El Internet de las Cosas poco a poco sigue extendiéndose por nuestras vidas si bien no al ritmo que muchos esperaban. Lo cierto es que cada vez más artilugios a nuestro alrededor están conectados y claro, este aspecto representa una brecha que los posibles ciberatacantes podrían aprovechar.
El hogar conectado, los _wearables_, la ropa inteligente... muchas ventanas abiertas por las que se pueden colar atacantes que buscan hacerse con nuestros datos y tomar el control de parte de nuestras vidas virtuales. No estará muy lejos el momento en el que un ciberatacante se haga con el control de nuestra lavadora o nuestro horno por poner sólo ejemplo...
Se antoja en este sentido tan importante tomar precauciones y protegernos lo mismo que hacemos con nuestro ordenador y nuestro teléfono. Básicamente buscaremos poner trabas para que un _hacker_ no pueda invadir nuestra privacidad y poner en riesgo información sensible.
Un hecho por el cual podemos sufrir una serie de riesgos que pueden tener una mayor o menor importancia, algo de lo que cada vez son más conscientes las empresas de seguridad.
El punto de origen para un ataque a nuestra casa inteligente suele ser el sistema EIB/KNX, la parte más importante, el núcleo del Hogar Conectado y el estándar europeo de control de edificios conectados. Un sistema que se puede violentar por ejemplo con Erebos, un pequeño aparato que es capaz de reconocer los comandos con los que la red controla nuestros aparatos.
Hacerse con el control de parte de nuestro hogar o nuestros bienes
Se ha demostrado que los fabricantes no están al 100% seguros cuando de estar conectados se trata, sobre todo si nos referimos a ámbitos en los que tradicionalmente no se daba este tipo de funcionalidades. Es el caso del sector del motor, donde hemos oído y leído noticias sobre fracturas en el sistema que por ejemplo hacía que nuestro vehículo fuese vulnerable.
Pero es que no acaba ahí y es que si no tenemos la infraestructura con una buena protección cualquier electrodoméstico que no cuente con una buena protección puede verse en riesgo gracias a técnicas avanzadas de _rasomware_. Un ciberatacante podría controlar tu frigorífico o tu lavadora y hacerla inoperativa o todo lo contrario, que no parase de funcionar como método para lograr algún tipo de extorsión.
Prácticas delictivas
Esta práctica puede estar ligada directamente con el caso anterior y es que al tener control sobre algún aspecto de nuestra vida podría desde hacernos chantaje hasta incluso hacerse pasar por nosotros para realizar cualquier tipo de operación. Imaginemos que por ejemplo un ciberdelincuente accede a una nevera con conexión a internet y decide que es hora de realizar una gran compra.
El problema que podemos encontrar en este tipo de aparatos es que mientras un ordenador (por ejemplo) cuenta con una protección en forma de antivirus, cortafuegos o _antimalware_, no es muchas veces el caso de otros productos. Una gran mayoría de fabricantes no ha comprobado sus sistemas frente a ataques externos y apenas hay medidas de protección efectivas.
Por lo tanto y teniendo en cuenta la situación actual, se trata sobre todo de controlar los puntos débiles de los controles domésticos KNX y sobre todo tomar unas medidas básicas a la hora de mantener la seguridad que pasan sobre todo por controlar la seguridad de nuestra red.
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