¿Quién no ha probado alguna vez a hacer equilibrios al sentarse en una silla convencional o a balancearse incesantemente en una mecedora? Es una de esas costumbres (o manías) que muchos adquirimos desde pequeños y que nos acompaña el resto de nuestras vidas.
El diseñador Igor Gitelstain, consciente de este hecho, ha pensado en el modo de sacarle partido a este movimiento incesante. ¿Cómo? pues reutilizando la energía cinética del movimiento del mueble para producir electricidad.
La idea es sencilla a la par que potente, ya que unos pocos vaivenes en su Otarky Rocking Chair permiten alimentar pequeños dispositivos como lámparas o bien servir para recargar nuestros gadgets.
La electricidad se produce mediante un generador de inducción electromagnética que va oculto en las patas de la mecedora, de las que sale un cable al que se enchufan los electrodomésticos.
De momento se trata más de un concepto, de un prototipo, que de un dispositivo comercial, aunque esta idea básica de producir electricidad con el movimiento de nuestras actividades cotidianas seguro que estará cada vez más presente en los hogares inteligentes y ecológicos del futuro.
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