Si hay una tecnología que casi sin darnos cuenta ha ocupado un amplio aspecto de nuestras vidas esa es la referida al uso de LED. Un tipo de iluminación que poco a poco se ha impuesto en televisores, luces en el hogar, vehículos, _gadgets_, luminosos, semáforos, anuncios publicitarios... casi todo lo que antes eran bombillas ahora son luces LED y si no solo hace falta mirar como las tradicionales bombillas de navidad ya son historia.
Un paso lento pero decidido en el que sin darnos cuenta hemos entrado y lo hemos hecho por unos motivos obvios que puede que no conozcas pero que están ahí, latentes. Unas razones que además nos dicen que la iluminación vía LED no es el futuro, sino el presente de nuestros hogares y motivos tiene para ello.
Antes de seguir recordemos que las siglas LED vienen de Light Emitting Diode (diodo semiconductor que emite luz al ser atravesado por una corriente eléctrica) y la cantidad de ventajas que ofrecen a la hora de valorar su uso en el hogar son demoledoras.
Más segura y contamina menos
Las luces LED son más seguras que las bombillas tradicionales u otros tipos de lámparas usadas para alumbrar. No tienen riesgo de estallidos o roturas y de paso contaminan menos, pues carecen de elementos como el mercurio o el tungsteno. Y por si esto fuese poco, el uso de LED reduce las emisiones de CO2 en un 80%.
Mayor vida útil
Una bombilla LED te va a permitir una vida útil de hasta 45.000 horas de uso, que puede que así pienses que no es mucho, pero todas juntas una tras otra alcanzan la friolera de más de 15 años haciendo un uso normal en un hogar y todo ello con el menor consumo que vimos antes y a la vez con menos posibilidades de rotura.
No generan contaminación calórica
¿Aún recuerdas lo que suponía cambiar una bombilla después de estar encendida? te jugabas las manos si la tocabas directamente debido a las altas temperaturas que cogían, pues precisaban mucha energía para lograr la luz.
En el caso de los LED esto no es así, ya que el 80% de la energía que consume se convierte en luz de forma que los residuos en forma de calor son mínimos y casi imperceptibles.
Ahorrarás energía
Esta ventaja viene en relación con la anterior y puesto que la necesidad de energía para producir luz es menor, también será menor el precio a pagar en la siempre polémica factura de la luz.
Y es que ese ahorro de hasta el 80% de energía se puede traducir en una importante rebaja del coste energético en un hogar que tenga una iluminación a base de LED, con una diferencia de hasta 50 euros si la comparamos con las bombillas tradicionales o casi 300 euros si usáramos luces halógenas.
Puede que a la hora de adquirirlas pienses que son más caras, pero si te fijas las luces LED a largo plazo suponen un buen ahorro para nuestro bolsillo.
Iluminación más funcional
Con las luces LED podemos adaptarnos a un gran número de circunstancias ya sea por colores, ambientes, lugares... Podemos usar luces LED en sitios con temperaturas elevadas, bajo el agua, adaptarlas a formas complejas, generar con una misma bombilla distintos colores y para ello no vamos a precisar complejos aparatos o sistemas de montaje.
Una iluminación LED posee un índice cromático de 80 sobre 100 ofreciendo además, diferentes tonos de luz, ya sea fría o cálida, de forma que la podemos ajustar al ambiente que en cada momento precisemos.
Combinación con otras tecnologías
Existen a su vez bombillas o luces LED con la capacidad de ser controladas desde nuestro _smartphone_ gracias a la conectividad Bluetooth. Tanto es así que en este momento voy a cambiar el color blanco cálido de la bombilla que me acompaña a morado escritura y todo desde el sillón de casa con el móvil.
Y es que dejando la broma a un lado, podemos obtener muchas más ventajas a la hora de generar ambientes que con las bombillas tradicionales y todo con un menor coste de instalación.
Como se puede apreciar, son solo seis puntos que hacen que al menos tengamos que valorar el optar por este tipo de iluminación y en la medida de lo posible ir sustituyendo las luces de casa... pero eso sí, debemos tener en cuenta unos aspectos importantes.
Si vamos a cambiar una bombilla incandescente por una de LED tendremos que consultar el voltaje y el grado de luminosidad que ofrecen para que no nos llevemos un chasco y compramos una vela.
En el caso de las luces halógenas además debemos tener en cuenta que la luz LED que compremos tenga el mismo voltaje y tipo de anclaje que la que vamos a sustituir.
Solo dos precauciones que hacen aconsejable, si no estamos muy duchos en la materia, el que nos dejemos aconsejar en un comercio especializado o al menos por una persona de confianza que entienda de forma que cuando lleguemos a casa no nos quedemos a oscuras.
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