Estamos tan acostumbrados a tener suministro eléctrico continuo que cuando algún día hay un apagón parece que se acaba el mundo. Se va la luz y nos quedamos pasmados, sin saber que hacer, sobre todo si es por la tarde-noche.
En las grandes ciudades esta situación suele ser poco común, pero en los pueblos más pequeños, en las zonas rurales y en especial en países en desarrollo es de lo más habitual. Por ello surgen iniciativas como SALt (Sustainable Alternative Lighting), que permiten dar luz con unos pocos elementos básicos.
SALt es básicamente una lámpara LED que funciona gracias a una pila galvánica en la que el electrolito o sustancia entre los dos cátodos es simplemente agua y sal común. En concreto, un vaso de agua y dos cucharaditas de sal.
Con este abundante "combustible", la lámpara es capaz de proporcionar hasta 8 horas seguidas de luz, suficiente para toda una noche. Los electrodos no duran para siempre, pero con una utilización media de 8 horas al día pueden aguantar hasta 6 meses y se pueden cambiar de forma sencilla.
Además, en su parte inferior se incluye una toma USB con la que recargar terminales móviles, una función muy útil sobre todo en países en desarrollo como Filipinas, a donde van a ir a para las primeras 600 unidades. El resto tendremos que esperar a que salga a la venta en 2016 a un precio todavía por confirmar.
Más información | SALt
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