Estos son los peligros de guardar la olla en el frigorífico con la comida que hemos preparado

  • La falta de refrigeración de los alimentos es uno de los problemas que puede provocar la aparición de bacterias

  • Además, se puede producir la contaminación cruzada con otros alimentos de olores y sabores

Que levante la mano todo aquel que no ha visto cómo en su casa en algún momento, se ha guardado una olla o una cacerola en el frigorífico con la comida que se ha preparado o incluso cuando ha sobrado bastante (es un clásico de la Navidad, cómo el turrón).

Se trata de una práctica muy común en muchos hogares, pero el que sea habitual no quiere decir que sea aconsejable. Y es que no se trata ya solo de guardar la comida recién preparada en la nevera, sino que tampoco es aconsejable almacenar la comida en la olla en la que se ha preparado. Y los expertos dan los motivos por los que hay que evitar esta práctica.

No es el material más adecuado

Imagen | NRD en Unsplash

Y es que guardar la comida en el mismo recipiente en el que se ha cocinado es algo que puede terminar perjudicando a la comida que guardamos, pero también a nuestra salud.

Frente al uso de la misma olla o cacerola para guardar la comida que hemos preparado, existen otras alternativas más interesantes. El mejor ejemplo está representado por los táperes, de entre los cuales ya hemos visto como es aconsejable emplear modelos de cristal en lugar de plástico.

Guardar la comida en un táper permite almacenar los elementos de forma óptima para poder consumirlos posteriormente y con la garantía de que se encuentran en buenas condiciones.

Frente al uso de un recipiente adecuado, una cacerola o una olla no ofrecen las mejores condiciones para almacenar los alimentos. El motivo es que estas suelen estar fabricadas en aluminio, un material que puede oxidarse más rápidamente en el ambiente frío y húmedo del frigorífico y que puede alterar las propiedades de los alimentos afectando su sabor y calidad.

Mantener la comida caliente en la olla dentro del frigorífico prolonga el tiempo en esta zona peligrosa.

Además, si se guarda con la comida caliente y por el material del que suelen estar hechos estos recipientes, hace que se retenga el calor, lo que impide que los alimentos se enfríen rápidamente a la temperatura segura del frigorífico (entre 1°C y 4°C).

Este enfriamiento lento permite que los microorganismos patógenos, como las bacterias, se multipliquen rápidamente a temperaturas templadas, aumentando el riesgo de intoxicaciones alimentarias. La comida debe enfriarse rápidamente para evitar mantenerse en la "zona de peligro" (entre 4°C y 60°C), donde las bacterias se reproducen más rápido.

Por lo tanto, almacenar la comida en la nevera, usando la cacerola o la olla en la que se ha preparado el plato puede provocar la aparición de una intoxicación alimentaria, debida a una refrigeración poco adecuada que favorezca que se produzcan microorganismos patógenos.

De hecho, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) enfatiza la importancia de almacenar los alimentos en recipientes cubiertos o bolsas selladas y así ayudar a mantener los ingredientes en buen estado, prevenir problemas de salud y asegurar una conservación más segura.

En este sentido, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) sugiere refrigerar la comida tan pronto como deje de quemar, aunque siga caliente. Si bien, no hay que olvidar que guardar una olla caliente en el frigorífico tiene como pega el que sube la temperatura interna del aparato y por lo tanto se gasta más electricidad además que puede afectar a la conservación de otros alimentos.

A la hora de guardar alimentos y platos en la nevera, lo ideal es no guardarlos en recipientes abiertos o inadecuados, ya que así se puede aumentar el riesgo de contaminación cruzada. Los olores y sabores de otros alimentos pueden pasarse a otros platos y los microorganismos presentes en el frigorífico pueden contaminar los alimentos mal almacenados.

Además, es importante observar los distintos compartimentos que existen en el frigorífico para elegir el más adecuado a la hora de almacenar los alimentos. Por ejemplo, la puerta de la nevera es la zona menos fría y es adecuada para bebidas y salsas, mientras que los estantes superiores y centrales son más fríos y son los adecuados para lácteos, embutidos, platos, cocinados y productos abiertos que requieren refrigeración.

La zona inferior, la que suele tener algún estante y los cajones es la parte ideal para guardar frutas y verduras o carnes y pescados crudos. Las frutas y verduras se suelen guardar en los cajones, mientras que las carnes, pescados y productos que se van a descongelar, deben guardarse en el estante inferior, el más frío de todos.

Vía | 20Minutos

En Xataka SmartHome | Ocho sencillos trucos para que nuestro frigorífico gaste menos luz y los alimentos duren más

Ver todos los comentarios en https://www.xatakahome.com

VER 0 Comentario

Portada de Xataka Smart Home