Un teclado con teclas personalizables según el uso que le estamos dando. Esa es la esencia del teclado del futuro, especialmente para aquellos que usamos muchos programas con diferentes atajos, como Photoshop, Final Cut, Aperture... muchas combinaciones de teclas que memorizar.
Desde hace varios años es una idea que poco a poco se va haciendo realidad. La más conocida es la de Art Lebedev y su serie Optimus, que ofrece diferentes versiones de teclados a precios prohibitivos (en torno a los mil euros), un precio justificado porque debajo de cada tecla hay un panel LCD de 72x72 píxeles para representar el carácter o la función correspondiente.
Las teclas del Optimus son totalmente personalizables mediante software, no solo con las imágenes y tipos de teclados que ofrece por defecto, sino incluso con nuestras propias imágenes. Además incluye una pantalla LCD en la que mostrar información en forma de widgets.
El camino a seguir es ese, pero buscando abaratar costes y gasto energético, porque un teclado así consumiría demasiada batería siendo inalámbrico. En esa línea apuntan los diseñadores Maxim Mezentsev & Aleksander Suhi, que han propuesto un teclado similar, pero sustituyendo las mini pantallas LCD por pequeñas láminas de tinta electrónica en blanco y negro.
De esta manera mantendríamos la practicidad y versatilidad que propone Lebedev, pudiendo cambiar la configuración del teclado según el programa que estemos usando, y al mismo tiempo ganaríamos en autonomía y reduciríamos costes significativamente, lo que abarataría su precio y popularizaría su comercialización, pudiendo así convertirse fácilmente en el teclado del futuro.
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