Hacer esto con el termostato de tu calefacción central, radiador o bomba de calor te permitirá gastar menos a final de mes

Regular la temperatura en función del día y la hora es esencial para ahorrar a final de mes

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Llega otra vez el frío, como casi siempre por sorpresa y toca volver a encender nuestros sistemas de calefacción para estar bien confortables en casa, lo que tiene como efecto negativo un incremento en el gasto a final de mes con independencia de que nuestro equipo sea más o menos eficiente y funcione con electricidad, leña, gasóleo o pellets.

En anteriores artículos hemos visto algunos consejos generales para bajar el gasto energético en casa durante el invierno. Pero hay uno de ellos al que merece la pena prestar más atención y es el uso optimizado del termostato de la calefacción.

Un termostato fijo te hará gastar más

El termostato es un elemento clave a la hora de estar confortables y ahorrar energía, ya que controla cuánto va a funcionar nuestra calefacción y por tanto cuánto va a gastar.

En general puede estar integrado individualmente en el equipo de calefacción, como un radiador eléctrico con la clásica rueda de temperatura o en la bomba de calor de un aire acondicionado, pero también estar instalado  directamente en la pared de la vivienda para controlar la calefacción central.

El primer consejo y el más importante para mantener los gastos de calefacción a raya es seleccionar en nuestros equipos una temperatura óptima, que los expertos sitúan en invierno entre los 21°C y los 23°C para el horario diurno y entre 15°C y 17°C en horario nocturno si queremos lograr la máxima eficiencia energética manteniendo al mismo tiempo un buen confort en el hogar.

Pero esta temperatura ideal no es igual en todas las partes de la casa. Por ejemplo, no es lo mismo un cuarto de baño donde queremos momentáneamente un ambiente más cálido para no pasar frío al salir de la ducha que un dormitorio donde solo entramos a dormir por la noche o el cuarto de estar.

Pexels Nediyodukenson 7790205 Imagen: Kübra Arslaner

En el baño, para periodos cortos de tiempo podemos usar un calefactor eléctrico portátil de acción rápida que nos permitirá alcanzar esas calorías extra en un espacio corto de tiempo sin tener que esperar a que toda la vivienda incremente unos  grados la temperatura.

Otro caso aparte es la cocina, donde el calor de los fogones va a incrementar la temperatura media mientras cocinamos y donde en general pasaremos poco tiempo y tenemos además equipos de refrigeración que funcionarán mejor con temperaturas bajas o moderadas, como frigoríficos y congeladores.

Por ello es recomendable o bien contar con sistemas de calefacción con termostatos que podamos controlar de forma independiente en cada habitación, o si tenemos un termostato unificado para toda la casa, que esté instalado en una zona céntrica y de uso medio donde vayamos a pasar la mayor parte del tiempo, como por ejemplo un salón.

Otro aspecto muy importante a tener en cuenta sobre todo si utilizamos un  sistema de calefacción eléctrico, ya sean por ejemplo radiadores o bombas de calor, es ajustar el mayor consumo de los equipos a las horas cuándo la electricidad es más barata.

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Muchas veces por comodidad encendemos la calefacción, pero la mantenemos de forma constante todo el día o incluso por la noche. Sin embargo, con la llegada de los tramos horarios en la factura de la luz, podemos jugar con el gasto eléctrico subiendo la temperatura dos o tres grados grados en las horas más baratas, así como apagando algún equipo y bajando la temperatura en los tramos más caros.

Estas variaciones podemos hacerlas de forma manual o, si no queremos estar pendientes, aprovechar los temporizadores y programadores que incluyen muchos equipos de calefacción.

Otro consejo interesante pasa por aprovechar la variabilidad de los precios de la luz (suponiendo que tengamos una tarifa PVPC o indexada) para elevar el termostato de los equipos eléctricos cuando nos resulte más interesante y pasarnos al uso de combustibles (gas, gasóleo, leña, pellets) cuando la luz suba de precio.

Hay días donde la electricidad suele estar mucho más económica, como por ejemplo los fines de semana, donde la diferencia de precio por cada kilovatio  hora consumido puede llegar a ser menos de la mitad, incluso a veces hasta tres o cuatro veces más barato con respecto al importe en horas punta.

Lo más eficiente en estos casos es aprovechar para encender y subir la temperatura del termostato dos o tres grados con respecto a la óptima conectando estos equipos eléctricos en las horas más baratas y apagarlos recurriendo a los sistemas de calefacción basados en gas, leña y pellets en las horas más caras cada día.

Imagen portada |  Centre for Ageing Better

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