Para muchos, el resurgir de los vinilos en los últimos años está ligado a supuestas mejoras en la calidad del sonido con respecto al audio digital. Para otros es solo una moda más y para algunos una forma elegante de lucir grandes y vistosas portadas en las estanterías del salón.
Sea como fuere, el caso es que los clásicos giradiscos están dando paso a ciertas creaciones (o engendros, según con quién hablemos) que mezclan el mundo digital y el analógico a la hora de extraer información de los vinilos. Una de estos controvertidos productos es Love, un tocadiscos que prescinde de la mayor parte de la parafernalia concentrándose solo en la aguja y el brazo.
De hecho, el hardware en sí no es mucho más. Una base sobre la que colocar el vinilo y el brazo gigante que irá moviendo la aguja por los surcos. Pero lo interesante o curioso del invento es que se incluye, además de una salida auxiliar de 3,5 mm para el clásico cable analógico, un sistema digital para transmitir la música hasta el móvil o unos altavoces vía Bluetooth y WiFi.
Además, el smartphone se convierte en el cerebro y el mando a distancia de Love, permitiéndonos hacer varias tareas como iniciar la reproducción, pausarla, saltar de pista, reproducirla varias veces, variar el volumen o mostrar las imágenes del álbum en pantalla.
Para ello el sistema, nada más colocar el disco, se encarga de escanearlo y detectar la posición de las pistas y su duración. ¿El precio y la disponibilidad? Todavía son una incógnita, pero desde su web quieren ponerlo a la venta antes de que acabe el mes.
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