Aunque las Smart TV vienen pensadas para aunar al máximo posible todas nuestras necesidades de entretenimiento audiovisual, hay cinco accesorios para complementar tu Smart TV. Algunos son prácticamente imprescindibles, y otros periféricos que nos ayudarán a mejorar sensiblemente la experiencia, o al menos, hacernos la vida más cómoda aún si cabe.
1. Sistemas de sonido
El sonido es el talón de Aquiles de las Smart TV, más que nada por una cuestión física inevitable: es imposible que sus altavoces suenen bien con una caja de resonancia tan pequeña. Problema que se agrava seriamente con la guerra que tienen montada las diversas compañías para hacer una televisión más delgada que el papel de fumar.
Así pues, lo primero que hay que solucionar es el sistema de sonido. Para ello, os propongo tres soluciones, en orden creciente de complejidad y coste:
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Opción A: Conecta tu televisor a la minicadena. Por muy noventero que sea, estoy seguro de que muchos aún tenemos una minicadena, y sus voluminosos altavoces suenan de maravilla —bueno, digamos que bien—. Si es un aparato de gama media, incluso tendrá una entrada de audio digital para conectarle la salida del televisor. Si no, habrá que conformarse con una salida de linea normal y la entrada auxiliar.
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Opción B: Hazte con una barra de sonido. No es que sean la panacea, pero por un precio relativamente asequible, prometen un sonido envolvente —virtual, claro— que, al menos en las que he probado, resulta bastante convincente. Además, muchas incluyen reproductor de Blu-Ray, por lo que matamos dos pájaros de un tiro. Así evitamos cables, sistemas inalámbricos, baterías y demás.
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Opción C: El clásico Home Cinema, con su sistema de altavoces 5.1 o similar. Las ventajas, un sonido envolvente de verdad, con una calidad que dependerá en gran medida de la cantidad que desembolsemos. Entre los inconvenientes, los cables de alimentación de los altavoces periféricos, o sus baterías, si son pequeños.
2. Un disco duro externo
Es cierto que las Smart TV cuentan con tecnología DLNA, que nos permiten reproducir contenido directamente desde nuestro ordenador, pero no es menos cierto que el contenido multimedia ocupa bastante espacio, y que lo normal es tenerlo todo almacenado en un disco duro externo. Amén de que por muy geeks que seamos, no siempre tenemos el ordenador encendido, e ir a encenderlo para ver una serie, da la suficiente pereza como tragarse lo que echen en la tele.
Por eso no deja de ser conveniente tener un disco duro que podamos conectar a la televisión para acceder a aquello que queramos ver. En este caso, podemos recurrir a dos opciones.
- Opción A: El clásico disco duro portátil de 2,5”. Una opción económica, que ocupa poco espacio y que en caso de necesidad podemos llevar con nosotros. Entre las desventajas, el hecho de que el disco duro gire a menos revoluciones —normalmente a 5400 rpm, lo cual ralentiza las transferencias de grandes archivos— y, sobre todo, que para pasar los archivos tengamos que andar con el disco duro de la tele al ordenador y viceversa, lo cual no es una gran tragedia pero puede llegar el caso de que no tengamos nada que ver y, de nuevo, nos de pereza acercarnos al ordenador.
- Opción B: Un disco duro NAS, ya sea mediante LAN o Wifi. De esta manera, podemos enviar el contenido cómodamente desde nuestro ordenador a través de nuestra red local, asegurándonos tener siempre algo que ver cuando encendamos nuestra lustrosa Smart TV. Son un poco más caros, pero merecen la pena. Mi recomendación es que uséis la versión LAN, y lo conectéis al ordenador mediante una pequeña red Ethernet, aunque también podéis recurrir a los modernos PLC, lo cual nos lleva al siguiente punto.
Por si tenéis dudas, os recomiendo los conejos y recomendaciones de nuestros compañeros de Xataka para comprar un NAS.
3. PLC: Power Line Communications
El Wifi está muy bien, especialmente para movernos libremente por la casa con nuestros gagdets, pero cuando quieres una conexión rápida y estable, no hay nada como un cable de Ethernet en una red LAN.
Lo normal es buscar algún hueco en los tubos de la instalación eléctrica y pasar por ellos nuestro querido cable de red, pero si esto no es posible, o simplemente nos da pereza, podemos recurrir a los adaptadores PLC, que nos permiten transmitir los datos a través de los cables de corriente, simplemente colocando el aparatito en un enchufe.
De esta manera, podremos tener nuestra Smart TV o nuestro disco duro conectado a la red de una manera más estable, que nos permita transmitir el contenido desde nuestro ordenador de manera rápida y fiable, así como acceder directamente al contenido que nos ofrecen las diferentes aplicaciones de nuestra televisión inteligente.
4. Reproductor de Blu-Ray
Lo sé, todos estamos convencidos de que el formato físico a muerto, y que el futuro está en el contenido bajo demanda, pero de momento, para los puristas de la calidad de imagen y sonido, el Blu-Ray es dificilmente superable. Porque aunque los servicios de contenido bajo de demanda ya ofrezcan series y películas en Full HD, estas tienen mayor compresión (no todo es la resolución) y, por tanto, la calidad es inferior.
Así que, si sois unos sibaritas de la imagen, y no queréis ni un degradado mal hecho, un reproductor de Blu-Ray es un buena acompañante de vuestra Smart TV.
5. Regletas con protección
Con la cantidad de dinero que hemos invertido en nuestro sistema de entretenimiento audiovisual, con la Smart TV a la cabeza, no es cuestión de que una subida de tensión eche toda nuestra inversión al traste, y acabemos viendo las películas en nuestra vieja pantalla de tubo, con una conexión Euroscart —el infierno tiene que ser algo parecido—.
Por eso, os recomiendo una buena regleta con protección, porque su precio es ridículo comparado con todo lo que nos habremos gastado. Las hay hasta con mando a distancia y dos zonas de enchufes, unas que deben apagarse y otras que no —como la tele o el disco duro si tenemos que grabar algo—, así podemos desenchufar todo tranquilamente al irnos a la cama sin el engorro que tener que acceder a la regleta, que seguro querremos tener bien escondida.
Como hemos podido comprobar, son cinco periféricos (im)prescindibles para nuestra Smart TV. Se puede vivir sin ellos, pero parecerá como que nos falta algo, y no podremos sacarle todo el partido que queremos a nuestra nueva y flamante televisión inteligente.
¿Echáis en falta alguno?
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