El invierno pasado, con el precio de la electricidad disparado, el del gas y el gasoil por las nubes y sin previsiones de descender en el corto plazo, muchas familias volvieron a apostar por los sistemas de calefacción tradicionales como las estufas de leña.
Representan una alternativa más asequible que los sistemas eléctricos a la hora de calentar las viviendas, sobre todo si ya tenemos el hogar adaptado a este sistema de calefacción y lo único que hay de hacer es comprar la materia prima combustible.
Estas ventajas hicieron que el año pasado el consumo de la leña como materia prima en España se incrementase hasta un 40%, y para la próxima temporada muchos usuarios ya están adelantando las compras haciéndose con el preciado combustible ahora en pleno verano. ¿Por qué?, ¿qué ventajas tenemos si compramos la leña ahora que hace tanto calor?
Precios más asequibles y leña más seca
Uno de los principales motivos que promueve esta compra veraniega de leña es la demanda, muy inferior en estas fechas donde los clientes están de vacaciones o pensando en disfrutar del calor más que de preparar la despensa del invierno.
La demanda está baja y por lo tanto el precio del producto es menor. Puede que no sea un descuento espectacular, sino que más bien ronda solo unos pocos céntimos de euro por kilo, pero si estamos pensando en comprar miles de kilos (por ejemplo en casa solemos hacer pedidos de unos 4.000 kilos) el ahorro puede ser considerable.
Otra ventaja de la falta de demanda típica de estas fechas es que nos van a servir mejor nuestra querida leña, con tiempos de espera más reducidos y sin retrasos. Puede que algunos distribuidores se vayan de vacaciones y no empiecen a enviar los pedidos hasta septiembre, pero si hacemos ahora el pedido ya estaremos los primeros de la lista y no nos quedaremos sin producto.
Además, con tanto calor y tantas semanas sin lluvia, la leña está mucho más seca que si hacemos nuestra compra en otoño, donde habrá lluvias y una humedad ambiental muy superior. ¿Y qué tiene que ver esto con el precio de la leña? Pues mucho.
La leña seca pesa menos que la húmeda y como es un producto que nos venden al peso, comprar ahora puede suponer importantes ahorros no en el precio, puesto que nos darán los kilos que pidamos, sino en la cantidad de leña que finalmente nos llegará a casa.
Como indican desde la Asociación Española de Fabricantes de Estufas, Chimeneas y Cocinas para Combustibles Sólidos (AEFECC), es posible ahorrar hasta un 25% del consumo comprando la leña en verano puesto que su rendimiento es mejor.
Al estar mucho más seca ahora que en otoño, comprando los mismos kilos tendremos más cantidad de madera y menos de agua, con lo que al final dispondremos de más cantidad de combustible por el mismo precio. O bien podemos tener este dato en mente y hacer un pedido de menos kilos ahorrando así una parte del presupuesto en calefacción este invierno.
Imagen portada | Paul Hanaoka
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