El consumo eléctrico de un ventilador es insignificante si lo comparamos con otros electrodomésticos de uso cotidiano
El calor sigue con nosotros y si tenemos aire acondicionado en casa, ventiladores o sistemas de evaporación, lo normal es que los encendamos en las horas más calurosas del día. Sin embargo, puede que dado el alto precio de la luz optemos por no hacerlo para ahorrar todo lo posible, sobre todo si la situación económica en casa no es muy boyante.
Y de hecho está claro que si no los ponemos en marcha gastaremos menos luz, aunque en el caso de los ventiladores ya vimos en su día que el ahorro es insignificante, incluso aunque los tengamos todo el día o toda la noche conectados.
No obstante, también es frecuente que prescindamos de su uso por creer que son la principal fuente de gasto eléctrico junto con otros sospechosos habituales como la lavadora, el horno o el lavavajillas, pero luego, sin darnos cuenta, tenemos otro montón de aparatos encendidos que gasta mucho más y que son los que realmente hacen subir la factura.
Electrodomésticos que gastan mucha electricidad en casa
Entre los electrodomésticos del hogar podemos diferenciar claramente dos clases de equipos en función de su tiempo de uso y del gasto energético. En primer lugar tenemos los que consumen mucha potencia de forma puntual (típicamente más de 1.000 vatios) necesitando gran energía durante periodos cortos, y en segundo lugar los que tienen un bajo consumo pero su tiempo de utilización es de muchas horas a lo largo del día, como los ventiladores que suelen gastar entre 40 y 50 vatios. ¿Cuáles son los que más luz consumen?
- Las planchas para la ropa y el pelo han evolucionado poco conceptualmente en los últimos 100 años. Una resistencia poco eficiente calienta una superficie y un depósito de agua sobrepasando generalmente los 2.000 vatios en los modelos básicos. Esta cifra incluso puede ascender hasta los 3.000 vatios o más en algunos de gama alta y sobre todo en los centros de planchado con calderín de vapor aparte, que disparan el consumo eléctrico.
- Los secadores de pelo proporcionan un calor inmediato gracias a un altísimo consumo eléctrico, que es posteriormente expulsado al exterior por un sistema de ventilación. Pueden superar fácilmente los 1.500 vatios en los más básicos pero hay equipos de altas gamas que incluso llegan a cifras muy superiores por encima de los 2.000 vatios.
- Las planchas eléctricas para cocinar se pusieron muy de moda hace unos años con multitud de modelos en el mercado y su misión es muy básica, calentar una superficie metálica usando una resistencia eléctrica. Consumen más de 1.500 vatios y en los modelos más grandes y potentes sobrepasan los 2.000 vatios para ofrecer un calor instantáneo con el que cocinar fácilmente.
- Las tostadoras y sandwicheras son también unos electrodomésticos que hacen su trabajo consumiendo una gran cantidad de energía eléctrica siguiendo la estela de funcionamiento basada en resistencias del resto de aparatos de la lista. Las más discretas cuentan con potencias que rondan los 1.200-1.500 vatios, aunque hay modelos que gastan aún más. Sin embargo, estos equipos tienen la ventaja de que el tiempo de uso suele ser muy reducido, de unos 5-10 minutos como mucho.
- Las freidoras de aceite y de aire son otro electrodoméstico imprescindible en muchas cocinas españolas. En el caso de las de aceite, el consumo eléctrico puede rondar fácilmente los 2.000-2.500 vatios en los modelos de tamaño intermedio. Y en las de aire se reduce sensiblemente pero aún así suele estar entre los 1.000 y 1.500 vatios.
- Los frigoríficos son enormes aparatos que pese a su tamaño tienen un gasto energético reducido. Con unos consumos que rara vez superan los 200-300 vatios de pico, pero que tienen que estar encendidos las 24 horas del día, por lo que al final el gasto se dispara. Por ello no conviene estar todo el día abriendo y cerrando la puerta y verificar que las gomas aislantes de la misma están en buenas condiciones.
- El termo eléctrico es otro de los grandes consumidores de electricidad en casa. Muchas veces lo dejamos encendido sin darnos cuenta, gastando cantidades de 1.000-1.500 vatios cuando no vamos a necesitarlo. Además, en verano con el calor podemos bajar la temperatura de funcionamiento a unos 40 grados, que para ducharnos será suficiente y ahorraremos mucha electricidad.
- La tele puede ser también una gran consumidora de electricidad, porque en muchos hogares hay la costumbre de encenderla por la mañana y dejarla puesta casi todo el día, como para "crear ambiente", gastando y gastando muchas veces sin que estemos viendo algún programa concreto. Esto hace que el consumo se dispare y que el televisor suponga hasta el 7,5% del gasto eléctrico en los hogares. Lo ideal es encenderla solo cuando vayamos a verla de verdad, pero además se puede apagar la pantalla dejando funcionando el sonido si nuestro modelo lo permite y configurar un nivel de brillo del panel bajo para cuando el uso sea generalista y un modo de máximo brillo cuando realmente vayamos a aprovecharlo con alguna película o serie.
Imagen portada | PxHere
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