Cuando uno vuelve a analizar un televisor de Sony, después de haber probado otros anteriormente como el Sony W805 ya sabe más o menos a lo que se enfrenta. Son productos con una muy buena calidad de imagen que posiblemente flaquean en su software e interfaz y cumplen en temas de sonido si no somos exigentes. Pero si el modelo a analizar ofrece resolución 4K UHD entonces la cosa cambia, esperamos mucho. Durante unos días hemos podido analizar el Sony X85 series, en concreto el modelo de 55 pulgadas. ¿Qué nos ha parecido? Eso es lo que os vamos a contar en nuestro análisis.
Análisis en vídeo
Características
Sony X85 series | |
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Diagonal pantalla | 49, 55 y 65 pulgadas |
Resolución | 3840x2160 |
Iluminación | Edge-lit LED |
Compatible contenido 3D | Sí, pasivo |
3D simulado | Sí (sólo 2K) |
Audio | 10w + 10w |
Mejora movimiento | Motionflow XR 200Hz |
Compatibilidad códec HEC | Sí |
Ángulo visión | 178º (vertical y horizontal) |
Conectividad | Wifi + ethernet |
Sintonizador | DVB-T/T2, DVB-S/S2, DVB-C |
Extras | DLNA, Vifi Direct, Apps,… |
Especificaciones completas | Sony |
Con varios conectores HDMI y compatibilidad MHL, conexión de audio óptica, puertos USB, etc el modelo de Sony no carece de nada que otros fabricantes ofrezcan en temas de conectividad en sus diferentes gamas. Incluso, ya incluye una cámara que nos permitirá realizar vídeo conferencias o disfrutar del contenido junto a amigos con Social Viewing. Además de contar con la posibilidad de conectar a internet mediante wifi o ethernet.
Muy completo en conexiones y opciones. Así es como mejor se define al televisor de Sony que no quiere que echemos nada en falta. Tanto si necesitamos conectar varias fuentes de vídeo como si es una unidad de almacenamiento externo para cargar su contenido o grabar en él usando la opción de USB Recording. Y por supuesto sin olvidar el soporte DLNA para acceder a contenido remoto.
Diseño
El diseño de los últimos modelos de Sony es todo un acierto en mi opinión. Con unas líneas rectas y elegantes, la estética del Sony X85 es muy acertada pues permite que destaque lo más importante: la imagen.
El marco de color negro nos encuadra a la perfección la imagen y sólo un led en la parte inferior nos aporta un toque que nos da información sobre diferentes estados: grabación, temporizador, enlace con un dispositivo, cámara y micrófono…) Por lo demás, los laterales juegan con un tono gris que da cierto contraste y siente muy bien al diseño del aparato.
Respecto a las conexiones, todas están en la parte trasera. Más exactamente en un lateral junto al que encontramos también la botonera básica del mismo.Luego observamos los altavoces en la parte inferior y las patas de los laterales.
Porque el Sony X85 no viene con la “clásica” peana. Aquí unas palas en los laterales que mantienen esas líneas rectas son las que permiten colocar el televisor sobre un mueble o mesa. Nuevamente un toque diferente que me gusta como le sienta.
Calidad de imagen y sonido
Llegamos al punto fuerte del análisis. Después de ver las características y el diseño -apartados importantes- es la calidad de imagen y sonido, principalmente la primera, lo que de verdad nos importa. Pero comencemos por el sonido mejor.
La experiencia auditiva está condicionada por los altavoces Bass réflex Box speaker, unos altavoces que según la teoría ofrece un 60% más de sonido y una menor distorsión. ¿Y cumple? Pues bien, sí y no. ¿Se escuchan bien? pues sí, los diálogos son claros y el volumen generoso pero no nos engañemos, para ver algún programa concurso o una película un sábado por la tarde sin muchas exigencias. Si queremos disfrutar de toda la intensidad de películas como Oblivion o Pacific Rim entonces no.
El sonido es nítido pero pierde consistencia en los graves. Luego, lo que ya todos sabemos, para disfrutar de una buena sesión de cine o nuestras series favoritas nada mejor que acompañarlo con un sistema de sonido externo. Bien sea una barra de sonido o un Home cinema. Y aunque podemos hacer algunos ajustes siguen siendo insuficientes.
Y ahora la imagen. Contamos con un panel con tecnología trilúminos y resolución 4K UHD que está retroiluminado por un sistema de iluminación de tipo EDGE LED. Es decir, desde los bordes se iluminada toda la pantalla. Algo que no es tan efectivo como un panel con iluminación Full LED.
Vemos cómo hay escenas donde zonas con un fuerte contraste provocan que áreas que deberían ser completamente negras muestren un poco de clouding. Esto es porque el sistema de atenuación local de la retroiluminación no puede llegar a más y le resulta imposible apagar toda la iluminación de esa zona sin afecta al resto de la imagen. Pero ajustando un poco las opciones de imagen se llega a reducir de forma notable. Y además, son escenas puntuales.
Pero si la escena es luminosa y el contenido 4K UHD entonces viviremos una experiencia lo más parecida a mirar por una ventana al exterior. La nitidez, nivel de detalle y fluidez de movimiento es prácticamente perfecta. Claro que debemos ser exigente y no bajar de 1080p si queremos disfrutar de la pantalla.
Con contenido 1080p el reescalado que hace el procesador de imagen X-Reality Pro es de nota. Pero cuando descendemos no esperéis milagros. Y lamentablemente, la calidad de emisión de las principales cadenas de televisión es inferior por tanto, vamos a ver la tele claro pero nada para tirar cohetes. Y si vais a jugar, es recomendable activar el modo juego para tener una mejor experiencia pues muchos títulos son 720p.
Pero conociendo esto, el panel ofrece una buena calidad en la mayoría de las situaciones. Sólo en las mencionadas escenas oscuras y si vamos abriendo el ángulo de visión notamos que la imagen no es tan buen. Incluso vemos que al desplazarnos los negros tienden a mostrarse algo lavados.
Respecto a la compatibilidad con contenido 3D, el panel es de tipo pasivo. Eso permite usar gafas más ligeras y económicas. En particular, las que incluye Sony son bastante cómodas de usar incluso con gafas de vista.
Software e interfaz
Y ahora llegamos a un punto que para muchos es una relación amor odio. Cuando compramos un televisor que viene con la etiqueta Smart TV un sudor frío nos recorre el cuerpo. Como Smart queremos que nos permita acceder a contenido en internet, unidades en red, tenga un reproductor multimedia eficiente para sólo tener que conectar un disco USB y que el catálogo de aplicaciones nos permite, cómo mínimo, acceder a servicios online básicos.
Incorpora dos mandos, uno tradicional y otro con panel táctil para agilizar su uso con acciones rápidas y un control más simplificado
Aquí el televisor de Sony nos da una de cal y otra de arena. Un buen detalle es la inclusión de dos mandos. Uno de ellos es el clásico lleno de botones y el segundo uno más simplificado que, permite controlar el televisor al completo de forma rápida y cómoda. Pero luego tenemos una plataforma Smart TV que a pesar de tener lo mínimo exigido: reproductor multimedia compatible con varios formatos, opción de acceder a unidades en red y apps de los servicios básicos como Wuaki TV, Youtube y las cadenas de TDT entre otras, no es fácil de usar ni tan fluida como nos gustaría.
Valorar la fluidez de un Smart TV es complicado. Si estamos acostumbrados a usar ordenadores como HTPC sentiremos una gran lentitud. Pero no pedimos el mismo rendimiento, sólo que si con dispositivos móviles como teléfonos y smartphones se accede a aplicaciones y servicios de contenido online con gran soltura por qué no con un Smart TV. Y es que gestionar un panel 4K UHD no es lo mismo que uno Full HD vale, pero es que en modelos de televisores Full HD también siguen fallando en fluidez. Por tanto, nos quedamos un poco decepcionados que para ver un vídeo a la carta en La 2, por ejemplo, tardemos tanto.
Y no, no es un problema de la conexión o si lo hacemos por wifi o ethernet. Además, también en el uso como televisor notamos que a veces le cuesta cambiar de canal, de menú, etc. Sobre todo el primer inicio. Luego, si el televisor está en stand by reaccional algo más rápido pero no con una velocidad de menos de dos segundos como Sony indica. Vale que no es grave pero sí un poco molesto ese lag entre que pulsas un botón y ejecuta la orden.
Su software no destaca por su fluidez de uso. En ocasiones lento y poco ágil
¿Hay solución? Pues no a menos que actualicen el firmware y lo optimicen. Por ahora sólo si desactivamos la función HbbTV o al menos el arranque automático notaremos cierta mejoría. Esta característica se conecta a internet para obtener contenido adicional y para ello, según la norma, debe tardar un tiempo mínimo para obtener los datos. Claro que para algunos anular o desactivar el arranque de contenido automático para HbbTV no es problema pero estamos quitando una funcionalidad que muchos valoran para ganar algo de fluidez.Otro punto que no nos convence mucho, muy a nuestro pesar, es el diseño de los menús y la interfaz. Ya hemos dicho que está inspirada en la de la Playstation, eso le permite ser relativamente cómoda en algunos aspectos pero un poco desastre en otros. Si no somos usuarios con cierta experiencia nos costará mucho encontrar dónde está la opción que buscamos para modificar un ajuste de la imagen, sonido o simplemente reiniciar el televisor. Ya no digo nada para reordenar los canales.
Aquí Sony debería repensar más. No estamos accediendo a sus menús cada dos por tres pero cuando lo hacemos recordamos por qué no lo intentamos en más de una ocasión. Así que sería importante facilitar más la interfaz, y no con una simple sección de ayuda, me refiero a una reorganización completa.
Conclusiones
Sony sigue haciendo un gran trabajo con su gama de televisores. La calidad de la tecnología trilúminos mejora la calidad que ofrecen los paneles 4K UHD. Por tanto, con un precio entorno a los 2.299 euros, el modelo de 55 pulgadas analizado nos parece una muy buena opción para todo aquel usuario que busca una tele 4K. El modelo de 49" arranca con 1.599€, un precio estupendo para unas medidas que son ya más que suficientes para la mayoría.
Pero cuidado, hay que ser conscientes que su Smart TV o la interfaz de los menús así como la fluidez del sistema le restan puntos a un televisor interesante. Por tanto, hay que valorar bien qué nos interesa, si buena calidad de imagen a costa de sacrificar algunas prestaciones o un equilibrio entre calidad de imagen y funcionalidad.
Si mi presupuesto se ajusta al precio de este televisor como máximo lo tendría en cuenta como opción de compra. Si por contra puedo gastar un poco más entonces daría el salto a otro modelo.
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