Te acabas de comprar un televisor último modelo. Llegas a casa y lo conectas esperando encontrar una calidad de imagen y sonido que te deje pegado al sofá. Lo enciendes y una vez sintonizados los canales de televisión llega el esperado momento y... decepción. No se ve como esperabas.
Esto es algo que suele pasar y no porque el aparato en cuestión no cumpla con las expectativas, sino porque por defecto cuando compramos un televisor este no viene con los ajustes idóneos para mostrar la calidad óptima de imagen. Unos ajustes que suelen venir de fabrica a un nivel estándar y que nosotros tenemos que adaptar a nuestro gusto. Y eso es lo que vamos a ver en este artículo.
Se trata de aclarar cuales son los pasos a seguir para configurar nuestro televisor de forma que logremos sacarle la mayor calidad de imagen en función de nuestros gustos y necesidades y para ello vamos a partir de una premisa básica: olvídate de configurar el televisor basándote en los canales de televisión tradicionales, máxime si es una tele 4K HDR.
Para ello y en primer lugar vamos a buscar una fuente externa con imagen de calidad, ya sea un Blu-ray, un servicio de _streaming_ (antes hemos tenido que configurar la conexión de red) o contenido grabado en una unidad externa.
Normalmente la tienda cuenta con un modo "demo" pero que sin embargo está muy lejos de ofrecer la mejor calidad. Un modo preparado para explotar algunos aspectos pero que de igual forma está orientado a trabajar con unas condiciones de luz ambiente que para nada serán las que con casi con toda seguridad tendremos en casa.
Antes de nada una precaución y es que tenemos que desactivar, o al menos es conveniente, todas las opciones de mejora de imagen que a modo de _marketing_ suelen añadir los fabricantes. Este es un paso que podemos deshacer al final pero para lograr una mayor calidad debemos de acabar con estas mejoras antes de iniciar el proceso.
Así que vamos a ponernos manos a la obra y vamos a ajustar el brillo, el contraste, el color y la nitidez teniendo en cuenta la iluminación de nuestro salón o habitación donde va instalado el televisor.
Brillo
Se trata de buscar sobre todo que la imagen sea lo más fiel posible a los valores que de forma originaria ha obtenido en el estudio. Buscar que la película sea lo más fiel posible en imagen al original.
El brillo juega un papel fundamental pues está relacionado con los negros y con el nivel de detalle que el espectador va a encontrar en las zonas con menos iluminación de la pantalla. No vale que queden a oscuras pero tampoco que de tanto brillo parezcan grises.
Hay que ajustarlo y buscar el equilibrio, por lo que lo ideal siempre es un valor que evite un tono blancuzco de la pantalla que rompa los negros. Un valor que suele estar entre 45 y 50 sobre 100.
Contraste
Y si antes hemos trabajado sobre los negros de la imagen, ahora toca hacerlo sobre el contraste que viene referido a los tonos claros y la iluminación general de la imagen.
Para ello vamos a buscar una escena luminosa, con bastante luz de forma que al situar el contraste a un valor adecuado no perdamos detalles en los blancos por una saturación excesiva de las zonas claras. Igualmente tampoco podemos quedarnos escasos ya que pecaremos de ofrecer colores apagados.
Un buen método es subir el contraste hasta que comiencen a perderse los detalles y veamos una imagen con demasiado brillo. A partir de ahí podemos bajar el nivel de contraste progresivamente hasta que volvamos a percibir bien los detalles sin que resulte una imagen demasiado oscura.
Debemos buscar un equilibrio que, cómo en el caso anterior, busque la reproducción lo más fiel posible del contenido original.
Color
Es el ajuste más difícil pues hay muchas percepciones de cual es el grado de color correcto. Básicamente y como en los otros dos casos se trata de buscar el color más fiel pero... no es tarea sencilla. Debemos buscar la naturalidad y no la espectacularidad.
Si por ejemplo vemos un panel AMOLED de un _smartphone_ veremos colores muy potentes y saturados pero a veces nada reales. Es mejor que no estén muy saturados, puesto que aunque parezcan apagados serán más realistas.
Normalmente el color viene bien configurado de fábrica pero siempre puede ser conveniente moverlo algunos puntos. En mi caso el valor que suelo darle al color está situado entre un 60 y un 65 sobre 100.
Nitidez
Cómo en los casos anterior vamos a buscar el equilibrio en la imagen. Es una configuración que tampoco resulta fácil y con cuya configuración se busca lograr una imagen con detalle sin que ello haga que los bordes queden en exceso marcados y se pierdan detalles.
Para ello lo ideal es iniciarla en un nivel bajo buscando mientras evitar el defecto de imagen fantasma que aparece si tiene un nivel demasiado bajo. Lo vamos así subiendo hasta alcanzar el punto idóneo.
Estos son los ajustes a modo manual en un televisor, pues en caso de querer repetir la operación en un monitor de ordenador podemos hacerlo de forma más automatizada gracias a servicios web como pueden ser Photo Friday Monitor Calibration Tool o Lagom.
En Xataka SmartHome | Cuando vayas a comprar tu televisor o monitor que no te hablen de 4K: lo correcto es usar el término UHD
Ver todos los comentarios en https://www.xatakahome.com
VER 0 Comentario