Con sus cerca de 3.000 horas de luz plena al año, España es la esquina más soleada de Europa. Aunque el sol es la fuente de energía más antigua que conoce la Tierra, sin la que nada sería posible, hace poco que los seres humanos hemos aprendido a convertirla en la electricidad que mueve nuestro mundo. En los últimos años, la tecnología ha simplificado el acceso a la energía fotovoltaica y el sueño del autoconsumo está, quizá, más cerca que nunca.
España y el sol: datos de una relación compleja
De toda la energía que consumimos en España, algo más de un tercio procede de energías renovables. La mayoría es de origen eólico e hidroeléctrico, y las fuentes fotovoltaicas generan un poco menos del 5% del total, según datos de la Asociación Española de la Industria Eléctrica (UNESA). Por ponerlo en contexto con países de nuestro entorno, este porcentaje es del 8% en Italia o del 6% en Alemania.
La instalación de paneles solares es más sencilla, flexible y asequible que nunca
Tras un boom inicial en la primera década del siglo XXI, España ha ido ralentizando su crecimiento en energía solar. Desde 2013, según la información de la Agencia Internacional de la Energía, la potencia instalada en España ha aumentado un 0,3%. En Europa lo ha hecho un 15%, en Estados Unidos un 52% y en Asia un 58%.
La inversión en muchos de estos países ha estado impulsada por necesidades medioambientales, la intención de reducir la dependencia de los combustibles fósiles y una premisa clara: la energía solar se convertirá en la opción más económica en la próxima década, tal como se indica en la última edición de Bloomberg New Energy Finance.
Por otro lado, en este contexto de crecimiento gradual, la tecnología ha seguido evolucionando y abaratándose. Hoy, en España, la instalación de paneles solares, tanto para pequeñas y medianas empresas como a nivel particular, es más sencilla, flexible y asequible que nunca. ¿Ha llegado la hora de lanzarse a producir energía fotovoltaica para autoconsumo?
Lo que nos dice la legislación
La producción para autoconsumo no estaba regulada en España hasta el año 2015. Fue entonces cuando se aprobó el Real Decreto 900/2015 que establece “la obligación de las instalaciones de autoconsumo de contribuir a la financiación de los costes y servicios del sistema en la misma cuantía que el resto de los consumidores”. Es decir, con una instalación de autoconsumo, el cliente se ahorrará el coste de la energía que produzca pero los peajes de acceso a la red de distribución los debe seguir pagando si está conectado a ella.
El marco regulatorio es complejo y cambiante, pero compensa apuntarse al consumo combinado
Esto es lo que se ha dado en llamar el impuesto al sol, una normativa muy discutida y por la que la Comisión Europa ha reprobado al Gobierno en alguna ocasión. De hecho, el Parlamento Europeo acaba de aprobar una directiva por la que la UE garantizará que los autoconsumidores de energías renovables puedan consumir su propia energía sin pagar impuestos discriminatorios.
Es probable que próximamente veamos cambios en algunos puntos de esta normativa y un abaratamiento de los costes regulados. Como vemos, el marco regulatorio es, ante todo, complejo y cambiante. Sin embargo, la presencia en el mercado de soluciones cada vez más sencillas y hechas a medida, la reducción de los precios de la tecnología y el ahorro evidente en la factura de la luz hacen que, aun con la legislación actual, compense apuntarse al consumo combinado.
Sencillez frente a burocracia
En el momento de apostar por el autoconsumo, más allá de la regulación del sector, la burocracia aparece como otro obstáculo recurrente. Aunque la mayor parte de trámites ya pueden hacerse vía telemática en la web del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, muchos particulares o pequeñas empresas no saben por dónde empezar.
Así, cada vez han ido surgiendo más compañías, como Viesgo, que han apostado por la sencillez para facilitar la producción de energía para autoconsumo. Con la solución Viesgo Solar, esta empresa ofrece un estudio personalizado y un presupuesto cerrado, todo de forma sencilla a través de Internet.
Su herramienta permite, en menos de un minuto, presupuestar la instalación y el tiempo de amortización, seleccionando directamente la superficie del tejado donde se desean colocar los paneles. Una vez aceptado, la compañía se encarga de todas las gestiones y trámites de licencias y de la instalación al completo. Así, la sencillez y la flexibilidad convierten el autoconsumo en un sueño más cercano.
Uno de los pilares de este sistema flexible y fácil para el consumidor es la tecnología Sunprint. Única en España, cruza diferentes fuentes de datos (catastro, mapas de alturas o Google Maps) para crear un mapa en tres dimensiones de irradiación y sombras de cada tejado. En función del consumo de cada cliente, permite determinar la configuración de la instalación óptima para cada caso de una forma gráfica y unívoca en un simulador online.
Esta herramienta está disponible, por el momento, en algunas zonas de Santander y Madrid. No obstante, desde Viesgo trabajan para desarrollar un mapa que cubra todo el territorio español durante 2018.
Así funciona la energía fotovoltaica para autoconsumo
Como hemos visto, existen varios motivos de peso para apostar por el autoconsumo. Empezando por la conquista de gran autonomía eléctrica (aunque estemos conectados a la red general para garantizar siempre el suministro) y terminando por la rentabilidad, el ahorro y el impacto en nuestro entorno, ya que consumimos energía limpia. Pero, ¿cómo funciona una instalación fotovoltaica para autoconsumo?
La pieza fundamental son los paneles solares. El desarrollo tecnológico ha abaratado su precio y cada vez existen más soluciones a medida, así como diferentes calidades, aunque todas destacan por su durabilidad y resistencia. Las más económicas suelen ser las instalaciones con paneles fotovoltaicos de capa fina, aunque existen otras más eficientes como los paneles monocristalinos o policristalinos de silicio.
Por todo ello, siempre es mejor contar con la asistencia de un experto que nos ayude a elegir la mejor solución. También es importante asegurarse de que los proveedores trabajan con paneles fabricados por compañías de confianza, como Ben Q Solar, AS Solar o Schletter.
Tras instalar los paneles en una casa o negocio, estos empiezan a captar la energía solar. A través de un dispositivo llamado inversor, la energía se transforma en corriente alterna. Otro aparato, un contador, se encarga de llevar el control de cuánta electricidad propia consumimos y cuánta proviene de la red eléctrica. Además, al estar conectados a la red general, la alimentación energética del hogar o negocio está siempre asegurada.
¿Es el ahorro real?
Siempre es complicado estimar algo como el ahorro energético, ya que depende de muchos factores. Sin embargo, varias compañías del sector coinciden en que, en la actualidad, una instalación fotovoltaica para autoconsumo permite ahorrar hasta un 30-40% en la factura de la luz.
Este ahorro supone mucho para el presupuesto de un hogar y mejora en gran medida la competitividad de algunas industrias con gran dependencia energética. Por ejemplo, según cálculos de Viesgo, una empresa media del sector agropecuario puede conseguir un ahorro de entre 5.000 y 7.000 euros instalando paneles solares en un 5% del tejado de una granja.
El control en la mano del consumidor
Soluciones como Viesgo Solar no solo apuestan por la sencillez y la tecnología para llevar a cabo la instalación fotovoltaica, sino que se apoyan en los mismos pilares para facilitar la gestión posterior del sistema. El objetivo es que los particulares y las pymes conozcan en todo momento el estado de su proceso de instalación, el funcionamiento del sistema y tengan acceso a asistencia en caso de duda.
Mediante una app para dispositivos móviles, el consumidor-productor puede controlar en todo momento el estado de su sistema y su consumo, mejorando con ello los hábitos de su familia o negocio y consiguiendo un mayor ahorro. Además, los expertos de Viesgo estarán disponibles vía aplicación para resolver cualquier incidencia. A su vez, el sistema de monitorización remota de la propia compañía detectará cualquier anomalía durante las 24 horas del día los 7 días de la semana.
El objetivo final es eliminar cualquier pequeño obstáculo y apostar por la sencillez. Así, poco a poco, la producción de energía fotovoltaica para autoconsumo se hace posible, convirtiéndose en una alternativa económica y de peso para el futuro.
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