El cambio de estrategia de Netflix es solo el principio de una nueva fase de los servicios de streaming: crecer de forma rentable


Con el paso de los días los usuarios van asumiendo las nuevas medidas de Netflix contra las cuentas compartidas, lo que se traduce esencialmente en tomar una decisión: seguir en la plataforma en alguno de sus planes individuales o colectivos actualizando sus precios o cancelar la suscripción. Después de invitarnos a lo largo de los años a compartir cuenta, si quieres seguir haciéndolo tendrás que pagar bastante más (de los 4,5 euros por persona para cuatro usuarios con el plan Premium a dividir 29,99 euros para tres en este mismo plan).  Tenemos malas noticias: Netflix ha sido la primera, pero todo indica que no será la última en sacar la tijera.

Una nueva cara para una nueva fase

Del "Hola Marichu. Puedes mantener la tarifa básica o (que quede entre nosotros) compartir cuenta" a "hay más de 100 millones de hogares que comparten sus cuentas, lo que reduce nuestra capacidad de invertir en la creación de grandes historias, contadas con series y películas de la máxima calidad" haciendo que la responsabilidad de la calidad y cantidad de su contenido recaiga en quienes llevan a cabo esa práctica.

¿Tenía Netflix otra alternativa para evitar su estancamiento? Probablemente no: de acuerdo con un estudio de Kantar de finales de 2021, en Estados Unidos el 85% de los hogares están suscritos a un servicio de streaming y este porcentaje sube un 2% anualmente. Según un estudio de la CNMC, en España casi el 60% de hogares está suscrito al menos a una plataforma de streaming, con una subida del 5% del 2021 a 2022. O lo que es lo mismo, crecen pero cada vez menos.

Netflix tiene una deuda enorme estimada en 14.500 millones (dato de The Motley Fool para finales de marzo de 2022)  y lo peor es que no es rara avis en su negocio:  su ratio debt to equity entra dentro de los parámetros del sector cinematográfico de Hollywood, en la línea de Disney o Paramount. Por un lado, la sociedad invita al crecimiento infinito y en este escenario la competencia es feroz, con rivales que a nivel de contenido juega duro con grandes producciones propias como 'La Casa del Dragón' (HBO Max) o 'El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder' (Amazon Prime Video) . Por otro, el streaming nació como una revolución para acceder a todo el contenido de forma inmediata en cualquier parte a precio asequible. La realidad es que todo no es posible.


Entramos en una nueva fase menos atractiva para el usuario

La guerra del streaming está en su fase más cruenta y el cambio de estrategia es inevitable. Lo peor es que no podemos decir que nos hubieran advertido antes: Wall Street lleva tiempo llamando a un enfoque más equilibrado centrado en impulsar el crecimiento rentable. Hasta la fecha Netflix había apostado por una imagen amigable con el público, pero ya ha sacado la otra cara, la centrada en su cuenta de resultados.

Netflix comenzó su andadura revolucionando la forma de consumir contenido. En la segunda fase aparecieron otras compañías dispuestas a apostar a lo grande en el streaming imitando la estrategia de Netflix. Como explica el equipo de analistas de Wall Street MoffettNathanson para The Hollywood Reporter, "aunque los suscriptores llegaron en masa, los beneficios siguieron siendo esquivos" lo que se traduce en deudas multimillonaria y en estos momentos "ya no pueden permitirse el lujo de quemar el dinero buscando unos beneficios que no existen".

¿Cómo hacerlo? Lo hemos ido viendo a lo largo de los meses: reduciendo la inversión, con anuncios, optimizando las suscripciones existentes, subidas de precio, fusiones o incluso que alguna tenga que echar el cierre. Netflix inició la revolución del streaming y con este gran experimento se encamina con paso firme a una nueva fase del sector: la búsqueda del crecimiento rentable.

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