Ni una semana ni un mes: esto es lo que duran los huevos en la nevera

En la nevera, hay alimentos que suelen tener un lugar fijo: lácteos, verduras, carnes, pescado y, por supuesto, huevos. Estos últimos son un alimento básico en la dieta de muchas personas, pero a la hora de conservarlos, surgen muchas dudas. ¿Es el frigorífico el mejor lugar para almacenarlos?

Algunas personas creen que no es necesario guardar los huevos en el refrigerador, basándose en que, al comprarlos, no están refrigerados. Sin embargo, conservarlos correctamente es fundamental para evitar riesgos de salud.

El tiempo exacto

Los huevos son un alimento fresco que requiere condiciones específicas de conservación. Incluso los huevos ecológicos tienen una fecha de caducidad. Aunque al comprarlos están a temperatura ambiente, esto no debe llevar a confusión: necesitan un almacenamiento adecuado.

El mito de que los huevos no requieren refrigeración proviene de cómo se manejan en otros países. Allí, se lavan antes de venderlos, eliminando su cutícula protectora, lo que obliga a mantenerlos fríos. En España, no se lavan, conservando esta capa natural, pero refrigerarlos sigue siendo lo más aconsejable.

La fecha de consumo preferente de los huevos frescos suele ser de 28 días desde su puesta, según las normativas alimentarias. Si los compras en comercios locales y están recién puestos, tendrás cerca de un mes para consumirlos con seguridad.

Sin embargo, no siempre se puede saber cuánto tiempo tienen desde su puesta, es importante prestar atención a su conservación. Lo ideal es guardarlos en la nevera. De hecho, casi todos los frigoríficos incluyen un compartimento específico para ellos en la puerta.

Para una conservación óptima, deben mantenerse a una temperatura constante, entre 4 °C y 6 °C. Esto ayuda a prolongar su vida útil, permitiéndoles durar hasta cinco semanas si no se rompe la cáscara. Al contrario, dejarlos a temperatura ambiente acelera su deterioro.

Es crucial evitar variaciones bruscas de temperatura, ya que sacar y volver a meter los huevos en el refrigerador puede generar condensación, lo que fomenta el crecimiento de bacterias en la cáscara. Por ello, deben permanecer en el mismo lugar refrigerado.

Después de 28 días no se recomienda su consumo, pero si no tienen olores extraños ni señales visibles de deterioro, podrían ser seguros para utilizar en platos que se cocinen a altas temperaturas.

Un truco para comprobar su frescura es la prueba de flotación: sumerge el huevo en un vaso con agua. Si se hunde y queda horizontal, está fresco; si se inclina, aún es comestible, pero menos fresco; si flota, descártalo. También puedes agitarlo cerca del oído: si suena líquido, puede estar en mal estado. Finalmente, al abrirlo, revisa que la clara sea firme y que no haya olores desagradables.

La puerta no es el mejor lugar

Casi todas las neveras cuentan con un espacio reservado en la puerta para guardar los huevos. Esta ubicación se eligió originalmente por comodidad y para optimizar el espacio, ya que facilita el acceso rápido y libera otras zonas para almacenar distintos alimentos. Sin embargo, la puerta no es el lugar más adecuado para conservarlos, ya que está más expuesta a variaciones de temperatura debido a las aperturas frecuentes del frigorífico.

El mejor lugar. Es mejor almacenar los huevos en su caja original en una de las baldas interiores de la nevera, donde la temperatura es más estable. El compartimento de la puerta puede usarse para otros alimentos menos sensibles, como salsas o bebidas.

Ahora ya sabes cómo conservar los huevos después de comprarlos. Además, fíjate en las cajas o en los propios huevos: suelen llevar serigrafiada la fecha de consumo preferente y, a veces, la fecha de puesta, para que puedas calcular el tiempo disponible para consumirlos.

Imagen de Gerald Friedrich en Pixabay

Vía | DAP

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