En casa estamos acostumbrados a limpiar y mantener aseada la ropa de cama. Sábanas, almohadas, fundas, edredones y en general cualquier tipo de ropaje pasa regularmente por el tambor de la lavadora. Y sin embargo hay un elemento fundamental que solemos pasar por alto.
Se trata del colchón, la base para obtener un descanso reparador y que muchas veces está prácticamente aparcado en el dormitorio y al que no le hacemos caso. Y es un error, puesto que cuidar el estado del colchón es fundamental para descansar correctamente y además evitar enfermedades producidas por los ácaros y los gérmenes. Por eso es fundamental limpiar el colchón y aquí vamos a repasar un truco que permite hacerlo de forma fácil.
El poder de la despensa
Tener el colchón limpio permite una correcta higiene y eliminar ácaros y gérmenes que pueden terminar provocando problemas de salud. Sin embargo, a diferencia de otros elementos como el colchón no es algo que podemos meter en la lavadora, algo que no impide que podemos realizar una limpieza profunda de forma periódica.
El colchón puede acumular polvo, ácaros, bacterias y otros alérgenos con el tiempo. Esto puede contribuir a problemas de salud como alergias, asma y otros trastornos respiratorios. Limpiar el colchón regularmente ayuda a mantener un ambiente más higiénico para dormir y para lograrlo podemos aprovechar un elemento como es el bicarbonato.
Lo ideal es realizar una limpieza superficial una vez al mes y dos limpiezas más profundas al año, que pueden coincidir con el cambio del invierno al verano y viceversa. Y aquí entra en acción el bicarbonato.
Para limpiar el colchón con bicarbonato debemos tener a mano un pequeño elemento con agua (una palangana, una cacerola...), un trapo y algo de jabón. Lo primero que haremos es humedecer el trapo con agua y jabón y frotar el colchón para quitarle la suciedad más superficial.
Luego, procedemos eliminando los restos de jabón que puedan haber quedado en algunas zonas pasando un trapo húmedo para después dejarlo secar. Si no quieres esperar, puedes ayudarte de un secador para acelerar el proceso, pero siempre es importante que se seque, ya que la presencia de la humedad podría provocar daños en el colchón y la aparición de moho.
Cuando el colchón esté seco, puedes espolvorear el bicarbonato sobre el mismo, haciendo incidencias sobre todo en las zonas que tengan manchas y restos de suciedad. Deberás dejar que haga efecto durante unas horas.
Pasado ese tiempo, puedes quitar los restos de bicarbonato del colchón, usando un aspirador o si no lo tienes a mano, un trapo seco o un cepillo de los que hay para quitar los pelos y la suciedad de la ropa. En este caso, ten en cuenta abrir las ventanas porque el bicarbonato se extenderá por toda la habitación.
Cuando el bicarbonato haya hecho su efecto, habrá eliminado las manchas presentes en el colchón, de paso que lo desinfecta acabando con ácaros y posibles gérmenes que estén incrustados en su tejido.
Mantener limpio el colchón no solo significa eliminar la suciedad y los alérgenos. Y es que es una medida que puede ayudar a prolongar su vida útil. La acumulación de suciedad y humedad puede causar daños al colchón con el tiempo, lo que puede reducir su comodidad.
Foto de portada | Cup of Couple
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