No es la primera vez que os hablo de mi piso de Madrid, ni probablemente sea la última. Está bien situado y es luminoso, pero es pequeño, viejo y está mal aislado, lo que supone un reto tanto para pasar los meses fríos de invierno y el calor veraniego (no tiene aire acondicionado). Habida cuenta que tiene unas cuantas décadas a sus espaldas y una reforma mínima, la instalación eléctrica deja bastante de desear, pero lo que más echo de menos son los enchufes.
Apenas hay uno o dos por habitación y para nuestra desgracia, el del baño solo funciona si está la luz encendida y uno de los del salón no funciona desde el principio. A grandes males, grandes remedios: sí, las regletas nos han venido de perlas, pero también otros elementos parecidos pero diferentes para ganar en cantidad de enchufes y mejorar la disposición.
Las regletas son solo el principio
Lo primero de todo, las regletas: tenemos varias distribuidas en zonas donde el enchufe está en una zona buena, por ejemplo en mi oficina, en el salón y en el dormitorio. Teniendo en cuenta que en la de la sala de estar tenemos enchufado el Smart TV, la consola y un Echo y que en la habitación donde trabajo está conectado la torre, la impresora y el monitor, es fundamental considerar la máxima potencia soportada, además de que tenga protecciones ante fallos eléctricos y un enchufe para apagarla y encenderla.
A partir de aquí, la elección de su diseño y tomas dependió del espacio disponible, cuántos aparatos queríamos enchufar y del precio, aunque en general son aparatos bastante asequibles. Así, tenemos algunas tan sencillas como esta que veis bajo estas líneas:
En algunos sitios donde el enchufe tiene una ubicación aceptable, hemos optado por el clásico "ladrón" de enchufe para de una toma, hacer varias. En casa había alguno que otro con un diseño reducido, pero merece la pena apostar por los adaptadores algo más grandes y con disposición cómoda donde poder conectar incluso aquellos con pines más gruesos. Este que veis bajo estas líneas está detrás de mi mesita de noche y tiene conectado mi lámpara y otra regleta que va hasta el otro lado de la cama, donde tenemos el despertador y otra lámpara.
Pero si hay dos elementos que marcan la diferencia en casa en cuanto a organización y tomas, esos son nuestra regleta vertical y un Powercube. Con ellos he aprovechado el espacio, personalizado el uso y tengo tomas para aburrir.
El powercube lo compré para un viaje de trabajo hace unos cuantos años, ya que es bastante habitual que en los hoteles haya pocos enchufes. En esencia es una regleta con tamaño de cubo, lo que permite enchufar en cinco planos diferentes, de modo que no se entorpecen entre sí y la guinda del pastel es que al ser viaje, lo compré con diferentes tipos de enchufe para que me sirviera en otros países. Me costó menos de 20 euros y no solo lo llevo siempre en la maleta, es que también lo uso en el día a día.
Allocacoc 1100GY/DEORPC PowerCube Original - Regleta de 5 tomas de corriente, Color Gris, 250 V, Oscuro
A veces necesitas tanto tener muchas tomas como colocarlas en una zona más cercana, así que aposté por una regleta vertical con alargadera. Justo la que ilustra este artículo: tiene seis tomas, cuatro puertos USB-C, un cable extensor de dos metros que se enrolla, dos interruptores (uno para cada piso) y hasta un asa para llevarla a cualquier parte. Me costó menos de 30 euros y marca la diferencia allá donde la pongamos, porque esta normalmente está en el salón, pero es lo primero que cambiamos de sitio cuando necesitamos enchufes.
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