Como cada verano llega una ola de calor tras otra y aunque en algunas habitaciones podemos lograr reducir su impacto dentro de casa encendiendo el aire acondicionado, si lo tenemos, con ventiladores o trucos caseros de lo más económico, hay una sala donde suele resultar misión imposible.
Es la cocina, núcleo central de muchas viviendas pero donde no solemos tener instalado un sistema de aire acondicionado o, en el caso de tenerlo puede que no queramos encenderlo por resultar demasiado costoso.
¿El resultado? Pues que si somos de cocinar y comer en casa el calor emitido por los fogones, ya sean de gas o eléctricos, va a hacer que estar en la cocina se convierta en un pequeño infierno, sobre todo mientras estamos guisando, ya que vamos a incrementar la temperatura notablemente en cuanto pasen unos minutos.
¿No hay solución? Pues afortunadamente hay una serie de trucos y consejos que podemos llevar a cabo para tratar de rebajar la temperatura de nuestras cocinas y hacer más llevadero el guisar cada día de verano en ellas.
Métodos pasivos y ventilación
Para evitar la excesiva acumulación de calor en nuestras cocinas puede que se nos ocurra en un primer momento abrir la ventana, si es que la tenemos, para que se ventile, pero esta puede no ser siempre la opción más adecuada, ya que estaremos dejando pasar el calor de la calle.
En general será contraproducente si la temperatura exterior supera los 30-35 grados en pleno verano, algo muy común a la hora típica de hacer la comida entre las 12:00 y 14:00 horas.
Lo que sí podemos hacer es ventilar a primera hora de la mañana para extraer el aire caliente que se haya acumulado en la cocina del día anterior y bajar así un par de grados la temperatura.
También podemos bajar los toldos y persianas que tengamos en la cocina, sobre todo en el caso de que esté orientada hacia el sur, ya que lo más probable es que el sol incida directamente sobre los cristales incrementando el calor.
En el caso de que no tengamos luz suficiente podemos abrir ligeramente las persianas o incluso bajarlas por completo y encender la luz eléctrica. Gastaremos energía, sí, pero si tenemos bombillas LED este gasto será menos que si dejamos las persianas abiertas a pleno sol y tenemos que recurrir a ventiladores, aires acondicionados, etc.
Otra opción para rebajar la temperatura pasa por utilizar la ventilación cruzada, ya sea natural o ayudada por un ventilador. La idea es aprovechar las zonas de la vivienda donde haga más frescor para enviar ese aire frío a la cocina y lograr un ambiente más confortable.
Es algo útil si por ejemplo tenemos habitaciones con ventanas que dan al norte o que suelen estar siempre en zonas de sombra. Podemos tratar de abrir esas ventanas y forzar a que el aire vaya hacia la cocina con la ayuda de un ventilador.
Algo similar podemos hacer si contamos con aire acondicionado en otra parte de la casa pero no en la cocina. Podemos tratar de enviar ese aire frío allí donde más lo necesitamos ayudándonos de otros aparatos, como ya vimos en su día más en profundidad.
Usar campanas y extractores de humos
Relacionado con el punto anterior, también podemos recurrir al uso de extractores de humos y a las clásicas campanas que casi todos tenemos en las cocinas, que como explicamos en este artículo pueden ser unos grandes aliados.
La idea es utilizar la campana o el extractor de humos que la mayoría tenemos instalado, no para sacar el humo ni atrapar los malos olores o la grasa, sino directamente para expulsar el calor que se acumula sobre los fogones y que puede superar fácilmente los 50 grados. El único requisito para lograr un buen resultado es que estos equipos cuenten con un sistema de extracción que dé realmente al exterior de la vivienda a través de la típica salida de humos.
Sin embargo, no sirven las campanas que solo filtran el aire en un sistema de recirculación cerrado, ya que no sacan el aire fuera de casa y solo lo hacen pasar por una serie de filtros devolviéndolo a la cocina de nuevo tras el proceso.
En cuanto a la capacidad de extracción, cuanto más potente sea nuestra campana, mejor, ya que expulsará más cantidad de aire caliente en menor tiempo. Aunque en la mayoría de los casos no será necesario ponerla al máximo de sus capacidades de funcionamiento y nos servirá con un valor intermedio.
El uso de las campanas y extractores también puede servirnos para crear esas corrientes de circulación de aire dentro de casa. Así, dependiendo de dónde esté la cocina con respecto al resto de habitaciones, podemos abrir las ventanas de las más fresquitas y encender la extracción en la cocina, creándose una corriente de aire que además expulsará el calor fuera de casa.
Imagen portada | Becca Tapert
En Xataka Smart Home | Probé a usar la campana de la cocina como aire acondicionado "low cost" y el resultado me sorprendió positivamente