Pensábamos que los paneles solares funcionaban mejor en climas cálidos. Ahora sabemos que estábamos equivocados

  • Un estudio determina como afectan las condiciones ambientales al rendimiento de los paneles fotovoltaicos

  • Puede parecer irónico, pero un clima cálido puede ser más perjudicial si no se adapta la tecnología de placas solares

El uso de paneles fotovoltaicos se ha convertido en una de las principales alternativas para obtener energía limpia e ilimitada. Sin embargo, aunque en su mayoría presenta aspectos positivos, hemos visto que existen situaciones en las que no todo es perfecto.

La tecnología fotovoltaica continúa avanzando, y con el tiempo hemos aprendido más sobre su funcionamiento, cómo optimizar su rendimiento y, también, sobre sus limitaciones y posibles problemas. Recientemente, uno de los grandes mitos ha sido desmentido: un mismo tipo tecnología no sirve y no funciona igual bajo distintos ambientes climáticos.

Imagen de American Public Power Association

Cada vez son más los lugares que apuestan por esta tecnología para obtener energía limpia y económica, reducir la dependencia de las fuentes tradicionales basadas en combustibles fósiles (y de la red eléctrica convencional) y, al mismo tiempo, complementarla. Sin embargo, hay situaciones en las que “más” no siempre significa “mejor”.

Existen grandes diferencias entre las distintas zonas geográficas. Por ejemplo, países como el Reino Unido, a pesar de sus escasas horas de sol, han decidido invertir en energía solar. Con una media de 1.400 horas de sol al año, tienen mayor capacidad fotovoltaica que todos los países de África juntos. En gran parte del continente africano, en cambio, el sol abunda: en la región del Sáhara, se registran alrededor de 4.000 horas de sol al año.

Más allá de las circunstancias socioeconómicas, el objetivo de duplicar la capacidad global para generar energía solar de cara al año 2030 debe ser analizado cuidadosamente, especialmente en los países con climas más extremos.

Los factores ambientales influyen. Así lo determina un estudio en el que se ponen en valor aspectos, como la temperatura, el polvo, la nieve, el frío.. publicado en Renewable and Sustainable Energy Reviews en el que se afirma como las condiciones climáticas, afectan a la tecnología fotovoltaica y como se ha de adaptar la tecnología fotovoltaica a las condiciones locales más extremas para que siga siendo una alternativa interesante.

Imagen de American Public Power Association

La temperatura. Una temperatura mas elevada afecta, según el estudio, a la eficiencia de los paneles solares. Lo hace al modificar el flujo de electrones en las células fotovoltaicas, lo que puede reducir su capacidad para producir energía entre un 4% y un 5% por cada aumento de 10 °C.

Para mitigar este efecto, se proponen sistemas de enfriamiento, como la ventilación natural y la refrigeración con agua, especialmente en áreas con climas calurosos, como la India, África y Oriente Medio. Otra opción innovadora es el uso de geles que capturan agua durante la noche y la liberan durante el día, ayudando a mantener una temperatura más baja en los paneles.

El polvo. No solo es el polvo, sino que también otros elementos como los aerosoles, bloquean la luz solar directa que llega a los paneles solares. En este contexto, estos son capaces de producir menos energía gracias a la disminución del aporte a las células fotovoltáicas y por lo tanto son menos eficientes: hasta un 60%, menos en zonas desérticas como el Sáhara.

La solución pasa por una limpieza periódica de los paneles, mediante revestimientos autolimpiantes o métodos mecánicos y robóticos. Además, las ondas electromagnéticas se presentan como una tecnología prometedora para enfrentar este desafío.

La nieve. Es el tercer elemento de la ecuación y debe ser también valorado ya que aunque a ser beneficiosa, al aumentar el albedo del entorno (se traduce en que se refleja más luz hacia los paneles solares) aumentando su producción o que al derretirse, limpia el cristal que recubre los módulos, tiene efectos negativos. Si la nieve cubre los paneles por mucho tiempo en climas fríos y el calor generado no es suficiente, el rendimiento disminuye. La solución radica en diseñar instalaciones que reduzcan la acumulación de nieve y aprovechen el albedo al máximo.

¿Qué significa este estudio? Es evidente que la energía fotovoltaica representa una de las opciones más prometedoras para reducir la dependencia de los combustibles fósiles. No obstante, para maximizar su rendimiento, es fundamental emplear paneles solares que se adapten a las condiciones climáticas específicas de cada región. Herramientas como Renewables Ninja permiten analizar estos factores a nivel global y planificar la instalación de paneles solares con datos precisos y personalizados

Foto de portada | Antonio Garcia en Unsplash

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