Estar sin televisor hace que uno tenga que replantearse la forma de seguir con el día a día, sobre todo a la hora de poder acceder a nuestro entretenimiento digital. Y es que al contar con un televisor que es el centro de entretenimiento digital, si no contamos con el mismo, hay que comenzar a buscar otras alternativas.
Y eso es lo que me ha pasado. En el tiempo que tengo el televisor, algo más de un año, es la segunda vez que se planteaba una avería y si bien en la primera, la tienda en la que lo compré, que no la firma, decidió cambiarlo por otro (sólo tenía siete días) ahora no me quedaba más remedio que tirar de la garantía y claro, quedarme unos días sin televisor.
Unos días sin televisor supone tener que agudizar el ingenio, sobre todo cuando la televisión tradicional vía TDT no deja de ser un complemento puntual que ver durante la comida para estar informado y poco más. Los servicios de vídeo bajo demanda son lo que más uso y llegaba el momento de tener que "buscarse las habichuelas".
La labor de sustituir mi Sony KD-55XD9305 no era fácil si no quería dejarme los ojos en la pantalla del móvil (sobre todo si somos varios para ver la misma pantalla). Nos había dejado tirados, sin encenderse y tocaba buscar mientras un modelo de reemplazo. Arrinconada en una habitación, pasó a ocupar su lugar un modelo de televisor LCD que con más de seis años a sus espaldas ya tenía experiencia.
¿Era un _Smart_ TV? Lo parecía pero no. Una pantalla de 32 pulgadas sin acceso a aplicaciones, con un sistema operativo propietario y con dos puertos HDMI, tocaba intentar sacarle partido. Ya he dicho que la televisión vía TDT no me interesa así que me puse a buscar formas de usarla.
En ese momento fue cuando comencé a notar la falta de mi Chromecast, que aunque era el de segunda edición, me habría sacado de un apuro. Sin puertos USB que sirvieran para reconocer unidades de almacenamiento externo, tocó tirar de inventiva.
No había Wi-Fi ni Bluetooth en ese modelo, por lo que hacer uso del _Streaming_ desde el Mac era complicado. La primera noche tiré de pantalla de 15 pulgadas para ver mi serie en Netflix, que además era mala suerte, era el día del estreno de Stranger Things.
Esa noche, en la pantalla del portátil conseguí ver cuatro capítulos pero sin más tamaño o la posibilidad de usar HDR la retransmisión perdía enteros. Así que esa noche con la almohada consulté métodos que no supusieran pasar por caja y me dieran acceso a la red en ese vetusto televisor.
Recordé así de la existencia de un cable microUSB con MHL (ahora tenía que encontrarlo en casa) que podía conectar para duplicar la pantalla del teléfono en la tableta. Un cable especial que además servía para cargar el móvil... estupendo, pero surgió otro problema. El Note 8 y el iPhone X no tienen microUSB. Una toma Lighting y un USB Type-C obstaculizaban mi plan, así que tuve que tirar de conocidos. ¿Algún alma caritativa tiene un _smartphone_ con microUSB que me pueda dejar?
Viajando al pasado
Así me facilitaron un Samsung Galaxy S5, que si no era el que ya había tenido, poco le faltaba (ya no me acuerdo a que amigo se lo había cambiado). El caso es que haciendo uso del cable microUSB con MHL y el teléfono como enlace con la app de Netflix, HBO o Bein Connect, sí que pude lograr lo que quería.
Otra opción era conectar un dispositivo del estilo de un _set top box_ al puerto HDMI, pero en ese momento no tenía alguno a mano y como ya digo, por poco menos de dos semanas no me interesaba pasar por caja. Igualmente otra solución era optar por ese microUSB y comprar una clavija adaptadora a USB Type-C que usar con mi teléfono, pero el plazo de entrega se iba a una semana. No interesaba.
La conexión empleada para poder acceder a Netflix y compañía no puede decirse que sea la más usable y la que mejor resultado ofrezca, pero teniendo en cuenta que todo eran problemas e inconvenientes, el resultado al final al menos me sirvió de ayuda para pasar esos días ante la tele de una forma decente. Al menos pude terminar de ver Stranger Things en una pantalla de 32 pulgadas sin dejarme la vista en ello.
Eso sí, cuando puede volver a tener mi tele reparada (era la fuente de alimentación interna) la diferencia era palpable y es que uno se acostumbra a lo bueno demasiado pronto.
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