Una de las ventajas que ofrece la iluminacion LED es la referida a la cantidad de opciones para personalizar la luminaria que tenemos en casa. Podemos jugar con luces, formar, colores y mejorar iluminación directa e indirecta sin gastar mucho dinero.
Eso es lo que me propuse al comprar en Amazon durante el Black Friday el sistema de luz Philips LivingColors Iris, una lámpara LED con la que buscaba jugar con los efectos de luz y la intensidad de la misma para crear una iluminación indirecta mientras estoy en el salón viendo la tele o simplemente leyendo en el ordenador. Y esta ha sido mi experiencia.
Al abrir la caja me he encontrado con una lámpara de dimensiones generosas que sigue la línea atrevida y llamativa de otros productos de Philips. De hecho me recuerda sobremanera al despertador Philips Wake Up Light si bien en este caso el peso se reduce de forma notable. Pese al volumen pesa muy poco, una diferencia motivada por el hecho de que casi todo el cuerpo es un plástico vacío.
En la caja encontramos la lámpara, el alimentador para conectar a al toma eléctrica y el llamativo mando a distancia. Nada más pero es que tampoco hacen falta más aditivos. No queda más que enchufarla y empezar a probarla.
Pese al volumen, no es complicada de ubicar y es que pese a contar con una forma casi esférica, en la zona inferior posee una pequeña parte plana que elimina la curva y que facilita su colocación en cualquier superficie plana (debemos evitar las superficies irregulares si no queremos encontrarnos con la LivingColors por los suelos.
A la hora de comenzar a probarla y cómo era mediodía, no tuve más remedio que bajar las persianas y así evitar la luz natural para comprobar las opciones de iluminación que daba la lámpara. No tenía ganas de esperar a la noche. Si la usamos a con una luz natural intensa, la luz que genera, al menos en mi caso, no se percibe adecuadamente.
Buscar una ubicación
Lo primero es buscar una ubicación y es que al ser una luminaria destinada a crear luz ambiente es mejor colocarla cerca de una pared o una esquina y "castigada", mirando hacia la misma. El objetivo es que proyecte la luz en la pared y así logremos la luz indirecta en la estancia.
En mi caso la ubiqué junto al equipo de música en una de las equinas del estante, de forma que permite generar una luz suave mientras estoy viendo la tele o simplemente cuando no me hace falta hacer uso de la iluminación empotrada en el techo.
La LivingColors permite jugar con tonos e intensidades por medio del mando a distancia y sólo con este, pues la lámpara en sí no posee ningún tipo de control en la misma. Todo el manejo se realiza por medio del control remoto.
Graduación de la iluminación
Una vez ubicada comencé a "jugar" con el control remoto. Con una forma circular llamativa pero muy poco ergonómica, el mando a distancia permite cambiar el color de la luz por medio de una rueda que con unos _clicks_ nos hace percibir cada pequeña modificación que hacemos. El desplazamiento es suave y se nota perfectamente el cambio de tonalidades.
A su vez, esa misma _click wheel_ tiene cuatro zonas en las que pulsar, situadas cómo si de los puntos cardinales de una brújula se tratase. Así encontramos una zona arriba y otra abajo para aumentar o disminuir la intensidad de la luz generada. En este sentido, la diferencia entre ambas es notable, pero habría esperado algo más de fuerza a máxima potencia.
Si pulsamos a derecha o izquierda (las posiciones vienen marcadas con unos pequeños iconos) podemos pasar a usar una luz natural, esto es, si luce una iluminación sin colores, con más o menos temperatura. Y si con la intensidad de la iluminación el cambio era muy notable, aquí esta variación se percibía de forma más clara.
Además, para ahorrarnos tiempo en el uso, en la zona inferior encontramos dos botones que nos sirven para memorizar dos combinaciones concretas. Imaginemos que usamos una luz anaranjada y suave para ver la tele y otra morada para escuchar música, cada una con una intensidad y focalidad concreta. Cuando estemos usando la que queremos dejar guardada, debemos dejar pulsado el botón unos segundos para que memorice la luz que vamos a usar. Se permiten así dos memorias distintas.
Conclusiones
Las impresiones por lo general han sido muy buenas. La facilidad de uso es sobresaliente, no presenta complicados ajustes y controles y al no tener conectividad de ningún tipo, limita (para lo bueno y lo mano) su control por medio del mando a distancia que incorpora.
El diseño hace que encaje muy bien en ambientes con diseños modernos (no casa tanto en una decoración más clásica) y ofrece una iluminación indirecta muy lograda. El único pero que podría darle es que me gustaría que pudiera lograr más intensidad de la luz a máxima potencia, pues creo que se queda algo corta en según que estancias la usemos. Si el salón es grande, pude que tengamos que usar más de una lámpara de este tipo. Una buena opción para iluminar la casa, sobre todo si la encontramos a un precio reducido. En mi caso la encontré por poco más de 40 euros en Amazon.
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