Estás a punto de comprar un monitor o un televisor. Encaminas tus pasos a la tienda o tecleas la dirección de la página web oportuna y comienzas a mirar alternativas y bucear por las especificaciones. Diagonal de pantalla, precio (es muy importante) y unas siglas que destacan sobre otras. La resolución... una de las excusas que esgrimen las marcas para que cambiemos de modelo cada cierto tiempo aunque muchas veces, si lo pensamos, no nos hace falta.
El caso es que la batalla de siglas en los embalajes es abrumadora. HD, Full HD, QHD, UHD, 4K, el muy escaso 8K... todo un baile de letras que puede ser que no representen problema para ti pero que sí que puede plantear dudas a algunos usuarios. Y son a ellos a los que queremos orientar con este artículo.
Resoluciones para todos los gustos
Con estas siglas estamos haciendo referencia a la resolución que ofrece una pantalla pero antes de seguir ¿sabemos qué es la resolución? Se trata de la forma de calibrar la cantidad de píxeles que integran el panel en una pantalla, siendo los píxeles la parte más pequeña en la que una imagen se puede dividir.
Por lo tanto, entendemos por resolución el número de líneas verticales y horizontales formadas por píxeles que puede mostrar una pantalla. A menos resolución, menos pixeles y peor calidad de imagen. Y lo mismo ocurre a la inversa, si bien llega un momento en el que el ojo humano ya no percibe la diferencia entre más píxeles por pulgada (ppp).
Resolución de una pantalla: cuestión de cifras
Normalmente, cuando vamos a comprar un monitor o un televisor a estas alturas, vamos a tener que elegir entre dos variantes o a lo sumo tres. Se trata de Full HD, UHD o 4K (ya dijimos que no es lo mismo aunque así nos lo quieran vender) y 2K o QHD (es más frecuente en monitores pero no se da en televisores. Por encima queda el 8K, pero aún queda para verlo llegar de forma masiva.
Cada una de estas resoluciones suele venir acompañada de unas cifras de las cuales tomaremos como ejemplo el Full HD y sus 1.920 x 1.080 píxeles. ¿Y qué quieren decir estos números? Pues volvemos unas líneas más arriba y recordamos; la imagen está integrada por líneas horizontales y verticales de píxeles, por lo que esta cifra indica 1.920 píxeles horizontales y 1.080 verticales. En total, 2.072.600 puntitos de luz en pantalla.
Denominación | Resolución | Otros nombres | |
---|---|---|---|
8K | 7.680 x 4.320 píxeles | 8K | |
4K DCI | 4.096 x 2.160 píxeles | 4K | |
UHD | 3.840 x 2160 píxeles | 4K, UHD | |
2K | 2.048 x 1.080 píxeles | 2K | |
WUXGA | 1.920 x 1.200 píxeles | Widescreen Ultra Extended Graphics Array | |
1080p o Full HD | 1.920 x 1.080 píxeles | Full HD, FHD, 1080p, 2K | |
720p o HD | 1.280 x 720 píxeles | HD, Alta Definición |
Cuando el tamaño importa
De esta forma podemos ver claramente la diferencia y es que no es lo mismo para apreciar calidad de imagen y definición el tener en pantalla 1.920 x 1.080 píxeles (2.073.600 en total) que 3.840 x 2.160 píxeles (8.294.400 en total) que es lo que ofrece una pantalla UHD, al menos en teoría. En esta última el contenido tendrá una mayor definición.
Aquí, sin embargo, también entra en juego el tamaño de la pantalla, la famosa diagonal. Y es que un televisor HD (720p) se puede ver muy bien en una pantalla de 32 pulgadas mientras que esa misma resolución se hace "infumable" si la colocamos en una pantalla de 55 pulgadas. ¿El motivo? Pocos píxeles para cubrir una mayor superficie, lo que provoca imágenes demasiado pixeladas y de pobre calidad de imagen.
Actualmente la resolución más usada en televisores es UHD o 4K, la cual gana terreno gracias sobre todo a la bajada de precios, incluidos los cada vez más accesibles paneles OLED. Todo un hito tras aquel primer minúsculo Sony de 4.999 euros.
¿Es necesaria tanta resolución?
Pues depende sobre todo del uso que le vayamos a dar, del precio y del tipo de dispositivo. En el caso de los televisores, el UHD o 4K ya es la resolución estándar por encima de las 40 pulgadas, y no hay puntos negativos en ir a por uno de ellos. No solo veremos muchísimo contenido en streaming o YouTube a resolución nativa, sino que contaremos con un televisor capaz de sintonizar los nuevos canales 4K que llegan en 2025 a la TDT española.
Otra cosa es 8K. Por sí misma, es una resolución que aporta una nitidez increíble, pero a día de hoy no merece la pena, pues los televisores siguen siendo muy caros, y lo más importante: no hay contenidos comerciales disponibles más allá de demos en YouTube. La industria ni siquiera ha establecido un estándar como hizo la UHD Alliance con el 4K HDR.
En el caso de un monitor ocurre casi lo mismo con la salvedad que para hacer uso de 4K en videojuegos vamos a requerir de un ordenador muy potente o una consola como la Xbox One X por lo que si no es el caso, un buen monitor Full HD puede ser suficiente (aquí cada usuario pone su límite).
Imagen portada | LG
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