Sony Walkman NWZ-ZX1, toma de contacto

A pesar de la inmensa popularidad de los smartphones, los reproductores portátiles de música siguen teniendo su mercado. En Xataka Smart Home os hemos hablado últimamente del Pono Music y de los Astell&Kern, pero no son en absoluto las únicas opciones del mercado. Sony, el gigante de la electrónica de consumo, también tiene un nuevo reproductor dedicado bastante ambicioso: el Walkman NWZ-ZX1.

Tuve la ocasión de probarlo con cierta calma hace una semana, en el evento dedicado al audio que Sony celebró en Ámsterdam, y lo cierto es que aquella primera toma de contacto con este reproductor me dejó muy buen sabor de boca. Echémosle un vistazo.

High Resolution Audio

La característica más llamativa de este reproductor es su capacidad de reproducir tanto música en formato PCM (WAV y AIFF) como los formatos de compresión sin pérdida de calidad más extendidos, como son FLAC y ALAC, utilizando una frecuencia de muestreo máxima de 192 kHz y una resolución de 24 bits. Su compatibilidad con estos ficheros con calidad de estudio máster ha permitido a Sony integrarlo en su familia de productos Hi-Res Audio.

Por lo demás, las especificaciones de este reproductor pintan muy bien. Tiene una capacidad de 128 gigabytes, una pantalla Triluminos de 4 pulgadas y una calidad bastante buena (854 x 480 píxeles), amplificación digital S-Master HX, una autonomía máxima de 32 horas, mide 59,7 x 122,3 x 13,5 mm y pesa 139 gramos. Pero lo más importante es su sonido.

Los minutos durante los que tuve la ocasión de probarlo no fueron suficientes para emitir una opinión definitiva, y el entorno, en el que había algo de ruido ambiental, tampoco era el idóneo. La gente de Sony tenía varios auriculares de gama media con los que pude haberlo probado, pero preferí utilizar mis Sennheiser CX 980 porque los conozco a la perfección.

A través de ellos el sonido del ZX1 es muy detallado y dinámico, con una gran pegada en la zona baja y unos medios de gran calidad, aunque me pareció algo metálico en la zona alta. En cualquier caso, su sonido me dejó un buen sabor de boca. Espero tener la oportunidad de analizarlo con más calma en otra ocasión. Y, por supuesto, con mi propia música.

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