Poco a poco todo está interconectándose entre sí y con Internet. Tenemos múltiples redes a nuestro alrededor de dispositivos cada vez más numerosos que necesitan acceder a servicios online, bases de datos, "inteligencia" en la nube o contenidos en streaming.
Y el televisor es uno de los reyes de la conectividad doméstica, relegando en solo unos años al ordenador e incluso al smartphone y las tabletas como central de comunicaciones del hogar conectado, aunque muchas veces no nos estemos dando cuenta.
De forma silenciosa va acaparando ancho de banda de nuestro acceso a Internet pero al mismo tiempo que nos ofrece multitud de nuevas posibilidades de acceso a contenidos, control del hogar conectado o decoración futurista está sufriendo los mismos problemas que sus pantallas antecesoras, el móvil y el PC: seguridad, privacidad y actualizaciones permanentes.
Hace tiempo reflexionaba sobre algunos aspectos de la tecnología actual que no terminan de gustarme y entre ellos se encontraban las actualizaciones constantes y por doquier, la necesidad de conexión permanente a la Red o la cada vez más frecuente tendencia de Plug-and-NoPlay, características que han llegado también al televisor supuestamente inteligente y sin duda conectado.
¿Tengo un virus en la tele?
Con la cantidad de tiempo que pasamos frente a él, con la enorme proliferación de servicios accesibles y controlables desde el smart TV no es de extrañar que hayan surgido intereses maliciosos por sacar partido a este uso cada vez más polifacético y tampoco resulta extraño que el malware haga su aparición en un sector donde hasta hace poco parecía imposible su llegada. ¿Tener virus en la tele? Pues es algo que puede sonarnos raro pero a lo que tendremos que acostumbrarnos lo antes posible.
Hace un par de años las alarmas saltaban cuando expertos en seguridad alertaban sobre los potenciales problemas de los sistemas operativos en los televisores modernos. Android TV era el más polémico debido a su relativa apertura para instalar aplicaciones y unos expertos en seguridad demostraban en el PenTestPartners cómo era posible grabar las conversaciones del usuario usando su televisor conectado.
Pero el posible espionaje es solo la punta del iceberg. El malware que sufrimos en los equipos informáticos y teléfonos inteligentes está dando el salto a la pequeña pantalla y muestra de ello es que las empresas de antivirus ya estén detrás de este nuevo jugoso y todavía por explotar sector.
En el pasado Mobile World Congress 2019 los responsables de McAfee anunciaron el lanzamiento de McAfee Security for TV, un antivirus especialmente diseñado para las nuevas Smart TV de Samsung basadas en el sistema operativo Tizen 3.0 que llegaría preinstalado en las nuevas teles de la marca sin que el usuario tuviera ni pudiera hacer nada al respecto (salvo desinstalarlo una vez comprada la tele).
Puede parecer algo anecdótico o simple marketing para vender más teles, pero algo debe estarse cociendo en segundo plano cuando la propia Samsung animaba en tweeter hace unos días a los compradores de una de sus smart TV QLED de 2019 a pasar el antivirus "cada pocas semanas":
Lo sorprendente es que precisamente Tizen es una plataforma cerrada donde las aplicaciones disponibles pasan, o se supone que deberían pasar un cierto control de seguridad antes de llegar al usuario y solo se pueden instalar usando el propio portal cerrado de Samsung. ¿Por qué entonces la necesidad de tener un antivirus? ¿Podría ser que haya alguna vulnerabilidad desconocida en la interfaz inalámbrica del televisor o es solo por precaución? No lo sabemos, pero parece que los antivirus han llegado para quedarse.
Un antivirus en la tostadora
No sería extraño que unos años al igual que instalamos diferentes apps para ver contenidos como Netflix, YoutTube o similares tengamos a nuestra disposición aplicaciones para la detección de virus en tiempo real similares a las de nuestros ordenadores. Y es que el televisor moderno es ya como un ordenador con pantalla integrada que requiere cada vez de más potencia, de CPUs con más capacidades de cálculo, lo que a su vez nos lleva a un mayor consumo energético y a ralentizaciones en las gamas medias-bajas donde se incluyen chips más baratos y con inferior capacidad de cálculo.
¿No hay solución? Pues es difícil saberlo. Quizá una opción sea optar por los sistemas modulares en los que la tele es una simple pantalla al más puro estilo monitor de ordenador. En este caso el malware se situaría en su exterior, en el set top box y seguiría estando presente, pero quizá sería más fácil de controlar o de resolver el problema una vez haya surgido, sin poner en peligro todo el televisor.
Lo que está claro es que todo equipo conectado a una red es susceptible de ser atacado (o por lo menos de que lo intenten) y los antivirus en la tele podrían ser solo el comienzo de una tendencia que se extienda a más equipos del hogar inteligente del futuro.
Puede ahora parecer absurdo hablar de tener antivirus en el horno, en el timbre, la lavadora o en las bombillas del salón y quizá la opción más sensata pase por una solución de seguridad instalada en núcleo de seguridad del hogar, el router, lugar por el que pasan todas las comunicaciones de nuestros dispositivos. Ya lo iremos viendo, puesto que este es un tema que seguro nos dará mucho de qué hablar en los próximos años.
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