plantas están en reposo y no necesitan fertilizantes que impulsen un crecimiento excesivo. Se recomienda dejar de fertilizarlas aproximadamente un mes antes de llevarlas al interior para evitar el crecimiento de nuevos brotes vulnerables al cambio.
Una vez adaptadas al interior, puedes fertilizarlas de forma ligera y ocasional, usando fertilizantes diluidos o de liberación lenta. Otra opción es añadir una capa delgada de compost sobre el suelo, que liberará nutrientes gradualmente a medida que se descompone.
Reducir el riego
Al igual que necesitan menos fertilizante, las plantas también requieren menos agua durante el invierno. Es una época en la que entran en un estado de latencia, por lo que debes reducir la cantidad de riego.
Mantener el mismo nivel de riego que durante el verano puede provocar que la planta se encharque, perdiendo hojas o incluso muriendo. Sin embargo, la reducción del riego debe ser gradual, asegurándote de que el suelo esté lo suficientemente húmedo para que la planta sobreviva.
Poda y limpieza
Antes de trasladar las plantas al interior, es importante realizar una poda y limpieza adecuadas. Dedica tiempo a eliminar las hojas y flores secas, así como los tallos muertos y cualquier material que haya caído sobre el sustrato, ya que podría atraer plagas o enfermedades.
También debes cuidar el tamaño de la planta. Si ha crecido demasiado para el tiesto, aprovecha este momento para trasplantarla a un macetero más grande o dividirla, si es apropiado para su tipo.
Vía | EcoInventos
Portada | Foto de Al Kawasa en Unsplash
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