Vaya por delante que como persona que suele optar por ver películas en su televisor en lugar de ir al cine, el 4K en cine y serie se me antoja fundamental para una experiencia de calidad. Pero para ver deporte, el 4K es otra historia: como amante del fútbol, sueño con que sea la resolución estándar con la que disfrutar de los partidos.
Por qué ver fútbol en 4K
En el visionado de una película a cierta distancia, con la alta definición ya hay un buen nivel detalle de lo que se quiere mostrar, pero en el deporte encontramos una serie de pequeños elementos cuya representación se torna complicado de representar con un número de píxeles reducido y que tienen su importancia para las competiciones.
El paso a la alta definición fue todo un hito, pero dar el salto al 4K implica disfrutar de cuatro veces el nivel de información de lo que sucede en la competición, fundamental para un contenido que implica tanto movimiento per se. De forma numérica: el Full HD ofrece algo más de dos millones de píxeles, con 4K alcanzamos una imagen de algo más de 8 millones de píxeles (u 8MP).
Hablo de deportes en general, pero aplicado en el fútbol se ve más claro y específico: líneas, dorsales de quienes están en el campo, la red de la portería, cómo es la textura y el estado del césped, nitidez en los primeros planos de las caros, más detalle en los fueras de juego y los agarrones, pancartas, camisetas y otros elementos del público...más allá de saciar curiosidad, es relevante porque hacen que quien está al otro lado de la pantalla vea mejor lo que sucede.
El fútbol el 4K ya existe, pero es una experiencia limitadísima y es necesario pasar por caja. Ojalá algún día sea el estándar en el denominado deporte rey que tanto dinero mueve, porque precisamente el dinero es una de esas barreras a su democratización, como veremos más adelante. Pero el fútbol en 4K no es una prioridad aunque hoy en día la norma sea tener televisores con esa resolución.
Todo el fútbol en 4K es una quimera hoy
Más píxeles, más problemas. Teniendo en cuenta que el 4K puede considerarse como cuatro veces 1080p, el riesgo de la retransmisión en vivo crece y los cuellos de botella se agravan.
Las retransmisiones deportivas en directo necesitan de un montón de cámaras para llevarse a cabo y para un partido en 4K haría falta una gran inversión solo para renovar esa parte equipo. En la actualidad solemos encontrar cámaras HD, alguna que otra 4K e incluso han hecho su aparición los modelos de 8K, pero renovar el equipo y que este quepa en las diferentes ubicaciones supone un reto tecnológico y de presupuesto.
La carencia de infraestructura es una constante para una retransmisión 4K nativa. Supongamos que se cumple con el punto anterior y que hay un parque de cámaras 4K encargadas de enviar una cantidad ingente de información a los camiones de producción, lo que se traduce en un cableado nuevo, más grueso y pesado capaz de soportarla. En cuanto a conexiones, el cableado de esas cámaras 4K requerirá de más entradas.
Después de tener la señal en el equipo de procesamiento, hay otra necesidad: más potencia de procesamiento frente a los 1080p, lo que implica actualizar y reforzar los servidores, con una adecuada gestión del calor. Seguimos sumando cuellos de botella y una logística más compleja. Llegados a este punto, todavía quedaría la operación de transmitir la señal a distribuidoras y que estos puedan manejar el 4K, algo que de hecho no es así.
Para que la retransmisión de fútbol en 4K fuera el estándar sería necesario invertir muchos millones de dólares en equipos y más trabajo. Está claro que tener fútbol en 4K es un reclamo, pero quienes trabajan en la retransmisión no lo hacen por amor al arte: buscan que sea rentable. Y aquí hay un punto clave: ¿vas a dejar de ver partidos de fútbol porque estos no estén en 4K? Probablemente no. Aunque una empresa estuviera dispuesta a realizar todo este desembolso, al no ser algo diferencial es poco probable que puedan recuperar lo invertido. Al final es una cuestión de números: suscripciones, publicidad, competencia hasta encontrar el punto de equilibrio.
No hay un incentivo económico en emitir todo el fútbol en 4K (con "todo", me refiero a al menos todos los partidos de LaLiga). No obstante, es probable que antes de tomar esa decisión, si buscasen que el fútbol se viera mejor, entregarían la señal de 1080p menos comprimida que pudieran, en HDR, y con 60 frames por segundo. Porque la realidad es que si ves un vídeo de 1080p con HDR sin comprimir frente a un 4K con HDR comprimido, el resultado sería en general más satisfactorio (salvo que tengas una pantalla grande). Pero esa medida tampoco sería un paseo, habida cuenta que que el ancho de banda varía en función de donde estemos.
Aunque estas mejoras se irán viendo con el paso de los años, falta mucho para que los deportes en general en 4K sean lo normal. De momento tendremos que contentarnos con grandes eventos como el Mundial, fases finales del torneo o partidos mediáticos.
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