Desde cuidar la forma en la que usamos bombillas o vigilar los aparatos que tenemos en casa
Cambiar las bombillas por otras más eficientes o aprovechar los programas de lavado eficientes
Estamos viviendo un momento en el que el precio de la luz ha bajado de forma notable, con sólo 3,66 euros por megavatio hora (MWh), muy lejos de los topes que alcanzamos hace meses. No obstante, el ahorro energético sigue siendo clave para muchas familias y es lo correcto.
Por una parte por el simple hecho de ahorrar energía, independientemente de la fuente que se usa y así cuidar el medio ambiente, pero también por cuidar nuestro bolsillo. Por eso no conviene pasar por alto distintos trucos para ahorrar en la factura de la luz en casa y estos son los que dan desde Iberdrola.
La importancia de un pequeño gesto
Y es que es sencillo ahorrar en la factura de la luz y en en el consumo energético aplicando una serie de consejos sencillos, en el uso diario con distintos aparatos que tenemos en casa y en las rutinas de nuestro día a día con las tareas del hogar.
Lo primero que puedes hacer es analizar la factura de la luz. Puedes analizar tu factura y compararla con la de otras personas, teniendo en cuenta eso sí, que los hábitos de consumo pueden ser distintos.
Dejando esto a un lado, primero puedes comprobar si la potencia que tienes contratada es la que realmente necesitas y no estás desperdiciando dinero en ese apartado.
Además puedes analizar dispositivos que tienes en casa y que usas a diario y que pueden ser un pozo sin fondo para el consumo de energía. Radiadores, bombillas, electrodomésticos... puedes buscar cuales son los menos eficientes para conocer como influyen en la factura.
En función del análisis puedes ver cuales son los dispositivos en los que puedes aplicar un cambio en los hábitos de uso para optimizarlos, apagando por ejemplo bombillas si no hacen falta o ajustando la temperatura de los radiadores a otra más adecuada.
Por ejemplo, si no estás en una habitación apaga esas luces y deja sólo las de la estancia en la que estás haciendo vida. Puedes incluso usar programadores o bombillas conectadas para automatizar esta tarea.
Además, intentar apagar dispositivos cuando no los uses en lugar de dejarlos en modo espera. Esto es algo que se puede aplicar desde el ordenador a otros que gastan más como puede ser la videoconsola.
Mantén enchufado el móvil solamente el tiempo necesario y del mismo modo deja desenchufados el resto de dispositivos que no estés utilizando. No hay que olvidar que el 8% de la factura de electricidad de tu hogar proviene de aparatos en stand by. Puedes usar enchufes inteligentes que te ayuden en esta tarea.
Si tienes bombillas incandescentes puedes probar el cambio a bombillas LED, que con un precio muy bajo (nada que ver con el de sus orígenes) suponen un ahorro importante en el consumo de energía. Las bombillas LED consumen casi un 30% menos que las fluorescentes y, respecto a las incandescentes, la cifra llega alcanzar el 80%.
Repasa que sea de una marca conocida, eso sí, porque lo barato puede terminar saliendo caro y ya hemos visto experiencias al respecto, con problemas generados a lo largo del tiempo.
Además no hay que pasar por alto además que por el hecho de usar bombillas LED en lugar de las clásicas porque consumen menos no quiere decir que sea conveniente dejarlas encendidas aunque no se usen. Así no se ahorra.
Los electrodomésticos
En el caso de los electrodomésticos, puedes repasar si tienes algunos demasiado antiguos, puedes plantearte el cambio por otros más modernos y eficientes, que tienen un consumo más bajo de energía. Pero también puedes intentar reducir el consumo de energía sin cambiar de aparato.
Puedes optimizar la temperatura tanto del frigorífico como del congelador cuidando por ejemplo el orden interior y evitando abrir demasiado la puerta o introduciendo alimentos preparados calientes.
A la hora de cocinar, ajusta el tamaño del recipiente a las necesidades y al fuego, algo que en vitros e inducción se nota sobremanera. No emplees un recipiente demasiado grande para poca cantidad y usa por ejemplo una tapa para optimizar la cocción en menos tiempo.
Igualmente intenta aprovechar el calor residual que puede desprender el fuego o el horno, donde ya hemos visto que no es interesante el precalentar a no ser que sea necesario. Y si necesitas recalentar la comida, utilizar el microondas en lugar del horno te ayudará a ahorrar energía.
Utiliza electrodomésticos como el lavavajillas, la lavadora o la secadora cuando estén cargados completamente pero sin llegar a sobrecargarlos, ya que esto además de consumir más, puede terminar por estropearlos.
Además, usa los programas de lavado más adecuados a cada carga (de lavado corto, ecológicos, a menor temperatura o en frío) y aprovecha las ventajas del modo eco.
Y a la hora de secar la ropa, en lugar de secadora usa el secado al aire libre y que la luz del sol ayude a quitar la humedad en menos tiempo.
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