Contar con una buena conectividad inalámbrica se ha vuelto imprescindible en casa, en los lugares públicos y de trabajo, aunque muchas veces la señal WiFi no llega con toda la potencia que nos gustaría y las conexiones se resienten, cortan o no alcanzan la velocidad apropiada.
Para resolver esta situación en un futuro próximo, investigadores del Computer Science and Artificial Intelligence Laboratory (CSAIL) del MIT llevan tiempo trabajando en un curioso sistema denominado RFocus que básicamente es una especie de "superficie inteligente" que puede funcionar como una especie de "espejo" para la señal inalámbrica capaz de enfocar la potencia hacia los dispositivos que la necesiten.
Como podemos ver en las imágenes, se trata de una serie de paneles que en su interior tienen una matriz de 3.000 pequeñas antenas controladas por un software que las alinea para maximizar el rebote de la señal o dejarla pasar, dependiendo de las necesidades de cada momento y de los dispositivos que estén usando la red WiFi.
Según las primeras pruebas realizadas por los investigadores, esta superficie inteligente podría mejorar la fuerza de la señal que llega a los dispositivos en un factor de hasta 10x y duplicar la capacidad del canal en entornos complejos como podría ser una oficina o un hogar con muchos dispositivos simultáneos. La ventaja del sistema estaría en que el coste del invento sería de solo unos céntimos por cada antena y además no consume casi energía, ya que no hay amplificación activa de la señal.
Por el momento se trata de un estudio que está en fase de pruebas pero la intención de los responsables del proyecto es seguir mejorando la matriz de antenas hasta lograr una especie de recubrimiento para las paredes que no necesite de complejas instalaciones y que permita adecuar los hogares y lugares de trabajo a las futuras necesidades inalámbricas de cientos o miles de objetos de la Internet de las cosas.
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