Hacer que el router vaya bien es más fácil de lo que parece y no requiere de grandes conocimientos
Llega el técnico, te monta el router, te da el nombre y la contraseña para que te conectes y poco más aparte de ir conectando dispositivos. Hay mucha gente cuya relación con el router se limita a la que acabamos de mencionar. Pero tarde o temprano aparecen los problemas (es ley de vida): mala cobertura y/ velocidad inferior a lo esperado, caídas, intrusos chupando de tu Wi-Fi...
Es importante realizar un mantenimiento adecuado del router y algunas operaciones llevan poquísimo tiempo y esfuerzo, obteniendo un retorno altísimo en cuanto a seguridad y rendimiento y para muestra, estos tres consejos.
Cambiar de contraseña de vez en cuando
Entre las primeras operaciones a realizar una vez cambiamos de router en casa es olvidarnos de las credenciales que vienen en la pegatina y ponerle un nuevo nombre y su correspondiente contraseña. A partir de ese momento, conviene cambiar de contraseña de vez en cuando. Y no solo de contraseña del Wi-Fi, sino también de acceso a la configuración de este.
No hay un periodo de tiempo recomendable para cambiar de contraseña, pero esta es una buena medida para evitar la presencia de personas ajenas a la casa por varios motivos: porque conseguir la contraseña de un Wi-Fi cuyas credenciales están por defecto es más fácil, porque si ya están dentro supone una molestia volver a intentar conseguir la contraseña y porque cambiar el nombre y la contraseña demuestra a potenciales intrusos que sabemos cómo hacerlo.
Cuando alguien busca un Wi-Fi vecino para navegar por internet por la cara, le interesa uno con buena señal y desprotegido. Para cambiar la contraseña solo hay que ir al navegador y escribir 192.168.0.1 o el 192.168.1.1. Usando las credenciales del fabricante (al menos, la primera vez), tendremos acceso al menú de configuración de nuestro router.
Ahora hay que localizar el apartado correspondiente a la red Wi-Fi, cuya ruta puede variar en función de la marca o modelo, si bien suele ser algo como 'Red Wi-Fi', 'Conexión inalámbrica', 'Wi-Fi Settings', 'Wireless Setting' o 'Wi-Fi' a secas. Después toca encontrar el nombre de la red o SSID (que también viene por defecto, haciendo referencia a nuestro operador y generalmente ofreciendo datos sobre la banda en la que trabaja). En cuanto al nombre, lo suyo es pensar uno que sea fácilmente identificable pero que no llamen mucho la atención y escribirlo en la casilla correspondiente al SSID.
Todavía no hemos terminado: dentro de esa pestaña no está de más por optar por un tipo de cifrado más reciente, al ser más robusto y por tanto, más seguro (si tiene WPA-3, es una magnífica opción, sino tendrás que "conformarte con WPA-2). Una vez seleccionado, introducir la futura contraseña y darle a guardar para que surta efecto todo. Lo ideal es pensar una clave de red compleja y robusta, que no podamos asociar a cadenas de caracteres identificables (matrículas, fechas de nacimiento) y que emplee letras, números y signos.
Siempre actualizado
Como cualquier otro dispositivo, tener el router con la última versión de su firmware es una garantía de disponer de las últimas funcionalidades integradas, los parches de seguridad recientemente lanzados y solucionar bugs detectados previamente. Así que tener el router siempre actualizado es clave para la seguridad y el buen funcionamiento.
Es el caso de vulnerabilidades detectadas o de protocolos y tecnologías implementadas a posteriori que no podrás aprovechar con tus dispositivos más nuevos si no tienes el router al día o que no te permiten llevar tu router a su máximo rendimiento.
Hay routers que se actualizan de forma automática, por lo que no hay de qué preocuparse, sin embargo en otros casos tendrás que proceder como en el punto anterior y entrar en la configuración del router. Los hay incluso que requieren que entres en la web de fabricante y descargues el archivo de la actualización para ejecutarla. En cualquier caso, conviene realizar la comprobación y, si no es de los que se actualizan solos, proceder de vez en cuando.
Reiniciar periódicamente
Cuando me voy de casa unos días fuera es buen momento para apagar el router, que el aparato descanse y también ahorrar algo de electricidad, pero incluso aunque esté en casa no me olvido de reiniciarlo de vez en cuando. Eso sí, no vale con apagarlo y encenderlo de golpe, sino que mejor cumplir al menos con la regla de los 1o segundos para que los componentes, y por ende, los procesos que llevan a cabo, se cierren del todo.
Al fin y al cabo el router es un pequeño ordenador, con sus operaciones funcionando en primer y segundo plano, fallos inevitables en algunos procesos, componentes que se recalientan (más en verano, lo que nos da una indicación de que debemos ser más cuidadosos con este punto en periodo estival) y firmware con solicitudes y actualizaciones que ejecutar.
Aunque no hay una frecuencia clara para reiniciar el router, hacerlo periódicamente es una buena práctica para lograr un funcionamiento estable, mejores velocidades y la ejecución adecuada de procesos y actualizaciones.
Portada | Análisis del router MSI RadiX AXE6600 de Xataka
Vía | ADSLZone
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