Quiero una chimenea en casa pero no tengo salida de humos: qué opciones hay, ventajas e inconvenientes de cada una

Los sistemas de calefacción tradicionales como las estufas de leña o incluso las más modernas de pellets han ido creciendo en popularidad en los últimos años y para muchos consumidores representan una alternativa más asequible a la hora de calentar sus viviendas, sobre todo si ya tienen el hogar adaptado a estos métodos de calefacción y lo único que han de hacer es comprar la materia prima.

Pero tienen un problema y es que necesitan precisamente eso, que contemos con una chimenea o salida de humos ya preparada si no queremos meternos en obras, permisos y más gastos. ¿Y si queremos tener una estufa o chimenea en casa y no contamos con dicha salida de humos?

Pues existen en el mercado varias alternativas que permiten lograr efectos similares a las chimeneas clásicas, con llamas naturales o virtuales y que dan ese aspecto acogedor de hogar, aunque presentan también algunas desventajas.

Chimeneas sin salida de humos: principales tipos

En primer lugar tenemos las chimeneas de bioetanol, con un diseño que encajará prácticamente en cualquier salón y que podremos colocar directamente en cualquier pared que tengamos libre. Son dispositivos que cuentan con un pequeño depósito de biocombustible que únicamente necesita la apertura de una válvula para ponerse en marcha. Para  encender la llama se utiliza un encendedor alargado.

No requieren de instalación compleja, ya que el equipo funciona de forma autónoma y tampoco es necesario contar con una salida de humos. El único mantenimiento que necesitan es la recarga del combustible, emitiendo en la combustión vapor de agua y una mínima cantidad de CO₂, por lo que es recomendable una buena ventilación de la habitación cada dos horas

En las tiendas podemos encontrar diferentes modelos con muy distintos tamaños y capacidades caloríficas, como por ejemplo esta chimenea con una potencia de hasta 3,4 kW/hora ideal para estancias de aproximadamente 30 metros cuadrados.

Estas chimeneas nos llegarán desmontadas y necesitaremos, además de un tiempo aproximado de 1 hora de montaje para las más grandes, algunas herramientas concretas para hacerlo

En cuanto al combustible que utilizan, el bioetanol, es un tipo de alcohol que se produce a partir de plantas con alto contenido de celulosa, como la caña de azúcar, la remolacha o el maíz. Además, se puede extraer de desechos forestales y residuos agrícolas.

Este combustible no emite residuos, humo ni olores, es fácil de manejar y guardar y lo podemos comprar en garrafas generalmente de entre 3 y 10 litros que iremos suministrando a la chimenea.

La otra gran opción ahora mismo en el mercado son las chimeneas eléctricas con simulación de llama virtual, una evolución de los radiadores clásicos de toda la vida pero que adoptan un aspecto de chimenea más decorativo y vistoso.

La idea es simular que estamos ante una chimenea gracias a pantallas LCD y efectos de luces LED que emulan el crepitar de las llamas dando la sensación de hogar pero consumiendo solo electricidad, sin emitir ningún tipo de residuo al ambiente.

Son sencillas de instalar, ya que basta con tener un enchufe cerca y las más modernas vienen con extras como termostatos, programadores, control de potencia, varios modos de funcionamiento, etc.

¿Algún ejemplo? Pues tenemos este modelo muy popular de Lidl que cuesta 144,99 euros, se coloca de forma horizontal y ofrece una potencia de 2.000 W. Cuenta con efecto LED que simula las llamas ardiendo y se controla mediante su pantalla táctil o el mando a distancia.

Tiene protección contra sobrecalentamiento, ofrece tres modos de funcionamiento (Confort, Eco y Antiheladas) y su temperatura se puede regular entre 7 y  35ºC. Por último, se puede destacar que íntegra un temporizador para  que puedas establecer horas de encendido y/o apagado.

Chimeneas sin salida de humos: ventajas e inconvenientes

Como vemos, la ventaja principal de estos tipos de chimeneas es la sencillez de instalación y la rapidez para tenerla funcionando en casa, sin necesidad de tubos, tuberías o salidas de humos al exterior. Pero no están exentas de inconvenientes importantes como veremos a continuación.

Para empezar el coste de uso, que es más elevado que el de las estufas de leña y pellet porque el "combustible" que usan es más caro. En el caso del bioetanol, las botellas tienen un coste muy superior al de la leña, duplicando o triplicando el precio a pagar fácilmente, dependiendo de dónde lo compremos.

Y en el caso de las chimeneas eléctricas, no dejan de ser un radiador camuflado por fuera que gasta entre 1.500 y 2.500 vatios dependiendo del modelo. Además, son menos eficientes que los clásicos de aceite por su forma y porque toda la parafernalia extra de luces y simulación de llama gastan energía adicional.

También hay que tener en cuenta que a diferencia por ejemplo de los radiadores clásicos que suelen ser sencillos de transportar y que incluso tienen ruedas, estas chimeneas están pensadas para que las montemos en un sitio fijo y no las estemos moviendo de habitación, ocupando además un considerable espacio mayor que sus equivalentes calefactores eléctricos convencionales.

¿Merecen la pena? Pues depende. Si lo que queremos es un aparato de calefacción que sea decorativo y caliente la estancia pero solo de forma puntual, por ejemplo para recibir visitas en Navidad, para usar los fines de semana, etc. son una estupenda opción.

Si lo que buscamos es un sistema de calefacción general para uso diario intensivo durante muchas horas al día y con gran capacidad calorífica, estos equipos resultarán menos eficientes, potentes y más caros de usar que las estufas convencionales.

Imagen portada | Leroy Merlín

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