Mi router ha sido hackeado: cuatro señales de sospecha de que hay alguien más en tu Wi-Fi y cómo minimizar riesgos

Cuando usamos una Wi-Fi pública debemos extremar las precauciones porque no sabemos quién puede estar monitorizando nuestra actividad, pero también el Wi-Fi doméstico es susceptible de ser hackeado. Así, los hackers pueden acceder a tu router simplemente para usar tu internet gratis (en el mejor de los casos), pero también para registrar lo que hacemos y tener acceso a nuestra información. ¿Cómo saber si nuestro Wi-Fi doméstico ha sido hackeado? A continuación, cuatro síntomas para sospechar y qué puedes hacer para evitarlo.

Cuando tenemos una visita indeseada en nuestra red Wi-Fi, la meta de quienes entran es tratar de pasar desapercibidos. No obstante, hay algunas señales que pueden hacerte sospechar: estas son las más comunes. Antes de empezar, merece la pena recordar cómo entrar en la configuración del router, algo que podemos hacer desde un ordenador o similar, tecleando en el navegador 192.168.0.1 o 192.168.1.1. A partir de aquí, introduciremos las claves de acceso. Lo normal es que sean las credenciales por defecto (vienen en una pegatina o en la caja del router, pero en el peor de los casos siempre puedes googlear la marca, el modelo o tu operadora en Google).

Conexión lenta como un caracol

Entra dentro de lo habitual que incluso las conexiones más veloces experimenten caídas en la velocidad de forma puntual, pero si de la noche a la mañana notas que tu Wi-Fi va lentísimo, es posible que alguien esté conectado a ella realizando actividades que la ralenticen.

Piensa en tu conexión a internet como una tubería: si alguien consume una gran cantidad de ancho de banda, el espacio que queda para ti es reducido.

Tu navegador está redirigido

Cuando los hackers atacan tu Wi-Fi con el objetivo de extraer información, es posible que el navegador que tanto usas comience a ejecutar funciones que no has iniciado ni autorizado. Por ejemplo, puedes escribir una URL concreta y acabar en otra web diferente. No es un error: es altamente probable que hayan cambiado la configuración del DNS redirigiendo tu navegador a webs maliciosas para captar tus datos.

Si notas más lentitud de la normal, tu navegador te lleva a páginas raras o a otras que no son lo que dicen ser (pista: fíjate en la dirección canónica de la barra de direcciones y comprueba si coincide yendo a la misma web desde tu móvil usando la tarifa de datos y no el Wi-Fi), sospecha.

Contraseñas que cambian

Intentas introducir la contraseña de tu Wi-Fi en un dispositivo y descubres que tu contraseña habitual ha cambiado.  O directamente, intentas entrar a tu router y las credenciales no funcionan.

Más allá de verificar varias veces que no se trate de un error humano (esa mayúscula por una minúscula, confundir la O con el 0...), es posible que sea obra de un hacker. Precisamente una de las primera cosas que pueden hacer es cambiar las contraseñas, de modo que no puedas entrar para realizar modificaciones y que ellos tengan el control.

Presencia de direcciones IP conectadas desconocidas

Cada dispositivo conectado a una red de internet tiene su propio identificador en forma de dirección IP y accediendo a las opciones de configuración del router puedes observar la lista.  Cada fabricante tiene una interfaz diferente, así que te tocará indagar hasta dar con la 'IP list'.

No obstante, esto puede dar lugar a dudas, por ejemplo porque igual el nombre del dispositivo no está claro y descubrimos que hay más dispositivos de los que pensábamos (a veces se nos olvida por ejemplo que nuestro smart TV está conectado). En este sentido, mejor fijarse en el IP y el MAC que en el nombre en sí.

Además de visualizarlo en la configuración del router, existen otras herramientas como por ejemplo la app Fing, disponible en Google Play para Android y en la App Store para iOS o desde el PC con Wireless Network Watcher de NirSoft desde su web oficial, en ambos casos formas más intuitivas para comprobarlo.

Cómo minimizar riesgos de hackeo de tu Wi-Fi

Vaya por delante que no hay métodos infalibles para evitar el hackeo, pero al final salvo que seas el objetivo por un motivo concreto (por ejemplo, que seas una celebridad o que manejes información confidencial y sensible), lo habitual es que los atacantes elijan víctimas al azar en función de lo vulnerables que sean. Si tu Wi-Fi y tu router están protegidos, es más probable que lo intenten en otro lado.

Activa el mejor sistema de cifrado

Una de las formas de quedarse con la información que intercambias en internet es interceptando las comunicaciones con ataques de escucha, de ahí que sea tan importante contar con un buen cifrado de datos, lo que impide que terceros puedan visualizar el contenido incluso aunque tengan acceso a ellos.

La mayoría de routers actuales cuentan con funciones de cifrado predeterminadas como WPA, WPA2 y mejor todavía, WPA3, listados en orden creciente de modernidad y seguridad, algo que puedes activar en la configuración del router.

Cambia tu contraseña de forma regular

Dentro de la configuración del router una de las primeras operaciones a llevar a cabo es cambiar la contraseña por una robusta (que además suele estar en la misma pantalla) y variarla de vez en cuando por otra al menos tan fuerte como la anterior. Así, si alguien tiene tu contraseña, tendrá que volver a esforzarse para conseguirla.

Los hackers disponen de herramientas para tumbar contraseñas, pero cuanto más segura sea, más tiempo necesitarán para hacerlo. Si te cuesta crear contraseñas difíciles, siempre puedes usar un generador de passwords.

Apaga el router cuando no lo uses

Cuando el router está apagado no hay internet ni para ti ni para intrusos, que solo pueden conectarse a aquellas redes activas. Apagar el router cuando no lo usas es una buena forma de disuadir tanto a amigos de disponer de Wi-Fi gratis como a quienes se valen de tu conexión para otras tareas que requieren ancho de banda.

Desactiva la administración remota

Lo normal para meter mano al router es tener que estar dentro de su área de acción, pero hoy en día es posible acceder a distancia gracias a la función de acceso remoto, lo que te permite conectarte independientemente de lo lejos que estés.

Lo malo de la administración remota del Wi-Fi es que permite que otras personas puedan hacer lo propio... eso sí, puede ser tanto tu empresa suministradora de servicios de internet como atacantes, por lo que esta es una medida que solo merece la pena desactivar en caso de necesidad o emergencia.

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