Corría el año 2017 cuando, durante la reforma de la casa, acometimos la instalación de un sistema de calefacción con caldera de gas natural y radiadores. Junto al resto de cambios, ahí quedó el tema, y en ese momento no pasamos de la instalación de un simple termostato para controlar la temperatura.
Sin embargo, desde ese año ha llovido mucho, y la presencia del hogar conectado ha ido ganando peso en una gran cantidad de hogares. Llevaba tiempo pensando en cómo podía integrar mi sistema de calefacción en el hogar conectado, y al final esta ha sido la opción que he elegido.
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Control en local y a distancia
En mi caso, durante el proceso de reforma, decidí instalar una caldera de la marca Sime. Se trata de una caldera de gas, de esas a las que la Unión Europea ya ha puesto fecha de caducidad, diseñada principalmente para proporcionar agua caliente sanitaria y alimentar los fogones de la cocina.
Habíamos instalado radiadores, pero gracias al refuerzo del aislamiento en casa, su uso era prácticamente mínimo, y así ha sido hasta ahora. La temperatura en el piso suele ser bastante estable, oscilando entre los 17 y 19 °C en invierno, por lo que no solemos utilizar la calefacción en exceso.
Sin embargo, durante los meses más fríos, sí recurrimos puntualmente a la calefacción. En esos momentos, resultaba bastante incómodo llegar a casa y tener que esperar a que los radiadores alcanzaran la temperatura deseada. No era viable dejar la calefacción encendida durante nuestra ausencia, tanto por razones económicas como por respeto al medio ambiente.
Alternativas que tenía
Cuando me planteé cómo conectar mi sistema de calefacción ya instalado a Internet, para poder controlarlo a distancia, investigué las numerosas opciones disponibles en el mercado mediante termostatos conectados. El problema es que ya tenía un termostato de la marca Delta Dore con el que estaba muy satisfecho, y no quería reemplazarlo debido al gasto adicional que ello supondría.
Incluso llegué a considerar la opción de instalar cabezales termostáticos. Sin embargo, tras consultar con expertos, entendí mejor el funcionamiento de este tipo de dispositivos. Estos cabezales se colocan de forma individual en cada radiador, y su función es controlar únicamente ese radiador en concreto, ya que actúan directamente sobre el émbolo que regula la entrada de agua.
Además, me explicaron un detalle clave: “Para poder instalar un cabezal termostático, la válvula del radiador debe ser también termostática, es decir, capaz de ajustar manualmente la temperatura.” Esto significaba que, en mi caso, habría que realizar modificaciones adicionales en la instalación, lo que complicaba el proyecto.
Por todas estas razones, decidí descartar esta opción y buscar alternativas más adecuadas para mis necesidades.
Conectar mi termostato a Internet
Tras informarme, analicé detenidamente todas las opciones disponibles. En mi caso, el termostato que ya tenía utiliza el protocolo de radio X2D, propietario de la marca del dispositivo, el cual permite la comunicación directa con la caldera. Este protocolo, a su vez, es compatible con la plataforma Tydom, que se basa en Zigbee.
El desafío consistía en encontrar un hub adecuado que sirviera como puente entre el sistema de calefacción y la red doméstica, permitiéndome integrar todo en un entorno conectado y controlarlo de forma remota.
El modelo que finalmente elegí fue el Tydom Home, de la misma marca que mi termostato. Esta plataforma no solo me permite conectar mi sistema de calefacción, sino que también ofrece la posibilidad de integrar enchufes y bombillas basados en Zigbee, reuniéndolos todos en una única aplicación para una gestión más sencilla.
Además, el Tydom Home puede gestionar hasta 50 dispositivos Zigbee 3.0 relacionados con iluminación, y admite la conexión de hasta 128 receptores Delta Dore, ampliando sus funciones para controlar iluminación, persianas, alarmas técnicas, cámaras de seguridad, y mucho más.
Aunque estas funcionalidades adicionales son un complemento en mi caso, lo que realmente me convenció fue la capacidad de programar los modos de calefacción y acceder al control de mi sistema desde cualquier lugar. Por si fuera poco, la plataforma es compatible con asistentes de voz como Alexa y Google Assistant, lo que añade una capa extra de comodidad y modernidad a mi hogar conectado.
El objetivo era claro: aprovechar los dispositivos que ya tenía en casa. El proceso resultó ser bastante sencillo. Solo fue necesario descargar una aplicación móvil, disponible tanto para iPhone como en Android, registrarme y seguir los pasos indicados para sincronizar el termostato y el protocolo de radio con la plataforma online.
Eso sí, la pasarela no solo debía estar conectada a la corriente, sino también al router mediante un cable Ethernet. Esto me llevó a planificar cuidadosamente dónde colocar el hub para garantizar una buena cobertura en toda la casa y, al mismo tiempo, mantenerlo cerca del router.
Finalmente, logré ocultarlo en el mueble donde tengo varios dispositivos electrónicos y donde he organizado y camuflado las regletas. Tras realizar varias pruebas, comprobé que podía acceder a todo el sistema sin ningún problema, consiguiendo así una integración perfecta con mi hogar conectado.
El proceso de interconexión es, en efecto, sencillo, pero debido a que mi sistema de calefacción llevaba instalado varios años y nunca había ajustado los valores del termostato, surgieron algunos pequeños inconvenientes. Afortunadamente, estos se resolvieron rápidamente sin mayores complicaciones.
Una vez que logré sincronizar el termostato con el hub, la aplicación comenzó a ofrecer el control de la calefacción de manera remota. Aunque las opciones disponibles son algo limitadas, esto se debe a las características del termostato que ya tenía. A pesar de no poder ajustar la temperatura grado a grado, la plataforma me permite configurar escenas personalizadas, lo que facilita adaptar el funcionamiento de la calefacción a distintas situaciones y necesidades de forma práctica y eficiente.
Con estos pasos, ya tengo acceso al funcionamiento de los radiadores aunque no esté en casa y he aprovechado el termostato que ya tenía.
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