El brillo se pierde por muchos factores y el exceso de abrillantador no es uno de ellos
Desde programas de lavado no adecuados, a una mala colocación o altas temperaturas... todo hace que cojan ese color mate
El lavavajillas es un elemento básico a la hora de facilitar una de las tareas diarias (o casi) en el hogar como es fregar platos, cubiertos y otros utensilios de cocina. Sin embargo, el uso continuado puede terminar provocando un efecto colateral en algunos elementos.
Es el caso de los vasos y otros elementos de cristal que con el paso de los lavados pueden terminar perdiendo parte del brillo y dejando un aspecto como de desgastado. Sin embargo, este truco puede terminar devolviéndoles el brillo perdido.
El brillo que se pierde
Los vasos y otros elementos de cristal pueden adquirir ese aspecto desgastado por el uso continuado en el lavavajillas, pero también ocurre por fregarlos a mano con el paso del tiempo.
Es un fenómeno que obedece a varias causas y no, no tiene nada que ver con una creencia popular como es el uso de exceso de abrillantador en el lavavajillas. Este fenómeno es algo que se produce por una acumulación de causas, a saber:
- Temperatura del agua no apta: el agua caliente en el lavavajillas puede debilitar el vidrio con el tiempo, especialmente si se expone a temperaturas muy elevadas de manera repetida.
- Detergentes abrasivos: los detergentes para lavavajillas pueden ser bastante fuertes y contener compuestos químicos abrasivos que desgastan la superficie del vidrio, dejándolos opacos o con microarañazos.
- Presión del agua: La presión alta del agua utilizada en el lavavajillas puede causar microfracturas en el vidrio, que con el tiempo se agrandan y debilitan el vaso.
- Dureza del agua: si el agua tiene altos niveles de minerales como calcio y magnesio, puede dejar depósitos en el vidrio que contribuyen al desgaste y a la opacidad.
- Exceso de cal: como en el caso anterior, el exceso de cal en el agua, puede contribuir al deterioro de la cristalería.
- Mala colocación de los vasos: si los vasos no se colocan correctamente, pueden golpearse entre sí durante el ciclo de lavado, causando daños físicos.
- Programa no adecuado: si el programa elegido no es el más adecuado o el ciclo de secado con calor del lavavajillas (y provoca la exposición prolongada a altas temperaturas) no es apto, se puede contribuir al desgaste.
Trucos para evitarlo
Dicho esto, hay una serie de trucos que ayudan a que los vasos de cristal vuelvan a recuperar parte de su brillo original y a quitar ese aspecto blanquecino y de desgaste que tienen.
Uno de ellos pasa por usar el bicarbonato. Puedes llenar un recipiente grande de agua caliente y añadir unas cucharadas de bicarbonato e incluso una de sal. Introduce los vasos y déjalos reposar en la mezcla una media hora. Luego lávalos con jabón suave.
Otra solución pasa por usar vinagre blanco para devolver a los vasos el brillo perdido. Vuelve a llenar un barreño o gran recipiente con agua caliente y añade vinagre blanco. Luego introduce los vasos y deja que la mezcla repose unas 3 horas. De nuevo, lávalos con jabón suave para dejarlos como nuevos.
El último truco pasa por usar sal y limón, una mezcla que ayuda a eliminar la capa blanquecina. Para usarlo corta por la mitad un limón y frota los vasos. Luego añade un poco de sal al limón y sigue frotando. De esta forma eliminarás la cal que se ha ido acumulando en el cristal. Para terminar, lava los vasos con jabón suave.
Recuerda además que para reducir el desgaste de los vasos de cristal en el lavavajillas, es aconsejable usar ciclos de lavado más suaves o específicos para cristalería, evitar detergentes muy abrasivos, ajustar la temperatura del lavavajillas a una configuración más baja si es posible, evitar el ciclo de secado con calor y optar por el secado al aire y sobre todo olocar los vasos adecuadamente para evitar que se golpeen entre sí.
En Xataka SmartHome | Es posible ahorrar al usar el lavavajillas. La clave está en cómo colocamos las cosas dentro
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