Esta es la desconocida función de tu freidora de aire que quizás no conoces y que puede ahorrarte tiempo y dinero

Una freidora de aire, también conocida como freidora sin aceite, es un electrodoméstico de cocina que utiliza aire caliente circulante para cocinar los alimentos, un dispositivo cada vez más habitual en muchas cocinas que además se han popularizado aún más por la subida del precio del aceite de oliva.

A diferencia de las freidoras tradicionales que sumergen los alimentos en aceite caliente para freírlos, las freidoras de aire utilizan un potente ventilador para distribuir el aire caliente alrededor de los alimentos. Este proceso permite obtener alimentos crujientes y dorados sin requerir grandes cantidades de aceite. Pero no sólo sirven para preparar platos y cómo los hornos, pueden servir para algo que quizás no conoces.

La función desconocida

Una freidora de aire es una especie de horno en miniatura. Comparten algunas cosas, pero también diferencias y así por ejemplo mientras la airfryer utiliza aire caliente circulante para cocinar los alimentos logrando una textura crujiente similar a la fritura, pero con menos aceite, el horno cocina los alimentos mediante la radiación de calor. Pero como en estos, en la freidora de aire se puede hacer algo que quizás no sepas.

Muchas ya cuentan con una función para descongelar la comida, pero otras no... y eso no impide que se puedan descongelar alimentos en una freidora de aire. Puede ser una opción rápida y conveniente si se hace de manera adecuada para garantizar la seguridad alimentaria y mantener la calidad de los alimentos.

Puedes usar una freidora de aire para descongelar alimentos, teniendo en cuenta algunos consejos y precauciones. Así por ejemplo es aconsejable partir los alimentos en porciones más pequeñas para facilitar el proceso de descongelación y distribuir los trozos de forma uniforme en la cesta de la freidora.

Si la freidora no tiene una función específica de descongelado que puedas utilizar, ajusta la temperatura de la freidora de aire a una temperatura baja, generalmente alrededor de 30-40 grados Celsius y establece el tiempo de descongelado según las recomendaciones del fabricante o según el peso y tipo de alimentos que estás descongelando.

Ten en cuenta que durante el proceso de descongelado, es posible que desees pausar la freidora de aire para dar la vuelta a los alimentos. Esto ayuda a lograr una descongelación uniforme. Además, así puedes controlar el proceso de descongelado para evitar que los alimentos se cocinen parcialmente.

Es importante destacar que algunos alimentos pueden liberar líquidos durante el proceso de descongelado, por lo que es aconsejable colocar un recipiente debajo de la canasta para recoger cualquier líquido que pueda gotear. Una vez que los alimentos estén completamente descongelados, puedes ajustar la configuración de la freidora de aire y continuar con la preparación de platos.

Descongelar con una airfryer tiene por ejemplo la ventaja que los alimentos se descongelan de forma homogénea y uniforme. Y a diferencia de la descongelación usando el microondas, no se genera exceso de agua y humedad, lo que se traduce en un acabado crujiente por fuera y blando por dentro.

Otros métodos de descongelación

No obstante, dicho esto, hay que tener en cuenta que el método más seguro y recomendado para descongelar alimentos es hacerlo de manera gradual y controlada usando por ejemplo la refrigeración, puesto que usando el frigorífico se logra que los alimentos se descongelen lentamente, evitando el crecimiento rápido de bacterias. El problema es que esto puede llevar varias horas o incluso toda la noche, dependiendo del tamaño y tipo de alimento... y en la freidora de aire son minutos.

Otra opción para descongelar, más allá del microondas o el horno y que no todo el mundo conoce, pasa por usar el método del agua fría. Funciona sellando los alimentos en una bolsa hermética resistente al agua para luego sumergirlos en agua fría. Hay que cambiar el agua cada 30 minutos para asegurarse de que permanezca fría. Este método suele ser más rápido que la refrigeración, pero aún así, es un proceso controlado que minimiza el riesgo de proliferación bacteriana.

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