Tras la llegada de las consolas de nueva generación y el estándar HDMI 2.1, han surgido muchas dudas respecto qué ventajas ofrece esta nueva versión. Se trata de la especificación más buscada por aquellos que quieren exprimir al máximo sus juegos de última generación, aunque hay algunos detalles que hay que tener en cuenta para poder aprovechar sus ventajas.
Aunque sus ventajas no solamente se basen en el mundo del gaming, si es un sector que claramente se beneficia de ello, principalmente porque ofrece un mayor ancho de banda en la transferencia de la señal, por lo que permite jugar, para que nos entendamos todos, a mayor calidad de imagen y sonido.
Según la propia organización que licencia los productos con este estándar, el HDMI 2.0 pasa a ser reemplazado por el HDMI 2.1, y se deja en manos de los fabricantes qué subset de características incluirán en sus puertos HDMI 2.1. Esto significa que, no todos los televisores que cuentan con este estándar ofrecen el soporte completo de esta nueva versión, por lo que hay que estar muy pendientes de qué características incluye el televisor para saber si ofrece lo que buscamos.
Un mayor ancho de banda se traduce en mayor resolución y frecuencia
Si nos vamos directamente a las especificaciones técnicas de este nuevo estándar, vemos que su velocidad de transferencia pasa de los 18 Gbps a los 48 Gbps, todo un salto en ancho de banda. Esto principalmente es útil para transferir una mayor cantidad de datos. Esta conexión puede así fácilmente manipular resoluciones más altas como el 8K, o intercambiar señales con frecuencias de refresco mucho más altas.
Un mayor ancho de banda se traduce para el consumidor en disfrutar de contenido a mayor tasa de refresco y resolución. Para que se cumpla este salto de mejoría y podamos disfrutar de juegos a 4K y 120 Hz, debemos de revisar que cumplimos con una serie de requisitos.
Requisitos para sacarle el máximo partido al HDMI 2.1
- Que el televisor incluya un puerto HDMI 2.1.
- Que el televisor cuenten con una tasa de refresco nativa en su panel de 120 Hz o más y una resolución 4K.
- Que la consola o PC con la que juguemos desde el televisor sea capaz de reproducir el contenido a 4K y a una tasa de fotogramas superior a 60.
- Que la versión del cable HDMI sea 2.1.
Solo cumpliendo con todos los puntos anteriores podremos jugar exprimiendo todas las características que nos ofrece el HDMI 2.1. Además, para obtener una experiencia más fluida en el juego, también será recomendable que el televisor sea compatible con VRR (Variable Refresh Rate), una tecnología que adapta la tasa de refresco del panel para sincronizarse con la velocidad de fotogramas del juego y conseguir una fluidez mucho mayor. Esto es posible a través de las tecnologías de FreeSync de AMD, o G-Sync de NVIDIA.
Otra de las novedades que llegaron con el HDMI 2.1 es la tecnología ALLM (Auto Low Latency Mode). Esto permite al televisor detectar automáticamente la fuente en la que tengamos conectada la consola o el PC, y activar el modo de juego que incluya la propia tele, disminuyendo considerablemente la latencia y los tiempos de respuesta.
El HDR con metadatos dinámicos también juega un papel muy importante aquí, y a través del HDMI 2.1 nuestro televisor también permite procesar contenido con HDR10+ y Dolby Vision (o sus sucesores Dolby Vision IQ y HDR10+ Adaptative) de una fuente externa. Eso sí, tanto el contenido como el televisor deben de ser compatibles con estos formatos.
No infravaloremos la calidad de sonido
Por último, pero no menos importante, también tenemos que hablar de sonido. Y es que el HDMI 2.1 también nos trae funciones muy útiles como el eARC (evolución del ARC). Gracias a esto se aumenta el ancho de banda de la señal bidireccional que ya transmitía el ARC, permitiendo disfrutar de contenido adaptado a formatos de audio multicanal como Dolby Atmos o DTS:X con tan solo un cable HDMI conectado al televisor. En este caso, el televisor debe ofrecer puertos que incluyan eARC, además de que también se requiere que pueda decodificar audio multicanal, ya sea a través de sus altavoces o a partir de un sistema de sonido externo compatible con dichos formatos.
En resumidas cuentas... ¿Qué necesito?
Para resumir, en caso de que quieras adentrarte en la compra de un televisor que ofrezca los máximos lujos en gaming a día de hoy, debes de, además de estar atento a la calidad del panel, cerciorarte de que incluye HDMI 2.1, una tasa de refresco nativa de 120 Hz o más, que cuente con las tecnologías VRR y ALLM, que contenga puertos eARC, y que su sistema de sonido (o el tuyo propio) sea compatible con Dolby Atmos o DTS:X.
También tenemos que tener presente dónde vamos a reproducir el juego para sacarle el beneficio a todas estas características. Para ello debemos de contar con una PlayStation 5, Xbox Series X o un PC que mueva los juegos a la calidad deseada y que los juegos cuenten con soporte para ir a una tasa de fotogramas superior a 60. Actualmente pocos juegos de consola exceden esa tasa, pero con este setup ya estaremos preparados para lo que se nos venga en el futuro.
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