Con unas dimensiones fuera de lo común, pretende ser una alternativa a las construcciones tradicionales rebajando considerablemente los costes en la mano de obra
A los problemas de escasez de suelo en muchas ciudades se suman los altos precios en materiales convencionales y mano de obra, lo que ha hecho que en los últimos años acceder a una nueva vivienda de tamaño medio sea cada vez más complicado.
De ahí que resulte cada vez más habitual que surjan propuestas como las casas prefabricadas, más económicas aunque en general con menores prestaciones, o las formas alternativas de construcción que prometen abaratar costes, como la impresión en tres dimensiones.
Factory of the Future 1.0, una impresora gigante para nuestras casas
En este contexto es en el que se ha desarrollado la llamada Factory of the Future 1.0 (FoF 1.0), una impresora en 3D de gigantescas proporciones mostrada oficialmente al público este pasado 23 de abril en el Advanced Structures and Composites Center (ASCC) en Estados Unidos.
Creada por la Universidad de Maine, se trata por ahora de la que afirman es la impresora 3D más grande del mundo, siendo unas cuatro veces mayor que el modelo presentado hace un año en la misma universidad y capaz de construir una casa pequeña en unas 80 horas y que ofrece unas muy interesantes prestaciones gracias a su enorme tamaño y materia prima empleada.
A diferencia de otras impresoras 3D para viviendas que utilizan hormigón y cementos en superficies relativamente pequeñas, FoF 1.0 es como una impresora de escritorio aumentada que funciona con polímeros termoplásticos y que puede crear objetos de hasta 29,26 metros de largo, 9,75 metros de ancho y 5,49 metros de alto.
Estas dimensiones dan para fabricar viviendas de unos 290 metros cuadrados de una sola vez, o construir grandes módulos que pueden ensamblarse posteriormente con una capacidad de colocar el material útil de hasta 226,8 kilogramos por hora.
Una de las aplicaciones más prometedoras de FoF 1.0 es la construcción de viviendas accesibles con precios más económicos que las actuales y que en el futuro podrían incluir no solo estos materiales plásticos, sino también soluciones mixtas con fibras extraídas de residuos orgánicos como la madera, lo que le da además un toque más ecológico.
Además, sus inventores afirman que no solo es posible construir viviendas, sino que la máquina puede tener aplicaciones en otras obras civiles como puentes, sistemas de seguridad, mobiliario urbano y más aplicaciones industriales que están por venir, ya que sus grandes dimensiones permiten fabricar casi todo tipo de objetos.
La impresora también facilita las operaciones robóticas colaborativas a gran escala y la integración de nuevas tecnologías como sensores de alto rendimiento e inteligencia artificial.
Vía | Ecoinventos
Más información | Universidad de Maine
Imagen portada | Associated Press en YouTube
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