Con el avance de las tecnologías del hogar y los ecosistemas inteligentes, cada vez son más los usuarios que se decantan por adquirir productos que automaticen ciertos procesos en el hogar, facilitándonos muchas tareas domésticas. Si bien dispositivos como un altavoz inteligente, sensores, cámaras de seguridad, electrodomésticos inteligentes y más, nos pueden ofrecer multitud de comodidades, también es cierto que la mayoría pueden suponer una forma de vulnerar nuestra privacidad, ya que son otra ventana más a Internet.
Si un dispositivo tiene la capacidad de conectarse a Internet, también cabe la posibilidad de que pueda ser controlado de manera remota. Aunque evidentemente no siempre sea así, es recomendable tener en cuenta los riesgos e instalar esta serie de dispositivos siempre de forma segura y fortificando dentro de lo que cabe aquellos puntos por los que una conexión anónima podría vulnerar nuestra seguridad.
Un sistema de etiquetado similar al de eficiencia energética
Para este tema, la matemática e informática murciana Sara Nieves Matheu nos puede arrojar algo de luz, ya que gracias a la entrevista del medio El Correo hemos podido saber más acerca de su proyecto ganador del galardón de la Fundación BBVA y la Sociedad Científica Informática de España. Y es que ha diseñado un sistema para evaluar y etiquetar la seguridad de todos los productos conectados, algo que ha comparado con las etiquetas de eficiencia energética incluida en los electrodomésticos.
"Hace poco me regalaron una cámara para vigilar a mi bebé. Leí el manual y no contenía ninguna indicación de seguridad, a pesar de que todos los dispositivos que se conectan a la Red son vulnerables: una lavadora con wifi, un reloj inteligente, una pulsera para contar los pasos… Esto es peligroso. Se trata de aparatos con un software básico muy sencillos de hackear".
Puede que en nuestra mente siempre tengamos la concepción de que nadie tendrá interés por hackearnos. Sin embargo, hoy por hoy más que nunca, nuestra privacidad e información personal es muy valiosa para las empresas, ya que de esta manera pueden optimizar sus servicios y productos en base a esta información y utilizarla para fines de marketing y publicidad.
Sin embargo, un tercero podría además utilizar esa información para intentar dañarnos de alguna forma. Es por ello que el hecho de que los usuarios sepan a qué se exponen cuando conectan este tipo de dispositivos en casa es vital para garantizar su privacidad. Por este motivo, la Unión Europea ya estudia incorporar el sistema de etiquetado de Matheu a su nueva normativa para el Internet de las cosas, la nube y el 5G.
"A la gente le sorprende, por ejemplo, que los juguetes puedan ser utilizados para acceder a sus hogares. La tecnología del deepfake, que permite suplantar voces o imágenes utilizando inteligencia artificial, es una bomba a punto de estallar. Ya ha habido casos en que se ha usado un muñeco que parlotea para suplantar las voces de los padres de un niño".
Que alguien pueda tomar el control de un dispositivo conectado a nuestro hogar es una tarea compleja e involucra una serie de factores, entre ellos tener los conocimientos necesarios para hacerlo. Sin embargo, no son casos aislados, y durante los últimos años hemos visto incontables casos de víctimas de ciberataques y grandes empresas que recopilan nuestra información por medio de estos dispositivos.
"Alguien podría tomar el control de un coche autónomo cuando lo estamos cargando o incluso en marcha. Los delincuentes ya capturan fácilmente las frecuencias de las llaves a distancia para abrir las puertas. No hay nada cien por cien seguro. Un vehículo pesado, un dron o una avioneta pueden poner muchas vidas en juego".
Ante todos estos riesgos, el usuario debe saber a lo que se expone, y en esta era digital que estamos viviendo, es crucial que hagamos todo lo posible por proteger nuestra privacidad siempre que nos sea posible. Esto no significa que nos tengamos que deshacer de nuestros dispositivos inteligentes, sino utilizarlos de manera concienzuda y conocer los peligros a los que nos exponemos con ellos.
"El principal problema de seguridad de los dispositivos del Internet de las cosas es que carecen de potencia de cálculo y no pueden incorporar certificados, como hacen las páginas web".
Según pudo comentar Matheu en la entrevista, su tesis propone asignar una etiqueta de seguridad simulando la etiqueta de la eficiencia energética de los electrodomésticos. De esta manera, los consumidores podrían tomar decisiones informadas.
"La etiqueta se basa en un mecanismo de evaluación objetivo. Es automática y barata, viene configurada de fábrica e incorpora parches durante toda la vida útil del dispositivo".
"La bombilla led de una farola, cuyo encendido se programa a distancia, puede convertirse en un coladero. Los atacantes van buscando los puntos débiles del sistema, como los contadores digitales de la luz, que les permitan tomar el control de una central eléctrica, que podría ser nuclear. Es fundamental aislar estos puntos para evitar que un ataque genere un efecto cascada y se propague".
La idea de Matheu aporta valor en el debate de los sistemas conectados, ya que cualquiera con los suficientes conocimientos podría vulnerar nuestra seguridad en el hogar de forma remota. Desde una bombilla LED conectada, hasta un coche eléctrico que se cargue en el hogar, pasando por cientos de otros dispositivos y aparatos, pueden ser susceptibles a hackeos, por lo que conviene informar todo lo posible al usuario ante los riesgos que conlleva utilizar estos dispositivos.
Imagen | BENCE BOROS
En Xataka Smart Home | Ocho consejos para que nuestra WiFi sea más segura en casa
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