Todo es mejor con Bluetooth y los Walkman también, o eso piensan los creadores de este curioso reproductor de casetes

Los que hayáis nacido antes de los años 90 del siglo pasado, una generación antes que los reproductores de MP3, probablemente en su día tuvisteis una colección de cintas de casete más o menos extensa, con títulos originales, grabaciones personalizadas y recopilatorios al gusto del consumidor.

Era lo mejor para disfrutar del verano y soportar los largos trayectos en coche hasta la residencia vacacional. Y por supuesto el Walkman fue el compañero inseparable de este tipo de cintas de sonido. Con sus limitadas funciones y esas pilas que se agotaban rápidamente en el momento menos oportuno, fue un gran avance tecnológico para la época que posteriormente se vio superado por los formatos de audio digital.

¿Tiene sentido resucitar el formato? Pues la empresa NINM Lab así lo cree y para ello han desarrollado IT'S OK, su reproductor de cintas de casete portátil que al más puro estilo de los años ochenta pretende emocionar a toda una generación que todavía tenga una buena colección de cintas magnéticas perdidas en el trastero.

Disponible en tres colores (blanco nube, rosa y azul), incorpora una carcasa transparente para que podamos ver los mecanismos internos durante la reproducción y el clásico conector de sonido jack de 3,5 mm. Sin embargo, para actualizar este tipo de dispositivos al siglo XXI se ha incluido también una interfaz Bluetooth 5.0.

La idea es que podamos insertar una cinta en el reproductor, darle al play y empezar a escuchar la música en nuestros auriculares inalámbricos una vez reconvertida del formato analógico de la cinta a digital antes de ser transmitida sin cables. Eso sí, para controlar la reproducción deberemos pulsar los botones del IT'S OK, ya que los del auricular no funcionan como en el caso de los smartphones.

Precio y disponibilidad

El reproductor IT'S OK de NINM Lab está buscando financiación en Kickstarter con la intención de salir a la venta por unos 63 dólares. ¿Merecerá la pena? Pues depende de nuestro grado de nostalgia y de si tenemos o no una buena colección de cintas en casa.

Más información | NINM Lab